viernes, 14 de julio de 2017
REFLEXIONES VERANIEGAS
Es
el momento de la despedida, que en realidad es un hasta luego. Parece mentira
pero parece que fue ayer cuando estaba en septiembre de 2016 y daba comienzo la
nueva temporada de la Ura
como a mí me gusta decir. Pues ha pasado el tiempo, 10 meses, y han pasado
muchos artículos y críticas de cine, y el tiempo ha dejado su riqueza y sus
problemas al borde del camino, con más o menos calor y más o menos presencia.
En
los últimos días he publicado mi primera novela, que forma parte de una
trilogía titulada Monólogo en clave neurótica. La primera novela se titula
Historia de una obsesión. Es la historia de un enfermo de trastorno
obsesivo-compulsivo, es decir, de TOC, al que ingresan en una Unidad de Psiquiatría y con el apoyo
de sus amigos y otras personas consigue salir adelante.
No
es una novela autobiográfica. Hay un 5% de mí en la novela y un 95% de ficción.
La idea de la novela, de la trilogía después, nació cuando yo tenía 19 años, es
decir, hace 36 años. Entonces escribí unos primeros folios y los dejé aparcados
durante todos estos años para dedicarme a la poesía, pero después de 14
poemarios publicados ha llegado la hora de publicar mis tres novelas. Hay un
tiempo para cada cosa y cada uno conoce más o menos lo que es mejor para sí
mismo según las circunstancias.
Digo
esto porque yo también padezco como mi personaje central de TOC, pero eso no me
iguala a él porque, repito, casi todo es inventado. Además cuando yo ideé la
novela, la trilogía después, yo no padecía la enfermedad. Ésta me vino varios
años después. Son coincidencias del destino, en este caso fatal. De todas
maneras mi experiencia personal me ha servido para escribir la trilogía.
Durante
este verano, durante las vacaciones que empezarán el próximo viernes, hoy es
lunes, releeré la primera novela para buscar posibles fallos para no caer en
ellos en las dos novelas siguientes, que ya están escritas, sólo a falta de
correcciones, que suelen ser abundantes en mi caso porque soy muy puntilloso.
También
en mis vacaciones leeré las próximas dos novelas para ver en qué condiciones
están y comprobar si necesitarán muchos arreglos o no. Ya veremos y ya os iré
contando a la vuelta de vacaciones.
En
estas vacaciones no iré como la mayoría de la gente a la playa porque tuve en
1986 una experiencia muy funesta al quemarme con el sol. Sufrí quemaduras de
tercer grado sobre todo en las piernas. No estaba bien protegido y pagué las
consecuencias y desde entonces le tengo miedo al sol y a estar en la playa. No
me importa: soy más urbanita y ya sabéis los que me conocéis cuál es mi
destino.
Iré
a Madrid en agosto 4 días como siempre por las fiestas de la Paloma. Disfrutaré
como siempre de Madrid, esa ciudad gris como dice mi hijo que para mí está
repleta de colores y de toda clase de aportaciones creativas, culturales,
arquitectónicas y un largo etcétera. En Madrid me alojaré en el hostal de
siempre, donde me encuentro muy a gusto, cerca de la
Gran Vía para estar en el centro neurálgico
de la ciudad. Allí puedo leer también mi
libro, que siempre tengo la costumbre de llevar conmigo en mi viaje a Madrid.
Es como una segunda presentación oficial de mi novela en la segunda ciudad que
más quiero. La primera es Sevilla.
Durante
las vacaciones aprovecharé para ver mucho cine tanto en las pantallas grandes
como en la televisión. Puedo acostarme más tarde, aunque yo soy normalmente muy
madrugador. Me gusta eso de levantarme cuando el sol aún no ha asomado por el
horizonte y las farolas están aún encendidas. Es muy poético y romántico.
Por
fin tengo correo electrónico e internet en el móvil. Me voy actualizando como
dice mi hijo. Se trata de actualizarse a la fuerza porque yo no soy muy amigo
de las redes sociales y de las nuevas tecnologías en general. Sabéis que
todavía tengo mi antigua máquina de escribir Olivetti con la que me llevo muy
bien y con la que es imposible perder información.
Practicaré
durante el verano un poco más la vida social. La novela me ha tenido apartado
del mundo durante meses. La post producción de la novela y su edición han sido
agotadoras y me han dejado prácticamente sin fuerzas, así que me merezco un
descanso. Y tengo que leer más, algo para lo que también viene bien el verano:
dejarse llevar por personajes como Leocadio, el de mi primera novela, y todos
los que le rodean, y personajes de otros libros, y ensayos, y cuentos, y lo que
venga bien. Leer es fuente de cultura y viene bien a todas horas.
Veré
con más frecuencia a mi hijo, al que nunca tengo abandonado. No sé cuáles son
sus planes vacacionales porque sigue preparándose sus oposiciones a juez y
trabajando muy duro para ello. Ya veremos, pero siempre estamos cerca y él sabe
que me tiene a una llamada de teléfono. Ahí estaré siempre para él.
También
leeré un poco mejor el Manual del sufrimiento para aprender a sufrir lo menos
posible. Sufro demasiado como se dice vulgarmente cuando me como el coco, que
es muchas veces por pensar demasiado sobre todo en sentido negativo y después
la realidad me demuestra que las cosas son más positivas de lo que yo imagino.
Anticipo, como dice mi psicóloga, demasiado el sufrimiento y estoy cansado de
sufrimiento inútil.
Tengo
que seguir avanzando en el conocimiento de mí mismo para creer más en mis
posibilidades. Estos días estaré más tiempo en casa y meditaré positivamente
para seguir adelante. Es necesario que me reinvente para no sufrir tanto y
tengo que adelantarme antes de que ese sufrimiento ocupe el sitio de la
felicidad.
Felicidad
es lo que le pido al verano. No meterme en la cama a las 4 de la tarde porque
estoy cansado de trastorno obsesivo-compulsivo. No quiero estar más tiempo de
día en la cama. La noche es para dormir y de vez en cuando ver las estrellas,
pero el día para dedicarlo a la felicidad, a hacer cosas útiles y no sufrir
tanto como yo sufro. Estoy cansado y a veces es bueno cansarse para cambiar.
Leeré
más revistas de cine para ir informándome sobre los estrenos de la próxima
temporada para cuando haga las críticas de cine estar al día. Me gusta la
revista Fotogramas, que es la que más leo y también me suelo llevar de viaje.
En
fin: espero que mi verano sea provechoso y disfrute escribiendo, viajando,
leyendo, meditando lo justo y en positivo, haciendo cosas poco habituales y
demás. No quiero perder el tiempo y no quiero que el tiempo me pierda. Necesito
liberarme del tirano que a veces soy conmigo mismo y ser más feliz.
Yo
os deseo las mejores vacaciones posibles y que sepáis aprovechar el tiempo
también. Ya nos reencontraremos en septiembre, cuando dé inicio la nueva
temporada de la Ura. Entonces
disfrutaremos más y mejor que este año que termina en este punto de partida que
son las vacaciones. Salud y suerte, amigos lectores.
José Cuadrado Morales
EL CAMINO
Dicen que el proceso de la vida es maravilloso, nacemos
crecemos y morimos, pero hay que recorrer este camino, y no siempre es fácil.
Sabes que tu puedes ser tu misma aunque el tiempo lo olvide y los pilares se
modifiquen, aunque hay veces que se caen las piezas de tu vida y te preguntas
¿y esto? y la respuesta sería; continúa, si porque si no, porque no y quizás
porque hay que cambiar
Hoy soñare con todos los que me aman y me olvidare de los
odios mundanos, hoy seré yo ante todo y sobretodo, seré diferente porque serlo
es importante. El proceso de cambio empieza desde la confianza y caer una y
otra vez te da fe en encontrar la respuesta, al menos eso creo. Hasta que el
fin del mundo me hunda entre sus tierras donde seré la flor que te acompaña, donde
seré el ruiseñor, donde ya no sentiré nada por eso estar vivo es importante.
Por otro lado te preguntaras por qué las personas que te acompañaron en el
camino son importantes y sabes que porque aprendiste a no caer, los buenos
consejos guárdalos en el alma porque ella nunca olvida.
Abriré un camino de amor
donde nuestras almas conversen
Abriré un sueño de esperanza
donde nuestros cuerpos se mezclen
Alcanzare la eternidad a tu lado
y jamás olvidare tus abrazos
Juntos construiremos
un lugar donde refugiarnos.
Alcanzaremos el alba al despertarnos.
Vicki.
TALLER DE TAPAS FRIAS
El taller de tapas frías es ya un clásico dentro de las actividades extra de verano que organizamos en la URSM.
Hemos empezado haciendo una ensalada de pasta, que nos salió "para chuparse los dedos", aquí os dejamos la receta:
INGREDIENTES:
- Macarrones.
- Pollo asado.
- Tomates.
- Alcachofas.
- Cebolla.
- Caballa.
- Orégano.
- Pimiento morrón.
- Aceite de oliva virgen extra.
- limón.
- Sal.
ELABORACIÓN
- Se cuecen los macarrones durante aproximadamente 12 minutos, hasta que estén "al dente", se escurren y se enfrían con agua. Se trocea el resto de los ingredientes y se añaden según el gusto de cada uno. Finalmente se le añade aceita, limón o vinagre y sal.
jueves, 13 de julio de 2017
EJERCICIOS DE ESTIMULACIÓN COGNITIVA
LA FRASE OCULTA.
Si sustituyes cada uno de los símbolos por su letra correspondiente, aparecerá una columna llena de palabras.
Para encontrar la frase oculta debes realizar las operaciones aritméticas que aparecen en la parte derecha de la tabla, cada resultado te indicará el lugar que ocupa cada palabra en la frase. ¡SUERTE!
miércoles, 12 de julio de 2017
LOS EFECTOS SECUNDARIOS DE LA MEDICACIÓN
Son
las 7 de la mañana de un día fresquito de verano. Estoy sentado en un banco de
la solitaria Plaza de San Gabriel, junto a la Parroquia de San
Leandro. Parece que la ciudad aún no ha despertado, sigue perezosa metida en la
noche como si ésta fuera a ser infinita.
Me
he levantado como todos los días a las 5.30. Me gusta aprovechar el día y la
mañana es mi mejor momento, cuando tengo la mente más lúcida, a pesar de que no
duermo demasiado bien. Esta noche ha sido especialmente dura porque apenas he
pegado ojo y me siento algo zombi, pero con la mente despejada y capaz de
reflexionar un poco sobre mi vida, que lo necesito.
Rememoro
todos los años que llevo de enfermedad mental y lo primero que hago es odiar esa
expresión, la de enfermo mental, como si fuera un apestado o algo que le
sobrara a la sociedad de la que formo parte. Y pienso en todos esos años con
una dura nostalgia, con una esperanza desprovista de pasión y con una pasión al
mismo tiempo en alza porque tengo muchas ganas de seguir viviendo. Ninguna
enfermedad mental va a acabar conmigo y siempre estaré alerta ante todos los
ataques, provengan de donde provengan.
Recuerdo
ahora el tema de las pastillas, de toda la odisea que he pasado con ellas desde
hace tantos años, que no quiero contar. Al principio recuerdo que leía con
fruición los prospectos y me asustaban por la cantidad de efectos secundarios
de los medicamentos. Había de todo, perfectamente clasificados y muy claros.
Que si afectaban a la libido, que si podían provocar el suicidio (curiosa
paradoja que una pastilla que intenta curar problemas de nervios pueda provocar
una mayor inclinación al suicidio, los fabricantes sabrán y los psicólogos y
psiquiatras que dan su visto bueno), que si provocaban sueño o somnolencia, que si generaban
problemas articulares, lentitud en la movilidad y un larguísimo etcétera.
Aquello no me parecía una medicación sino un triste parte de guerra. Un parte
de guerra del que no quería participar.
Y
me negué a tomar medicación durante muchos años. Recuerdo que incluso pasé
tribunales médicos con informes donde los psiquiatras hacían constar mi actitud
reacia a tomar medicamentos por los efectos secundarios. Pero los tribunales
entendieron mis explicaciones y logré, sin quererlo, una invalidez permanente
total de la que disfruto ahora por decirlo de una manera suave porque no me
siento para nada orgulloso de ello.
Pero
yo llevaba una vida que no era vida. Estaba casi siempre llorando, con
depresión y crisis permanentes de ansiedad. Dormía en el suelo muchas veces
porque me daba pereza hasta llegar a la cama. No era vida. Y llegó un momento
en que exploté. Coincidieron la muerte de mi madre y la ruptura de una relación
con una mujer de la que no quiero acordarme al estilo de Cervantes.
Estaba
tan mal que tuvieron que ingresarme en la Unidad de Psiquiatría del Hospital Universitario
Virgen Macarena. Allí reflexioné sobre los medicamentos y sopesé los pros y los
contras. El psiquiatra que me tocó me convenció de que mejoraría con la
medicación, que los medicamentos de nervios habían avanzado mucho en los
últimos años y que podía fiarme de ellos. Y yo no me fiaba porque los
prospectos seguían contándome demasiadas cosas negativas. Pero le hice caso al
médico y durante mis dos semanas de ingreso (el único que he tenido en toda mi
vida como enfermo mental) me tomé la medicación tal y como me la prescribieron.
Estaba casi todo el día dormido y me sentía fatal.
Lo
peor fue cuando me dieron el alta y me “soltaron” para enfrentarme al mundo
real solo. Lo primero que hice fue comprar los medicamentos y romper todos los
prospectos. Era el momento de dar un paso adelante. Recuerdo que me quedaba
dormido en los bares. Recuerdo que incluso me quedaba dormido cuando sacaba
dinero de los cajeros. Estaba mareado, tenía inestabilidad, sequedad de boca,
náuseas y muchas ganas de tirarme en la cama y dormir o hacer como que dormía.
A veces me montaba en un autobús y me quedaba dormido y se me pasaba la parada.
En ocasiones me despertaban otros pasajeros, como ocurría en los bares cuando
los propietarios se acercaban a mí y me preguntaban si me ocurría algo. En
otras ocasiones caminaba muy lento por la calle y amables personas me
preguntaban si me ocurría algo. Naturalmente que me ocurría, pero yo mentía y
decía que estaba bien.
Estuve
muchos meses así, pero aguanté hasta que llegó el momento en que los
psiquiatras dieron con la tecla del tratamiento más idóneo para mí y con el
menor número de efectos secundarios posibles. Ya me encontraba mejor. Ahora no
podía llorar: las lágrimas permanecían bloqueadas en algún lugar de mi rostro.
Así llevo más de 8 años, sin soltar una lágrima. Supongo que esto es bueno. La
libido está alterada y tiene días y días. Ya no me quedo dormido en los
cajeros. Sí me quedo dormido con frecuencia viendo la tele o leyendo, pero
puedo estar alerta para escribir mis libros y estos artículos con los que me
acerco a vosotros cada dos semanas.
He
aceptado los efectos secundarios y sigo rompiendo los prospectos. Lo hago con rabia
para que no puedan conmigo. Esta mañana, desde las 7, reflexiono sobre todo lo
que he pasado y no sé si ha merecido la pena. Supongo que sí porque me
encuentro mejor, pero tengo una suave tristeza que me invade en esta fresca
mañana de verano en la que las hojas de los árboles se mueven a gran velocidad
y las palomas me acompañan con sus sonidos.
Estoy
cansado de ser un enfermo mental. Y estoy cansado de que me digan que lo soy. Los
médicos dicen que esto ya es crónico, es decir, que lo “disfrutaré” toda la
vida. Tengo 55 años y desde niño albergo problemas de nervios. Toda una vida.
No es para echarlo de menos. Me siento algo solo y un poco vencido, pero con la
moral paradójicamente alta y mirando al futuro con una cierta elegancia y una
dubitativa actitud.
No
sé qué ocurrirá de aquí hace adelante. Tengo cierta fe en un futuro cercano,
pero sobre todo en un futuro inmediato: el día siguiente. Es decir, el día a
día. No quiero ponerme metas más lejanas. Quiero vivir el momento y los
momentos tal y como van transcurriendo. Y quiero seguir escribiendo mis libros,
entre otras razones para sentirme útil y elevar mi autoestima. Quiero seguir
viviendo solo. No quiero que los arpones del amor se claven más en mi alma.
Estoy cansado de heridas que tardan mucho en cicatrizar haciendo bueno aquello
del largo olvido del amor.
No
ambiciono más. Vivir con dignidad y lentamente, sin prisas. Tocando una campana
interior que me despierte y me mantenga alerta toda mi vida. Quiero creer en mí
mismo y en mis acciones, y quiero dejar en mis libros la huella de lo que soy,
de lo que fui. Y voy a seguir tomando la medicación porque como decía una
enfermera de la Ura
que ya no trabaja los medicamentos son parte de la comida diaria que debemos
tomar. Será así, supongo, con un largo trayecto de escepticismo.
En
fin: ésta es mi reflexión matinal en esta mañana de lunes. Buena forma de
empezar la semana. Espero seguir como estoy y no dejar de luchar, aunque este
verbo no le guste demasiado a mi psicóloga, pero no encuentro un verbo mejor
para definir mi vivir diario.
Salud
y suerte es lo que os deseo como siempre y hoy con más fuerza que nunca.
José Cuadrado Morales
YA ME INSPIRÓ LA MAÑANA.
con su verdor y sus flores,
ya me inspiro la mañana,
con sus sonidos y su cielo.
¿Y donde quedó la noche?
¡En el recuerdo!
Y si me caigo me levanto,
me levanto,
y si me equivoco,
me arrepiento.
Un leve frescor acariciaba la mañana, sin embargo aún no
amanecía. Era de noche, una noche calurosa de primavera, en el exterior se
escuchaba silencio, lo mismo que en el interior, y allí estaba yo esperando el amanecer del día y con ello
la alegría de la mañana, con la esperanza que de mi corazón clamaba.
El Sol ya ha pasado, ya no
hay gentes recogidas en sus casas, ni se refugian a la sombra de los árboles
y bares a la hora de su mayo plenitud.
Todos esperan la llegada del otoño, y con ello el cambio del viento y del cielo.
Porque ya salieron de mis ojos hacia la vida ya olvidada del
pasado y gracias a ellos, que ya sin yo saberlo brotó la vida y el cielo, me ha
perdonado en los colores del arco iris tras la lluvia de la libertad verde de
los campos, campos esperando las lágrimas y con ello el perdón y la esperanza.
Un sol apagado alumbraba los valles mientras yo pasaba por
ellos perdida entre personas que buscaban un no se qué. Mientras tanto se
escuchaba el sonido de las hojas que entre los árboles hacían pasar el viento
del sur en la delicada ciudad solitaria. Los pensamientos apagados, el equipaje
vacío, solo palabras que no salían de un corazón sediento de inspiración, sin
embargo algo me decía que era el camino correcto de la tarde, pues al llegar la
noche llegaron palabras, sentimientos e ideas.
… Y ahora que descanso canto a la alegría, a la belleza de
la vida, a las libertades de las banderas, a la esperanza de que
desaparezca de la historia del ser
humano la esclavitud y la tristeza de tantos sufrimientos y tantas guerras. Y
reine en la tierra la paz y la verdadera libertad exenta de cadenas.
Miro las hojas secas y mojadas del suelo cuando paso
paseando tras la lluvia y recuerdo las palabras que escribí y la inspiración
que me produjo y las olvido. ¿Pero que bonito es recordarla!
Mas vale triunfar tarde pero con experiencia que triunfar
temprano si ella.
Paqui M.
domingo, 9 de julio de 2017
viernes, 7 de julio de 2017
MONOLOGO EN CLAVE NEURÓTICA
Nuestro amigo y colaborador José Cuadrado Morales ha publicado su primera novela "Monólogo en clave neurótica", después de catorce libros de poesía ha decidido cambiar de registro y adentrarse en un nuevo mundo, la prosa. Si estáis interesados en adquirir algún ejemplar podéis poneros en contacto con el autor a través del correo de nuestro blog.
Aquí os dejamos el comienzo de esta fantástica novela.
Aquí os dejamos el comienzo de esta fantástica novela.
-
Habla Leocadio:
Satanás se ha reencarnado en un
falo gigantesco que provocativo se erige enorme, ampuloso, repugnante en una
plazuela sucia y vírica de un lugariño perdido en el inmenso ano del mundo,
presto a la plural adoración de una masa de excrementos clasistas que lamen el
semen petrificado que hierve más allá de la purulenta cúspide fálica.
Viejas envueltas en arrugas
seculares se apelotonan babosas para adorar a su divino ente de castración
matrimonial. Niños-ninfa se toquetean mutuamente en un bailoteo sin par
mascullando entrecortados aberraciones lingüísticas para rendir culto a su gran
héroe: Belcebú. Mujeres de mediana edad rascan con puercoespines sus
libidinosas entrepiernas en una locura de jugos vaginales. Un anciano podrido y
tuberculoso, repleto de gangrena, masturba su demacrado pene con una lengua prisionera
de una miseria truculenta y nihilista.
He aquí, señores del jurado divino que me observáis, el
gran espectáculo del triunfo de Satanás nuestro gran Dios convertido en pene que derrama protección para nosotros,
desamparados hijos de una institución tan absurda como el bien. Soy yo y ¿a quién
excepto a mi le importa? pertenezco a la síntesis entre un truculento
manjar y un chiste desesperanzado. Soy yo, a secas, cobijado en la miseria que
absurdas lecturas bíblicas me han impuesto. Nuestro gran falo será lamido por
miles de lenguas ávidas de pecado rebelde. El sexo será elevado al trono donde
estará alejado de toda inhibición. Allí estará prohibido prohibir; solo se
castigará lo no excesivo, si, porque lo excesivo es lícito………
Primera página del libro "Monologo en clave neurótica" con la autorización del autor.
jueves, 6 de julio de 2017
LA PRIMAVERA LA SANGRE ALTERA
Por primavera la sangre se altera,
pero puede ser que sea porque nacen las flores y después de encontrarse uno en
un descanso de vacaciones merecidas termina diciendo… “¡y que diantres hoy
puede ser que todo sea distinto y mis pies no estén descalzos, puede que ahora pueda volar o sentarme mañana, puede
que esa sea la tarea, hoy soñaré que todo será distinto para beber de la sabia
de la fruta, puede ser que me espere a la hora antes de encontrar otro chico o simplemente decirle adiós. Hoy mi fascinación es inmunda de veras,
hoy nace una flor en mi interior y podría decirse que se detiene el tiempo,
pero quizás solo quizás hoy pueda irme a
otro lugar lejos donde se sueña. Quiero
volar hacia un lugar diferente que no este en el ahora, volar sin miedo y
explicar mis salidas de tono y mis comparaciones, o pensar que soñar es
diferente; “Mami dime quien vuela en el
cielo, estoy sintiendo que el ahora es un sueño y la luz de mi vida eres tu. La
candela se enciende cuando no tienes pulso para caer en una balanza pero la
realidad es que se sueña desde el corazón todos aquellos que me enseñaron en el
camino los aprecio como a mi vida y jamás puedo olvidarlos sinceramente diría
que soy una flor y que esa flor brilla cada primavera.
Ninfa.
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