viernes, 31 de agosto de 2012
JUEGOS PARALÍMPICOS
Los primeros juegos paralímpicos oficiales que se desarrollaron en las mismas instalaciones y sedes que los juegos olímpicos se celebraron en Roma en 1960, aunque ya habían comenzado a realizarse competiciones en 1948, para personas que habían quedado discapacitadas, en silla de ruedas, tras la segunda guerra mundial. En Roma hubo atletismo, dartchery (especie de tiro de dardos con arco), esgrima, natación, snooker (billar), tenis de mesa y tiro con arco, y participaron 400 deportistas.
En los juegos paralímpicos de 2012, que se están celebrando en Londres desde este miércoles, son ya 20 los deportes en los que se compite y mas de 4000 los atletas inscritos. España es una potencia en este tipo deporte situándose entre los diez primeros del medallero.
Creo que los medios de comunicación no se hacen el eco suficiente en este tipo de juegos al contrario de lo que ocurre con los tradicionales, nunca he podido ver como me hubiese gustado estos juegos, siempre se han pasado en los medios de comunicación “por encima”, tampoco conozco el nombre de ningún deportista de élite de este tipo de modalidad. También es cierto que yo en los últimos tiempos leo pocos periódicos, aunque años atrás no fue así.
Las discapacidades que entran a formar parte de estos juegos son discapacidades físicas, intelectuales, visuales y personas con parálisis cerebral. Tengo entendido que no participan enfermos mentales, pero creo que como discapacitados, si no participan deberían tener la opción para poder hacerlo. Los juegos paralímpicos son para mi uno de los juegos en los que las personas mas ponen de si mismas para superarse, son un ejemplo de sacrificio y lucha rompiendo barreras mas allá de lo que pensamos.
RELATO
EL CONSEJO DEL “NIÑO LA PILÁ”
Paco Rosal no tenía muchos amigos y encima consideraba que a los pocos que tenia no los cuidaba bien. Al que creía que era el mejor de todos y el que más comprensión y ayuda le estaba prestaba, a ese, Paco Rosal le estaba mintiendo. Él no sabía muy bien por qué hacía esto con el “niño la Pilá” pero lo único que sabía es que tenía miedo de perder su amistad.
Paco Rosal no es que fuera un hombre poco sociable, ni mucho menos. Todo lo contrario, era un tipo muy dicharachero. Él, enseguida, cogía confianza con los desconocidos y entablaba conversación con cualquiera. Era una persona muy afable y cariñosa.
Allí donde llegaba entraba dando los “buenos días” o las “Buenas tardes” y conocía a la mayoría de la gente.
El “niño la Pilá” era invidente, lo apodaban así porque siempre bromeaba con que se le habían gastado las pilas que iluminaban sus ojos. Se sentaba a diario en la puerta del mercado a vender cupones y charlaba animosamente con todos los que pasaban de un lado para otro.
Por estas andaduras de parar un día tras otro a conversar, Paco Rosal fue contando los pormenores de su vida al “niño la Pilá”. Le dijo que tenía un buen sueldo, que trabajaba ocho horas y que en el almacén le tenían muy bien mirado. En casa su esposa estaba contenta y su hija era una niña modelo. ¿Qué mas podía pedirle a la vida?
Pero Paco Rosal tenía un problema que no le había referido a su amigo, aunque este lo sabía sin que se lo hubiera contado. La gente lo hablaba. A Paco Rosal, cada cierto tiempo, le perdía la enfermedad del juego. Era cíclico, y cuando le ocurría iba al casino y se gastaba la nómina íntegramente, dejando a su casa con una mano delante y otra detrás.
Paco Rosal no le contaba a su amigo lo mal que empezaron a irle las cosas. Tuvo que pedir anticipos en el trabajo, cada mes se encontraba más endeudado y sin embargo seguía jugando sin parar. Su esposa se quejaba de que no tenia suficiente para los gastos diarios, que ya ni le contaba si tenia que comprarle algo a la niña. Pero estas cosas le daba vergüenza contárselas al “niño la Pilá”. Paco Rosal las callaba, pensaba que de alguna forma las solucionaría.
Un día, cansado de darle tantas vueltas a la cabeza, pensó que su amigo podría ser un buen consejero ya que trataba con mucha gente y conocía las dichas y miserias de todo el mundo.
-Que no manejes tú el dinero de tu casa- le dijo nada más terminar de plantearle la situación Paco Rosal.
-Pero eso como va a ser si yo soy el que…
-Tú quieres una solución, pues ahí la tienes. Que no manejes tú el dinero de tu casa. Si el dinero no pasará por tus manos no tendrías problemas con el juego. ¡Hazme caso Paco! ¿Te diría yo algo que te perjudicara?
-No.
-Pues, entonces
A Paco Rosal el planteamiento de ceder el dominio económico a su señora se le hizo duro, porque en lo primero que pensó es que él quedaría anulado, sin voz ni voto en lo que se refriera a llevar las riendas de la casa. El “niño la Pilá” le dijo que para empezar buen administrador no era y que por su mala cabeza ahora estaban las cosas como estaban y segundo, que ella administrase el dinero no significaba que los dos no estuvieran de acuerdo en que y como gastarlo para bien del hogar.
Paco Rosal seguía sin ver con claridad aquello que su amigo le había planteado y continuo pensando en ello. Pero se dio cuenta de que no tenía mucho más que pensar. El “niño la Pilá” había dado en el clavo, y le gustase a él o no, mientras tuviese la enfermedad del juego y no fuera capaz de controlar esos impulsos que le venían de vez en cuando, no podía manejar dinero o se arriesgaba a perderlo todo. Su amigo le había dado un buen consejo y ahora le tocaba a él llevarlo acabo.
- Ah, otra cosa, Paco, a partir de hoy la tienda de cupones está cerrada para ti.
La Pluma Negra
CALAMARES A LA RIOJANA
INGREDIENTES.
¡Buen provecho!
• ½ Kilo de calamares ó chipirones.
• 2 tomates maduros.
• 2 Pimientos.
• 1 Cebolla.
• 4 dientes de ajos.
• 1 cucharada de pimiento molido.
• Pimienta negra (en grano ó molida)
• Vino (un chorreón).
• Aceite, sal.
• 1 cucharada de harina.
ELABORACIÓN:
Limpiar y cortar los calamares, preferentemente a tiras, trocear los pimientos, tomates (pelados), cebolla y ajos. En una sartén, se pone el aceite a calentar, se fríe una cucharada de pimiento molido y harina, a continuación se añaden los pimientos, ajos, cebollas y tomates. Una vez hecho el refrito, se echan los calamares y se rehogan, se añade un buen chorreón de vino, se sazona y se le añade pimienta según gusto.
Dejar cocer durante unos 20-25 minutos, retirar cuando los calamares estén tiernos.
¡Buen provecho!
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