Los mandamientos sagrados,
la disciplina que impone el mal;
es por lo que la mujer y el hombre,
se inclinan al mal.
Por los caprichos del mal,
nacen pocos niños buenos;
y en el mundo que vivimos,
abunda el mal.
Yo me revelo contra el mal,
el mundo me importa poco;
y me mantengo sano,
para que no me domine el mundo;
y así camino poco a poco.
Por los caprichos del mal,
nacen pocos niños buenos;
y en el mundo que vivimos,
abunda el mal.
Ya no me domina el mundo,
ya no soy una marioneta;
me quedo con lo bueno,
destierro de mi vida lo malo;
y lo van diciendo las avionetas.
Por los caprichos del mal,
nacen pocos niños buenos;
y en el mundo que vivimos,
abunda el mal.
Francisco Manuel
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