YO
En la aurora de buenos Aires,
me entrené para matar;
los milicos caían muertos,
y yo dando buenos ejemplos.
¡YO!
Por delante todo sonrisas.
¡YO!
El milico ejemplar.
No todo en mi son sonrisas.
¡YO!
El asesino intelectual.
¡YO!
El asesino intelectual.
Hoy en día me arrepiento,
de ser milico;
me da repelus el matar,
por el amor que he recibido,
voy por delante,
y no me quedo atrás.
Fin
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