viernes, 29 de marzo de 2019
"EL FUNERAL" DE CONCHA VELASCO
A la actriz Concha Velasco la he visto actuar en teatro varias veces, he presenciado hace poco
la
última obra donde
ella actúa,”EL FUNERAL” dirigida por unos de sus hijos.
Sobrada de talento y
registros, en este caso de humor a raudales, interactúan con el
publico, todo el elenco de actores y actrices que acompañan a
Concha.
Complicidad,
palmares extenso, dos Goyas en su haber. Os recomiendo esta obra, si
vais a verla no saldréis defraudados. Reiréis y lo pasareis muy bien.
Un saludo.
José María
miércoles, 27 de marzo de 2019
DECIR QUE NO
Es muy importante en la vida saber decir que no
para no vernos envueltos en situaciones desagradables o vivir momentos que no
nos proporcionan precisamente felicidad. Hay un libro de autoyuda (seguramente
hay más sobre el tema) que se llama creo recordar Aprenda usted a decir que no.
Es muy importante utilizar esa palabra tan breve, pero que tanto poder tiene.
Yo pienso en las veces que tenía que haber dicho
que no en mi vida. Por ejemplo el día que contraje matrimonio. Quizás tenía que
haberle dicho al sacerdote que no aceptaba por mi esposa a la mujer que tenía a
mi lado. Me hubiera ahorrado mucho sufrimiento posterior y mi vida hubiera sido
muy diferente a como ha sido durante los más de 20 años que llevo divorciado.
No me arrepiento de haber dicho que sí porque estaba enamorado, pero un no
hubiera sido acertado teniendo en cuenta todo lo que he tenido que vivir. Mi
hijo hubiera nacido de todos modos. A mi hijo no renuncio. A él lo quiero con
toda mi alma y estoy orgulloso de él. Es lo mejor que he sacado del matrimonio.
Lo demás: depresiones, crisis de ansiedad, crisis de angustia, conflictos
burocráticos, problemas económicos y un largo etcétera. Tenía que haber dicho
que no. Ya no tiene remedio. Sólo que aprendí la lección y ya no me volveré a
casar. Tengo la extraña sensación de que no volveré a enamorarme. Echo de menos
esa sensación tan mágica y dulce. El matrimonio acabó con mis sueños de
enamorado real y poético. Ahora no sé qué me pasa, no sé exactamente qué es lo
que siento, pero las secuelas son dolorosas y creo que es la última vez que
hablaré de ello.
Últimamente he dicho que no al cine. Por diversas
razones que no quiero explicar en este artículo he renunciado al cine. Lo
explico en mi último libro titulado Sentimientos y emociones, tercero de la
trilogía Monólogo en clave neurótica. Hay razones importantes que me han hecho
decir no al cine. A ir al cine. Al cine no, porque lo veo en la tele, aunque no
con la frecuencia de antes. Ayer vi una película en la tele que hacía tiempo que
no veía y lo pasé muy bien. Es al hecho de ir al cine y la pereza que me
produce y otras muchas razones. No es un no absoluto porque creo que estoy
abierto a un cambio de decisión futura.
Cuando trabajaba en El Correo de Andalucía de
periodista tuve que decir no a seguir trabajando porque quería dedicarme a la Literatura. Quería
escribir libros y la profesión de periodista me absorbía todo mi tiempo. Tenía
pillado hasta mi día libre. No tenía tiempo para escribir mis libros y después
de mucho pensar dije no a seguir trabajando en el periódico. Y también renuncié
a trabajar en la emisora de radio asociada. Me he dedicado durante años a
publicar artículos en periódicos como colaboraciones especiales. Es trabajo
también de periodista, pero no es la constante diaria de estar pegado a una
redacción y la pesadez que eso conlleva. Ahora escribo estos artículos
especiales para el blog de la Ura Macarena
que me hacen muy feliz y me recuerdan mi profesión de periodista, que me hizo
muy feliz. Pero más feliz me hace mi trabajo de escritor. La Literatura no me da
para vivir. Vivo de otra cosa. Pero me llena el alma entera y me siento dichoso
y repleto.
Hubiera querido decir que sí muchas veces en mi
vida a viajar en avión, pero me he visto obligado a decir que no porque me da
miedo volar. He estado en un aeropuerto muchas veces y siempre he estado a
punto de decir que sí, que vuelo, que me voy, pero al final decía que no. En
este caso es un no negativo porque no pasa nada por volar en avión. Hay menos
víctimas por avión que por cualquier otro medio de transporte. Hay otro libro
de autoyuda, de los muchas que existen, que se llama Miedo a volar. Yo tengo
miedo a volar. Y esto cansado de decir que no.
Podría decir muchos ejemplos de decir que no. Por
ejemplo: cuando estaba en el colegio de curas con la enseñanza primaria me
propusieron jugar al rugby sobre una superficie de cemento. Os imaginaréis lo
duro que era jugar sobre cemento. Me dejaba las
piernas todas hechas polvo. Y los codos. Y más partes del cuerpo. Tenía
que haber dicho que no, pero no quería decepcionar al cura que daba clases de
gimnasia y di un sí forzado y nada creíble. Por el contrario dije sí al
baloncesto, al balonmano y al voleibol y me fue muy bien. Supongo que aquí se
aplica la ley de la compensación que se aplica en la vida: las cosas negativas
se compensan con las cosas positivas. Y así vamos viviendo.
Cuando trabajé de funcionario no tenía que haber
dejado de trabajar, pero me pudo la depresión. Tenía que haber dicho que no a
la depresión, sí al trabajo. Estaba con todo el proceso de divorcio y el cuerpo
me pedía no trabajar, pero tenía que haber seguido trabajando. Tenía que haber
dicho que no a la depresión. Todos los días, ahora, cuando me levanto le digo
que no a la depresión, a las crisis de ansiedad, a las crisis de angustia,
aunque puedan conmigo y me dejen hecho polvo. Pero puedo seguir adelante. Pero
yo digo que no. Es un no positivo. No siempre he dicho que no y he sufrido
mucho. Me he cansado de sufrir y ya digo que harto ya de estar harto ya me
cansé. Harto del hartazgo del pensamiento, harto del trastorno obsesivo
compulsivo, voracidad para acabar con todo el sufrimiento que me provoca la
enfermedad nerviosa. Hay que decir que no a la enfermedad nerviosa, sin corte
ninguno, sin miedo, luchando como una bestia contra todo lo que significa esa
enfermedad.
Tenía que haber dicho en mi vida muchas que no a
ciertas relaciones amorosas que estaban envenenadas y que me han provocado
numerosos sufrimientos. Mi madre siempre me advertía porque tenía un sexto
sentido, algo especial. Adivinaba el futuro que iba a tener con las mujeres que
conocía. No todas las relaciones han supuesto dolor. Pero el sufrimiento ha
predominado, en gran medida por la enfermedad nerviosa. He sufrido tanto que ya
llevo mucho tiempo sin llorar y sin enamorarme. Lo echo de menos como ya dije
antes, pero por otro lado me da miedo el dolor del corazón, el dolor de todos
los sentimientos que confluyen en el estar enamorado. Tenía que haber dicho que
no a muchas mujeres porque la
Literatura me ha permitido conocer a muchas mujeres
escritoras o del público cuando daba conferencias, participaba en debates, daba
recitales, etc… Es muy importante y supone una gran responsabilidad decir que
no a una relación amorosa.
A mí me gustaba mucho el alpinismo libre. Subir
montañas con la única ayuda de las manos. Tenía que haber dicho que no porque
me caía muchas veces y en ocasiones me hacía lesiones importantes. Era un
cabezota y siempre quería llegar más lejos, más alto, pero me encantaba el
riesgo, la aventura, la locura. No estaba loco evidentemente. Era un deporte
maravilloso, pero demasiado arriesgado porque me jugaba la vida en cada subida.
Tenía que haber dicho que no.
Y así podría poner más ejemplos, pero con estos es
suficiente para ilustrar el tema de hoy. Pensad siempre mucho las cosas, o lo
suficiente para no agobiaros, antes de decir sí o no a algo por si la respuesta
más adecuada es decir que no. Salud y suerte.
José Cuadrado
Morales
lunes, 25 de marzo de 2019
LA SERENIDAD
A veces, los
trastornos nos vienen dados por la frustración severa que nos
provocan no lograr las expectativas de tipo económicas,
sentimentales, laborales, sociales, o cualquieras otras que en un
principio se esperaban de uno. Y esta frustración es más fuerte
cuanto más cercana a nosotros. Son las personas que nos impulsan a esos
logros, al final no conseguidos; es un sentimiento de haber defraudado
a las personas que más nos quieren; impotencia y un gran dolor y
pena que se siente .
Es una balanza entre
lo que se es, lo que se debe y lo que se puede. Poder, Querer, Saber.
La vida, en esencia desnuda, es nacer y morir; lo demás, rellenarla. Para nuestro vivir
diario, tenemos herramientas tales como la reflexión, la
resignación, aceptación y finalmente la serenidad, adonde quería
llegar. Es ésta un estado de ánimo en que se acepta a sí misma,
con mucha parte de renuncia, que no quiere luchar por cosas que al
final pierdes más de lo que ganas; que produce en el que la consigue
alcanzar, pero sobre todo en los que están a su alrededor una
agradable ausencia de tensiones y luchas que hacen la vida más
soportable.
No sé si estas
palabras son ciertas o no; pero me dan la impresión que desprenden
el deseo, anhelo de ver al prójimo más como un hermano o compañero
que como un enemigo o contrario. Ojalá.
Diego.
viernes, 22 de marzo de 2019
DEJAR DE SER FEMINISTA
Ser feminista no significa estar en contra de los hombres,
es pensar que los dos sexos son iguales. Es reivindicar nuestros derechos. Ya
que el machismo si es estar en contra de la mujer.
Hay tradiciones ancestrales que son inhumanas, empezamos
África donde es frecuente la ablación femenina (amputación del clítoris a la
mujer). Y terminando por los países mas desarrollados donde no nos pagan el
mismo sueldo que a los hombres.
Todavía hay enseñanza machista, todavía es la mujer la que
trabaja fuera y lleva la casa y los
niños.
Debería haber en las escuelas y en casa una educación que
tuviera como base la igualdad de sexos, que los niños empezaran a colaborar en casa y respetar a la mujer
en la calle y por supuesto en casa también.
Se debería de castigar
más las agresiones a las mujeres y estar penado en gran medida con años
de cárcel.
También cuando somos testigos de que alguien cercano o
conoce algún caso de malos tratos deberíamos
de alertar a la policía. Ya que muchas mujeres no se atreven a denunciar
y son matadas a mano de sus maridos. Y ya
no solo es eso sino que dejan niños huérfanos.
La verdad es también que nosotras somos las primeras
machistas. Nos ponemos a criticarnos entre nosotras , mientras ellos se unen.
En resumen,
ME GUSTARÍA QUE NUNCA MAS TUVIÉRAMOS QUE SER FEMINISTAS
Porque ya no hiciera falta defender nuestros derechos.
miércoles, 20 de marzo de 2019
LO COTIDIANO
No valoramos lo suficiente las
cosas cotidianas hasta que ocurre algo que nos impide realizarlas.
Viene esta reflexión a cuento
de la enfermedad que atenaza a mi hermana pequeña: la esclerosis
múltiple, una enfermedad neurodegenerativa que la va limitando cada
vez más. De vez en cuando un órgano le deja de funcionar y le
impide realizar alguna de esas cosas cotidianas que realizamos
rutinariamente, pero que en su caso se convierten ya en actos
difíciles, en casi hazañas, que no son precisamente rutina.
Por ejemplo el pasado 15 de
marzo hizo años que lleva sondada para poder orinar. La sonda le ha
producido numerosos problemas: le roza la piel y le produce heridas
que sangran normalmente. Con frecuencia hay que cambiarle la sonda
porque se quita y hay que colocarle una nueva. Sufre dolores
terribles que le hacen ponerse parches de morfina y jeringas de
anestesia, pero ni eso le quita del todo los dolores. Ella no puede
orinar por sí misma. No puede realizar esa actividad cotidiana tan
sencilla y necesaria que es orinar. Para ella orinar es un suplicio y
me relata de vez en cuando los tiempos en los que ella podía orinar
por sí misma. Ahora valora lo cotidiano. Ese acto tan sencillo como
orinar se ha convertido en un calvario porque los riñones no le
funcionan por culpa de la esclerosis múltiple. Si no fuera por la
sonda no podría orinar y es algo que hay que hacer por necesidad
vital. Pero ya no puede hacerlo cotidianamente. Lo echa de menos
muchísimo y llora con frecuencia y entra en depresión y sufre
crisis de angustia y de ansiedad. Valora lo perdido, cosa que no
hacía cuando no
tenía la enfermedad. Creo que
todos hacemos lo mismo.
Mi hermana mayor y mi cuñado
padecen de apnea del sueño. Pueden dejar de respirar durante el
sueño y morir. Necesitan una máquina para dormir. Echan de menos lo
cotidiano: poder dormir con normalidad, sin tener que tener una
mascarilla y estar atados a una máquina. Es muy molesto, pero les
ayuda a respirar, a perder el riesgo posible de dejar de respirar y
morir. Tienen que ir a revisiones con frecuencia y a veces les hacen
modificaciones en la máquina. Algunas veces empeoran y el problema
crece. El caso es que no pueden respirar, un acto cotidiano. Echan de
menos lo cotidiano, lo normal, la normalidad de la que hablábamos en
un artículo reciente. Vivir con lo cotidiano es lo ideal para vivir
más felices.
Hay personas que están
enfermas de cáncer y tienen que someterse a sesiones de
quimioterapia o radioterapia. Lo cotidiano sería vivir sin someterse
a esas sesiones. Pero la enfermedad les condiciona y tienen que ir al
hospital a realizar el tratamiento. Tienen que soportar largas
sesiones y lo pasan fatal. Psicológicamente también quema mucho y
se convierten en dependientes de la medicación. Su cotidianeidad se
ha convertido en un ejercicio de dolor, de sufrimiento, de dejarse
llevar por una enfermedad terrible que cada vez se cobra más vidas.
Mi hermana pequeña, la de la
esclerosis múltiple, tiene que ir una vez al mes al Hospital para
que la aten a una máquina para que le suministren la medicación
para la enfermedad. La medicación se llama trisavi y es lo mejor que
funciona para la esclerosis. No cura, pero impide en parte, sólo en
parte, el avance de la enfermedad. Tiene que estar alrededor de 3
horas atada a la máquina. Es medicación intravenosa. El personal
sanitario suele ser bastante competente y amable. Sobre todo amable
porque esta enfermedad es terrible y va mermando progresivamente a
quien la padece, en este caso mi hermana. Hay cada vez más
solidaridad ,se fundan asociaciones para ayudar a los enfermos de
esclerosis múltiple. Yo mismo en mi última novela hablo en algunos
capítulos de ella para darla a conocer y concienciar a los demás de
lo importante que es la solidaridad.
Se han hecho películas con
enfermos de esclerosis múltiple como 100 metros. La lucha de un
atleta con esclerosis múltiple que quiere hacer una carrera y lo
consigue con una enorme fuerza de voluntad. Se valora el esfuerzo de
los enfermos para luchar contra la maldita enfermedad que convierte
lo cotidiano en excepcional. No sabemos lo que tenemos cuando podemos
hacer las cosas con normalidad, con sencillez, con la mayor facilidad
del mundo. No nos damos cuenta: sencillamente lo hacemos como algo
natural. Cuando llega la enfermedad se da la vuelta a todo y cuesta
mucho trabajo hacer las cosas más elementales.
Hay personas que necesitan
transfusiones con mucha frecuencia por padecer problemas con la
sangre. También tienen que atarse a una máquina para ello. Todo lo
que es cotidiano se convierte en excepcional. Es duro vivir así:
siempre recibiendo sangre, lo que da cuenta de la importancia que
tienen las donaciones de sangre. Yo antes donaba cada 3 meses .
Llegué casi a las 40 donaciones. Tuve que dejarlo porque me
detectaron anemia crónica y ya no podía donar. Me produjo una
enorme tristeza. Me encantaba ir a donar cada 3 meses. Y tomarme un
bocadillo después con un refresco. Pero tuve que dejarlo. No podía
hacer más lo cotidiano de donar sangre. No se convertía en algo
excepcional o esporádico, sino definitivo: no podía donar sangre.
Me dolió. Otras personas necesitaban mi sangre. Siento mucho que
esas personas que están atadas a una máquina ya no tengan mi sangre
para poder vivir. Además mi sangre era la más habitual, A positivo.
La vida y sus circunstacias.
Los drogadictos han convertido
la toma de sus dosis en algo cotidiano. En este caso es algo negativo
porque la droga puede matarles. Muchos se someten a la curación y
desintoxicación con metadona. Esto es algo ya cotidiano para ellos.
Es algo malo y bueno al mismo tiempo. Bueno porque intentan librarse
de la heroína por ejemplo y malo porque es una rutina un poco triste
tener que ir al médico para que les den la metadona para liberarse
de la droga que los va matando lentamente. Aquí lo cotidiano es algo
duro, muy difícil, muy doloroso y están estigmatizados como otros
enfermos como pueden ser los mentales o nerviosos y casi tienen que
ocultar lo que hacen por el miedo al rechazo o la marginación.
Beber, comer, hacer las
necesidades básicas, andar y un largo etcétera forman parte del
universo de lo cotidiano. Cuando hay algo que nos impide hacer alguna
de estas cosas surge la excepcionalidad y echamos de menos lo que
antes era tan sencillo de hacer. No valoramos lo suficiente lo que
tenemos. No le damos la importancia debida a las cosas sencillas de
la vida porque las tenemos incorporadas a nuestra rutina. Perdida esa
rutina surge el dolor, el echar de menos lo que era normal. Somos así
de difíciles y tontos los seres humanos. No es que haya que ponerse
el parche antes de la herida, pero sí valorar suficientemente las
cosas que hacemos como normales para que nunca se conviertan en
excepcionales. O en inevitables si es una enfermedad como la
esclerosis múltiples de mi hermana pequeña.
Desde aquí lanzo un mensaje
positivo para que valoremos lo que tenemos bien, lo que podemos hacer
con normalidad antes de que una enfermedad o cualquier otra cosas nos
lo impida. No vivamos con suficiencia porque a cualquiera puede
pasarle algo en cualquier momento y el mundo se le vuelve del revés.
Mi hermana podría contar muchas cosas de esto.
Seamos positivos y que mi
artículo sirva para algo, para concienciar de que somos humanos y
por ello limitados, y debemos dar una importancia grande a lo
cotidiano antes de que lo perdamos. Seamos positivos sí. Miremos
con una sonrisa la vida. Salud y suerte.
José
Cuadrado Morales
ESTIMULA TU MENTE
Ejercicios de estimulación cognitiva. Una ráfaga de viento nos ha descolocado las letras de cada una de las palabras, une cada una de ellas con su imagen correspondiente.
lunes, 18 de marzo de 2019
LARGA FIESTA (segunda parte)
- MIRA, YO NECESITO ESTAR ACTIVO, YO NECESITO FUNCIONAR, Y PARA ESO
TENGO QUE MOVERME, Y PARA MOVERME NECESITO ACTIVIDAD, A SI QUE ESPABILA.
- AWIKIWIKI, AWIKIWIKI…
- AUTOMOTIVACION, ARRIBARRIBA.
- NO SEAS EXCLAVO DE LOS VICIOS, SE LIBRE, SO...
- GANA EN SEGURIDAD, MIARMA.
- HAZ FRENTE A LAS ADVERSIDADES.
- ¿AHORA QUÉ HAGO, ESTAS PREPARADO?, AVANZA.
- AGORIGORIGORI, AGORIGORIGORI…
- RUINOSO, ¡ES MI RUINA!
- YO VOY RÁPIDO Y VELOZ, CIEGO A MI DESTINO.
- ME TENGO QUE ESPABILAR, NO PUEDO PERMITIR QUE MI BARCO VAYA A LA
DERIVA, ¡REACCIONA!
- APROVECHA MEJOR TUS RECURSOS, Y NO MIRES CON ENVIDIA A LOS DEMÁS.
-J ANKARRANKA.
- JOKIMOKI.
- DALE A LA VIDA EL EFECTO QUE DESEAS.
- BUENO, YO ESTOY AQUÍ, Y TE VOY A AYUDAR, CONFÍA EN MI, CONFÍA EN TU
PERSONA.
- SI HACES ESTO, MALO, SI HACES LO OTRO, PEOR, NUNCA VAS A QUEDAR BIEN
CON TODO EL MUNDO, PASA…, DELEGA…
- SIGUE TRABAJANDO, HORMIGUITA, PERO DALE EFECTO, QUE TE CUNDA.
- DALE EL EFECTO QUE DESEAS, DALE SENTIDO A LA VIDA.
- NOS ESTAMOS CARGANDO EL MUNDO, NOS ESTAMOS CARGANDO EL PLANETA, Y YO,
YO, NO ESTOY HACIENDO NADA EFECTIVO.
- SI TROPIEZAS, RÁPIDO, PONTE DE PIE, Y SIGUE TU CAMINO.
- LOS PROBLEMAS DE LOS DEMÁS NO SON MIS PROBLEMAS, DELEGA…
- EN TU MENTE SE AGRESIVO, SE PELIGROSO, ROMPE LAS REGLAS, ADELÁNTATE.
- TENGO CONVICCIÓN, ME SIENTO FUERTE, ME SIENTO PODEROSO, EXISTO, DIOS
ME QUIERE.
- ESTOY ENVALENTONADO, ME SIENTO SUPERIOR, ME SIENTO BIEN, SOY CHULO.
- LA POSICIÓN, EL EQUILIBRIO, LA COMODIDAD.
- NO DES POR SENTADA LAS COSAS, NO TE PONGAS LA PIEL DEL OSO ANTES DE
MATARLO, ES MÁS, UNA VEZ QUE YA HALLAN PASADO LAS COSAS, UNA VEZ QUE YA HAN
PASADO, PUEDEN DESHACERSE, ASÍ QUE CUIDADÍN.
- SI TIENES UN PROBLEMA Y NO SABES QUÉ HACER, NO SABES CÓMO ABORDARLO,
INVESTIGA EXPLORADOR, ¡MUÉVETE HORMIGUITA, AR…!
- NO CORRAS MÁS DE LO QUE TU SABES ANDAR, NO ABARQUES TANTO, NO INTENTES
VOLAR CON LAS OREJAS, ¡QUIETO, MIURA…!
- HAZ LO QUE BUENAMENTE PUEDAS HACER, NO TE INVENTES NI TE IMAGINES
COSAS, TU NO ERES DIOS, HAZ LAS COSAS EN POSITIVO, DESPACITO Y CON BUENA LETRA,
BIEN HECHAS.
- NO ASUMAS LAS CULPAS DE LOS FALLOS DE LOS DEMÁS, TU ERES RESPONSABLES DE
LOS MOVIMIENTOS DE TUS FICHAS, NO DE LOS DEMÁS, ¡ESPABILA!
- NO TE HUNDAS TU SOLO POR LAS MALAS ACCIONES DE OTRAS PERSONAS, TU ERES
RESPONSABLE DE TUS ACTOS, NO DE LOS ACTOS DE LOS DEMÁS, SIMPLEMENTE NO LES
SIGAS EL JUEGO, NO SEAS CÓMPLICE DE SU SUCIO JUEGO, NO SIENTAS MALESTAR AJENO,
ESO ES ESTÚPIDO E INÚTIL, SIGUE ADELANTE ORGULLOSO Y DILIGENTEMENTE, TU VALES,
TÍO.
- HAZ LO QUE ESTÉ EN TUS MANOS, TU NO ERES DIOS, QUIERETE, APRUEBATE, TU
LO VALES.
- DESARROLLA TU CHI, SACA TODA TU ENERGÍA, TODA, TODA.
- SOLUCIONANDO LAS COSAS, NO LO COMPLIQUES.
- DESARROLLA TODA TU ENERGÍA, CREA FLAMA, CREA FUEGO, CREA MAGMA, ES
INCREÍBLE PERO CIERTO, TU PUEDES HACERLO, CREA A TU ALREDEDOR UNA ENERGÍA
ESFÉRICA, CILÍNDRICA, DEJA QUE TU CHÍ FLUYA.
- ESTOY VIVIENDO UN PLUS, ¡APROVÉCHALO!
Antonio Tequila.
jueves, 14 de marzo de 2019
SI A LA VIDA
Se cumple ahora fecha del
suicidio del amigo al que dediqué dos artículos con el título “La
muerte de un amigo”. Sigo pensando lo mismo que dije en su momento.
El paso del tiempo y el dolor padecido no me han hecho cambiar de
opinión. Pueden consultar ambos artículos.
Yo creo que los enfermos
nerviosos deben de tener mucho respeto por sí mismos. Defenderse de
la enfermedad con todo el coraje del mundo, con toda la fuerza y no
añadir más sufrimiento al que ya trae consigo la enfermedad. Es
decir, debe de decir que sí a la vida, a todo lo bueno que la vida
tiene, a todo lo extraordinario que conlleva. Decir un SÍ muy grande
a la vida con todas las fuerzas del mundo.
Hace años, muchos ya
afortunadamente, yo también me autolesionaba. Nunca llegué al
intento de suicidio, pero sí me hacía daño físicamente. Me
cortaba con cuchillos los brazos, me echaba sal en las heridas, me
lanzaba cuesta abajo a toda velocidad en una bicicleta hasta que me
caía, etc. Eran actos autodestructivos, destinados a causarme dolor,
pero nunca la muerte.
Era añadir sufrimiento a la
enfermedad que ya padecía. Era muy triste. Yo no era consciente
todavía de lo absurdo que era toda aquella situación.
Afortunadamente ahora he llegado a un punto en que considero indigno
el daño que me infligí. Nunca volveré a hacerme daño físico.
Tengo bastante con el daño espiritual o emocional o nervioso. Como
queráis llamarlo. Ya es mucho el sufrimiento espiritual que padezco,
las crisis de ansiedad, las crisis de angustia, todo el dolor
acumulado que tiene también mucho de absurdo. Hay que decir stop a
todo el padecimiento físico porque ya se sufre también físicamente
con el dolor espiritual porque el cuerpo lo refleja todo.
Recuerdo a mi amigo y a su
momento de suicidio. Y me recuerdo a mí mismo en mis rituales de
masoquismo que sólo me conducían a más dolor. Me arrepiento
profundamente de ello. Es una de las cosas de las que más me
arrepiento en mi vida. Y yo suelo ser bastante tozudo. Pero aquí soy
tremendamente flexible y me pido perdón a mí mismo por haberme
hecho por ejemplo cortes en los brazos por los que salía una sangre
que era mía y que era símbolo del sufrimiento que estaba padeciendo
y del absurdo tan tremendo que estaba realizando.
Lo mismo puedo decir de la
dipsomanía. Yo bebía mucho alcohol. Muchas copas de anís, de coñac
o de sol y sombra. Hasta que llegó el momento en que me hicieron una
ecografía de abdomen y pelvis y detectaron unas anomalías en el
hígado y el médico me dijo que yo bebía mucho y que si seguía así
era bastante probable que tuviera una muerte joven. Entonces un día
14 de febrero de hace un montón de años me tomé la última copa de
anís y decidí radicalmente dejar de beber. Y lo he cumplido desde
entonces: no he vuelto a tomar alcohol. Ojalá siempre en mi vida
hubiera tenido la misma voluntad en todo que en esto de no tomar
alcohol. El alcohol pudo llevarme a la tumba antes de tiempo. Yo le
puse freno a ese proceso de autodestrucción.
Porque se trata de eso: de
autodestrucción, como los cortes en los brazos con sal en las
heridas como si fuera un Jesucristo moderno padeciendo la Pasión. Yo
no soy ningún Jesucristo, sólo soy un hombre que vive como mejor
puede con una enfermedad nerviosa bastante fastidiosa que me causa un
enorme dolor. Con ese dolor tengo bastante. No necesito nada más.
Otra cosa que hacía yo hace
muchos años era pasear por los pretiles de las azoteas, jugándome
la vida porque podía caerme al vacío. De hecho una vez me caí,
pero tuve la suerte de caer del lado de la azotea no del lado de la
calle. Y lo dejé porque vi la muerte muy cerca y sentí realmente
mucho miedo. Miedo de morir. Me di cuenta una vez más del absurdo
del sufrimiento físico, de las torturas a las que me sometía, de
las lesiones que me provocaba. Era absurdo. Tenía que protegerme de
la enfermedad nerviosa con amor, con cariño, no con más dolor
todavía. Pero tenía aún que pasar mucho tiempo para darme cuenta
del todo.
Yo era capaz de masticar
cristales. Por increíble que parezca nunca llegué a tener ninguna
lesión con esta macabra práctica. Lo hacía a solas y a veces en
público. Podría parecer una práctica de fakir, pero yo no soy un
fakir, soy un hombre con un problema concreto que tengo que
solucionar por las buenas y no consigo nada haciéndome daño en
absoluto. Tengo que quererme más. Tenemos que querernos más todos
los enfermos nerviosos. Tenemos que decir un gran SÍ a la vida. Un
sí a la vida que se escuche hasta en el último rincón de la
Tierra. Un sí que llegue hasta los confines del Universo. Un sí
auténtico, no una pantomima, una mentira más que añadir a todas
las mentiras que rodean a la enfermedad nerviosa. Dios mío: fuera
tanto sufrimiento, tanto dolor, tanta saturación de problemas que
vienen y problemas que se crean.
Hay que reducir el número de
suicidios. Toda la Sanidad Pública tiene que hacer lo máximo
posible para que se produzca la menor cantidad posible de actitudes
lesivas. No es justo. Y es ABSURDO. ¿Cómo se puede arreglar el
dolor con más dolor? ¿Cómo se puede creer que cortándose los
brazos con una cuchilla de afeitar se puede llegar a una paz
tremenda? Yo llegaba a la paz que me daba el dolor, pero también
llamaba la atención de los demás, es decir, buscaba afecto de una
forma equivocada. Muchos intentos de suicidio no son más que formas
de llamar la atención sobre la propia persona porque la soledad es
inmensa, el sufrimiento es enorme y no hay soluciones o no se ven
soluciones por ninguna parte. El suicidio como teatro para llamar la
atención, para atraer la mirada piadosa de los demás para que nos
ayuden y nos den un amor forzado y muchas veces falso, que no sirve
en realidad para nada y que al final se vicia y lo empapa todo de una
pestilente sensibilidad completamente falsa.
No hay que suicidarse. No hay
que autolesionarse. No hay ni siquiera que llorar porque las lágrimas
acaban ahogando el alma y ésta también tiene su límite de
sufrimientos. Hay que defenderse uno mismo del dolor, de la angustia,
de la ansiedad, de la depresión, de la esquizofrenia, de la
psicosis, de cualquier enfermedad nerviosa. Mucho dolor ya como para
necesitar más dolor aún. Tenemos que huir del absurdo y no dejarnos
torpedear por nosotros mismos como si fuéramos submarinos de
angustia, barcos que se van a hundir de todas las manera tarde o
temprano. Mejor tarde que temprano, ¿no es cierto? Mejor poner todas
nuestras fuerzas al servicio de nuestra salvación , de nuestra
redención, de mirar por nosotros mismos porque somos lo único que
tenemos para vivir: nuestro cuerpo, nuestra alma, nuestra
sensibilidad, nuestro cerebro. Ésas son nuestras armas. Y tenemos
que cuidarlas para que nuestra totalidad no sea víctima del
padecimiento físico añadido. Lejos todo suicidio, lejos toda
autolesión. Bienvenida la esperanza a nuestras vidas y viva la
salvación de todo lo bueno que nos queda, que es mucho.
Tenemos que hacer todo lo
posible por decir que sí a la vida. La vida es lo único que tenemos
para vivir. No hay más. Y la vida de todas las maneras termina.
¿Para qué meter prisa? ¿Por qué no defender nuestras existencia
hasta sus últimas consecuencias? Grito a Dios para que me oiga y me
libere de toda tentación de hacerme daño, de proporcionarme más
dolor del que ya experimento. Debo salvarme. Estoy en el mundo para
salvarme, para darme lo mejor de todo, para hacer lo posible por
salir adelante con la mayor dignidad posible, con la mayor voluntad
posible que nos vaya rescatando del día a día, de la rutina que
proporciona frustración y otras emociones negativas. Es una labor
hermosa y tenemos que hacerla con pleno convencimiento y no dejarnos
arrastrar por la pereza ni por ninguna emoción negativa. Tenemos que
ser fuertes y no caer en la tentación de decir y de hacer no a la
vida. Al contrario: SÍ a la vida, siempre sí. Es lo que tenemos y
no debemos cometer el pecado humano de arrasarla y convertirla en una
masa informe que no sirve para nada. Tengamos dignidad, tengamos amor
por nosotros mismos. Digamos SÍ a la vida siempre, no lo que hizo
el amigo que se suicidó. ¿Dónde estará ahora? Perdido en algún
lugar de la nada. Perdido y muerto. Curó su enfermedad con la
muerte. Mató la enfermedad matándose a sí mismo. Absurdo. Fuera el
absurdo de nuestras existencias. Sólo un sencillo sí a la vida.
Salud y suerte.
José
Cuadrado Morales
miércoles, 13 de marzo de 2019
LARGA FIESTA (PRIMERA PARTE)
- LAS GALLINAS QUE ENTRAN POR LAS QUE SALEN.
- LOS PROBLEMAS DE LOS DEMÁS NO SON MIS PROBLEMAS; NO EMPATICES CON LOS
PROBLEMAS.
- TRABAJA EL RESPETO, LA TOLERANCIA, ¡NO MARQUES TANTO…!
- SI DE VERDAD TE QUIERES ¡CUÍDATE!
- TRABAJA EL RESPETO, RESPÉTATE A TI Y A LOS DEMÁS, CUÍDATE.
- NO TE ENFADES… TE ENFADAS MUY PRONTO TU…
- NO TE TIRES AL VACÍO PARA
SALVAR A OTROS; NO TE METAS EN LAS LLAMAS PARA SALVAR A NADIE, NO BUCEES EN LAS
PROFUNDIDADES PARA RESCATAR A LOS DEMÁS.
- HORMIGUITA, CAMINA DESPACITO PERO LLEGA, NO SEAS…,¡PASOS FIRMES!
- SIENTO UNA ENORME PREPOTENCIA EN MI SER AL SERVICIO DE MI DEFENSA
PROPIA, ¡TE LO JURO!
- CUANDO ME DEFIENDO DE ALGUNA INJUSTICIA ENFOCADA HACIA MI, ME SIENTO…,
NO ME CONTENGO MENTALMENTE.
- YO SOY AMIGO DE MIS AMIGOS, PERO QUE NO ME TOQUEN…
- ESTOY DESPERTANDO EN MI MENTE MI INSTINTO ANIMAL, LIBRE Y SALVAJE.
- ESTÁ LATIENDO EN MI MENTE UN SER HORRIBLE A MI SERVICIO, QUE SE
DESPIERTA CUANDO SIENTO UNA ENORME FRUSTRACIÓN, INJUSTICIA E IMPOTENCIA.
- ESTOY LLENANDO EL VACÍO QUE ME QUEDA CON ORGULLO Y PREPOTENCIA, LE
ESTOy DANDO PERMISO PARA DESPERTAR.
- QUE TU LENGUAJE CORPORAL CANTE CON ALEGRÍA.
- MUÉVETE CON GRACIA, SOLTURA, DILIGENTEMENTE.
- DERRAMA ENERGÍA, CONFÍA EN TI, SE PRODUCTIVO, SE EFECTIVO.
- CABEZA HUECA, ESCÚCHAME, SE LIBRE, MUÉVETE COMO EL VIENTO, SE
DINÁMICO.
- ¿QUÉ TE PASA TÍO, NO LO VES? ¡REACCIONA!
-VAMOS, HORMIGUITA, TU PUEDES, TU PUEDES, TU PUEDES…
- LA COSA ES MUY FÁCIL, PRIMERO SE HACE UNA COSA…, LUEGO OTRA…, LUEGO
OTRA…, LUEGO OTRA…
- PUEDO HACER COSAS, PUEDO COORDINAR, YO PUEDO, YO SE, YO QUIERO.
- PUEDES HACER TANTAS COSAS…, ORGANÍZATE, COORDINA.
- TENGO QUE APROVECHAR MEJOR MIS OPORTUNIDADES.
- LAS COSAS SE HACEN TAL CUAL SE PUEDAN, NO CORRAS, NO ABARQUES TANTO.
- YO ANTES, ME DESMOTIVABA PENSANDO, SI ME VOY A MORIR ALGÚN DÍA, ¿PARA
QUÉ VOY A APRENDER, PARA QUÉ QUIERO ACUMULAR CONOCIMIENTOS?¡TU NO APRENDAS
MIARMA, TU SIGUE ASÍ, QUE VAS MUY BIEN!,¿QUÉ QUIERES MANDAR O SER MANDADO?
- ALGUNOS DÍAS SIENTO EUFORIA, SIENTO EN MI INTERIOR A UN CABALLO LOCO,
SALVAJE Y DESBOCADO QUE GALOPA AL VIENTO, Y QUE QUIERE SALIR SIN MI PERMISO,
PERO DE MOMENTO LO TENGO CONTROLADO, ¡ESTOY DESPERTANDO MI MENTE, PREPARAOS…,
QUE ALLÁ VOY!
- SI PERDONAS UNA Y OTRA VEZ A UN NOTA QUE QUIERE HACERTE DAÑO, AL FINAlLTERMINA HACIÉNDOTE DAÑO, ¿NO LO VES…?
- SI DAS OPORTUNIDADES, ACABA PASANDO, YA SEA PARA LO BUENO O PARA LO
MALO.
- YO HAGO EL TONTO, EL PAYASO Y
LAS COSAS MAL HECHAS PORQUE ME ABURRO, PORQUE ESAS COSAS COTIDIANAS QUE HAGO NO
ME LLENAN, NO ME ESTIMULAN.
- ESCRIBE, SABIO, QUE TU PÚBLICO TE ESPERA.
- HABLA, ESCRITOR, QUE NOSOTROS TE ESCUCHAMOS.
- NO COORDINAS, NO REACCIONAS, NO TE HIERVE LA SANGRE, ¡ARRANCA…!
- ACHARAO, REVENIO, EN HUELGA DE ACCIÓN.
- ¡NO ASUMAS LOS PROBLEMAS DE LOS DEMÁS, ESO NO TOCA AHORA!
- TENGO UN CONTRATO VIGENTE CON DIOS QUE TENGO QUE CUMPLIR.
- NO TE ENCHULES CON LAS COSAS, QUE LAS COSAS DEPENDAN DE TI, NO
AL REVÉS.
lunes, 11 de marzo de 2019
TRUCO O TRATO
¿Cómo debemos cuidar nuestras necesidades?.
Hay que responder a la pregunta: ¿Qué necesitamos realmente?. A lo largo de
nuestra vida, desde que somos más inmaduros hasta que somos más maduros
nuestras necesidades psicológicas e incluso algunas físicas cambian y es bueno
que cambien.
¿Necesito que me traten bien en todo
momento?. La respuesta madura y racional a esta pregunta es no, lo que no
quiere decir que siempre nos tengan que tratar mal, pero debemos estar
preparados para que no nos afecte el que no nos traten bien. Yo recuerdo cuando
era más joven como tenía necesidad moral de que me respetasen, era todo un
profesor interino, y no toleraba “insultos” verbales y modales fuera del
trabajo, estando por ejemplo en bares y por parte de los empleados de estos
establecimientos. No me trataban muy bien en muchas ocasiones y me dolía ( en
otras ocasiones y otros lugares me trataban a cuerpo de rey), el espíritu
sufría inclemencias grandísimas con los desplantes de estas personas y puede
que parte de la enfermedad mental que tengo se deba no a ello sino a no haber
sido lo suficientemente fuerte emocionalmente en su momento. Pero me he dado
cuenta con el tiempo de que no sólo es en el sector servicios, aquí fue donde
empezó, sino que estos “insultos” se dan en todos los sectores de la vida, del
entorno social en que se vive.
Lo mismo ocurre con Lipasam(limpieza) que con
Tusam(transportes) y otros sectores. Hay que aprender a SER FUERTE
EMOCIONALMENTE, a controlar las emociones y no a que ellas te controlen a ti.
Hay que decirse: PUEDO SEGUIR ADELANTE SI EL TRATO NO ES BUENO. Esta idea me la transmitió un libro de Felipe González que leí hace ya unos años. No sólo hay que ser emocionalmente inteligentes, como dice en uno de sus libros que también he leido Eduard Punset, sino también fuertes.
Esto es algo
que se gana con los años y con la experiencia, al menos en mi caso, pero no
debería haber hecho falta ésta y éstos
sino una educación que tuviera en cuenta esto de lo que hablo. En mi familia el
buen trato y el respeto eran la piedra angular de la educación familiar y en
realidad no se necesitaba que lo fuera tanto, al menos eso creo yo, puede que
no pensaran igual mis familiares. Igual ocurría en mi juventud en el Instituto
y en todos los establecimientos a los que iba.( Una moral antivictoriana o antidecimonónica quizá fuera de tiempo y lugar me digo ahora.¿ El amor por mis
padres quizás haya sido tan grande por este buen trato?. Nunca lo sabré. Lo que
se es que los quería muchísimo. Y creo que los hubiera querido del mismo modo
de todas formas) No necesitar tanto es bueno.
Jesús
YO, JULIA
Libro,
Premio planeta de este año, escrito por Santiago Posteguillo. Rey, a
mi entender,
de
la temática de la roma antigua, anterior y posterior a cristo.
Muy
buenas trilogías de Trajano y de Escipion “Africamus”
En este
extenso libro de yo Julia nos detallan la vida de una mujer
procedente de Siria casada con un patricio importante ,que llegó a ser
emperador y emperatriz Julia .
Buena visión del autor de las
escaleras sociales de la época. Julia: mujer matrona y esposa.
¡¡¡¡¡¡¡¡VIVA LAS MUJERES GUERRERAS !!!!!!!!!!
José María.
José María.
viernes, 8 de marzo de 2019
jueves, 7 de marzo de 2019
VIRGINIA ES MI MUJER
En Estados Unidos,
existe una ciudad;
donde los pobres comen,
y los ricos dan.
Virginia es mi mujer,
Virginia es mi mujer.
Que artesanía tiene,
esta ciudad;
todo arte es dinero,
en esta ciudad.
Virginia es mi mujer,
Virginia es mi mujer.
Es actriz y no doncella,
todo el Underground,
está de fiesta,
es la mujer de mis sueños,
y es morena.
Virginia es mi mujer,
Virginia es mi mujer.
NORMALIDAD
Yo sólo he estado casado una
vez. Y para mí es suficiente. El matrimonio acabó en divorcio como
tantos en estos días, pero de todo se aprende. No soy un escéptico
respecto al matrimonio. Creo en las segundas oportunidades. Y en las
terceras si fuera necesario. Pero hay que sacar consecuencias,
siempre que se pueda positivas, de todos los matrimonios.
Mi ex-mujer desde hace muchos
años ya siempre decía que la vida hay que vivirla con normalidad,
una palabra que utilizaba mucho. Y que utiliza de vez en cuando al
hablar conmigo.
Ella quería un matrimonio
normal, sencillo, sin complicaciones y yo era una persona bastante
complicada, con pensamientos complejos, escritor con todas las
consecuencias y todo eso complicaba sobremanera la relación. Yo no
tenía normalidad, no me aferraba a las tres o cuatro cosas
importantes que de verdad importan en la vida y que permiten que la
relación funcione lo más perfectamente posible.
Ella pensaba que el amor había
que demostrarlo en el día a día, con sencillez, sin complejidades
de ningún tipo. Es decir, con normalidad. Yo no supe ser normal
tampoco en eso. Era muy espléndido en mis atenciones, me gustaba
mucho hablar con ella, demasiado, ir al cine y comentar profundamente
las películas. Decía que yo era muy complejo, que iba demasiado al
fondo de las cosas y que eso no era normal.
Decía también que como
intelectual que era pensaba que tenía que sufrir forzosamente. En
parte llevaba razón conmigo porque mis poemas eran muy sufrientes y
mis incipientes novelas. Yo consideraba el dolor como parte de la
existencia de un intelectual y eso era algo con lo que ella no estaba
en absoluto de acuerdo y me lo rebatía con enorme sencillez. Porque
era una persona sencilla y superficial, dicho esto en el sentido más
positivo de la palabra.
Yo quería ir siempre al fondo
de las cosas, a las entrañas de cualquier problema o cualquier
suceso. Nunca quería quedarme en la superficie de las cosas. Quería
analizarlas, escudriñarlas, darles una interpretación, buscar
sentidos más allá de los aparentes y sencillos que mostraban en un
principio. Y ella decía que no cumplía con los preceptos de la
normalidad.
Yo no sabía lo que era la
normalidad. Siempre quería ir más allá de las cosas, bucear hasta
el fondo de cualquier sitio, buscar otras interpretaciones. Y quería
siempre hablar en profundidad con ella hasta que llegó el día en
que se hartó de mis complejidades y me dejó. Desde entonces no ha
tenido pareja. Yo sí. Pero todas se han ido rompiendo por una razón
o por otra. Y siempre he recordado la palabra normalidad como la que
debe presidir una relación de pareja.
Yo lucho por vivir con
sencillez pero como intelectual positivo que me considero creo que
debo profundizar siempre un poco más en todo porque hay que sacarle
el jugo máximo a todo porque la vida está para vivirla en sus
últimas consecuencias.
Yo no quiero quedarme en la
superficie de las cosas y profundizo en todo en mis poemas y en mis
novelas, por ejemplo en las tres novelas de mi Monólogo en clave
neurótica, la última de las cuales se publica en este mes de mayo
o junio. Doy todo lo más de mí para explicar lo que es y lo que
supone tener el Trastorno Obsesivo Compulsivo. Ha dado para tres
novelas como podría haber dado para seis. Todo depende del trabajo
que se ponga en el trabajo, valga la redundancia.
Mi personajes, Leocadio Gómez
Encías, ha ido narrando él mismo todas sus experiencias, que para
él son su normalidad, su día a día, su desastre, su condena, su
convivencia permanente. La normalidad de mi ex era muy distinta
porque implicaba la simplificación de todo hasta el máximo,
quitándole hierro a todos los asuntos, dejándonos llevar por la
sencillez como base de toda relación, incluida la relación con uno
mismo y la relación en pareja.
La normalidad es más difícil
de entender desde mi postura. Yo intento ser normal dentro de mis
complejidades. Yo soy como soy y ésa es mi normalidad. Cambiar eso
implica cambiarme a mí mismo, ser otra persona, otro ser que no soy
yo. Yo nací como soy y no tengo por qué cambiarme. Tengo que
mejorar siempre claro, pero con mi normalidad, con mi forma de ser,
con mi manera de proceder en todos los momentos.
Yo tengo un hijo que también
tiene su normalidad de vida y en torno a ella va construyendo su
existencia. Ha preferido ser funcionario de justicia a pintor de
brocha fina para lo que estaba muy dotado. Pintaba excepcionalmente
desde que era un niño, pero pudo más el pragmatismo de la madre que
mi idealismo. La madre claro estaba más tiempo con él. Pero no pasa
nada porque yo veo a mi hijo feliz y no lo veo para nada frustrado
con su trabajo y el abandono de su profesión de pintor.
Yo lo hice al revés: lo dejé
todo para ser escritor. Dejé trabajo y muchas más cosas para tener
la tranquilidad necesaria para escribir mis libros y estoy contento
con ello. Nunca me he arrepentido de mis decisiones relacionadas con
la Literatura. Y aquí estoy, escribiendo un nuevo artículo para la
Ura y es con lo que disfruto y lo que me da de comer espiritualmente,
lo que me da fuerzas para seguir adelante, para tener ganas de vivir
día a día por duro que resulte el existir.
La profesión de escritor es
muy hermosa. Yo lo he podido comprobar ya con 16 libros publicados.
La tercera novela será el libro 17. Y estoy muy contento y orgulloso
de mi esfuerzo. Y ésa ha sido mi normalidad con la que llevo
viviendo toda mi vida porque yo empecé a escribir desde que tenía 7
años. Garabateaba un cuaderno y era feliz haciendo algo tan simple.
Pero aprendía mucho y me entrenaba para ser un escritor de mayor,
para dar lo mejor de mí mismo, para sacar de mi interior todo lo que
tuviera que ofrecer de interesante a los demás. No quiero que yo me
quede en lo superficial, en lo más inútil, en lo más superfluo.
Quiero ahondar en todas las cosas y siempre me encuentro con cosas
nuevas, cosas inesperadas que no sabía que existían en mi interior.
Yo me sorprendo a mí mismo cada vez que escribo porque cada vez
consigo hallar algo nuevo de mí mismo.
Esa exploración personal
implica una complejidad, complejidad que no quería mi ex porque eso
implicaba salir de la normalidad. Pensar era sinónimo de
infelicidad. Para mí la felicidad era reflexionar, buscar en mí
mismo, ahondar en mis adentros, sacar cosas diferentes cada vez,
mejorar, aumentar mis conocimientos, etc.
Defiendo esta normalidad mía
y respeto el resto de normalidades como la de mi ex. Todas deben de
conducir a la felicidad como objetivo principal. Salud y suerte.
José
Cuadrado Morales
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