viernes, 28 de junio de 2019

LA SINCERIDAD

Es un rasgo de la personalidad que consiste en expresar aquello que se siente o se piensa de forma espontánea, abierta, instantánea; se dice lo que se piensa, normalmente sin calcular “todas las consecuencias. Suele ser un valor reconocido socialmente , sinónimo de valentía, naturalidad, incluso bondad, abstractamente se tiene un concepto positivo.
Pero este atributo que tiene en valor,se pierde cuando el ser sincero tiene consecuencias negativas sobre quien es objeto de la sinceridad ajena; en pos de ella, no se puede ofender gratuita e innecesariamente . Ante la sinceridad devastadora, grosera, incómoda, dañina con el prójimo, cobra valor la mesura, inteligencia, la prudencia, el decoro o la discreción. ¿ Quién no ha sufrido o contemplado en una conversación eso de “ te lo diré en la cara…. O yo siempre digo lo que pienso….” !? . La sofisticación, concepto generalmente mal comprendido, es propio de personas que tienen que convivir con otras “naturalmente” distintas o con intereses contrarios, pero se “esfuerzan “ por una convivencia agradable, saludable , soportable.
Es importante no hacer daño en las relaciones cotidianas innecesariamente, y mucho ,menos conscientemente, esto es ya violencia social.
La Mesura: Si acaso , pensar siempre lo que se va decir , ser prudente, cauto ,si se puede actuar con inteligencia sopesando continuamente lo que sí y lo que no conviene para un discurrir agradable y amena del acto social. El que la posee, está llamado a enmendar entuertos, servir de aceite para engrasar y que no haya ruido o estridencia . Es la consecuencia de casi todas las demás virtudes , por eso el que la posee debe abusar sin contemplaciones de ella hasta la extenuación.
Por último, mientras más hablamos, más nos equivocamos.

Diego.





1 comentario:

Carlos encina Psiquiatra dijo...

Excelente blog. Muchas gracias por compartir. Los invito a conocer el mio.
Saludos!