lunes, 8 de octubre de 2018

CUANDO LOS CELOS SE DESBORDAN (PRIMERA PARTE)

     Yo sólo he tenido una novia y he padecido unos celos patológicos, no se en que medida fundados. La situación se dio poco antes de terminar los estudios y de irme a hacer el servicio militar, sobre  el año 91. Mi novia era bastante bella, lo que se puede llamar un bombóm, guapísima, como yo le decía a ella la mujer más guapa del mundo. Ella me contestaba que eso no estaba mal. No había otra que me gustara más. Aparte de lo físico, era bastante simpática y alegre, trabajadora y no bebía ni una sola gota de alcohol ni fumaba. Estaba completamente enamorado de ella y había una relación de dependencia entre los dos grande, nos queríamos mucho salvando algunas diferencias que se pueden dar en cualquier pareja aunque perfecta empezó siendo la relación.
     La cuestión de los celos comenzó cuando empezó a trabajar en un establecimiento de apertura 24 horas llamado S.O.S. que se encontraba en Los Remedios y trabajaba de noche; antes ya lo había hecho en un pub de Triana de una amiga de su padre pero entonces no hubo problemas( me pasaba muchos días sentado un rato en una esquina de la barra mientras trabajaba para hacerle compañía).
 Empezó trabajando en el polígono de San Pablo, en una consulta de Certificados Médicos. En cada trabajo mientras yo terminaba los estudios procuraba acompañarla los ratos que podía. También fue canguro en Nervión mientras le salía algo mejor. Al mismo tiempo quería terminar el bachillerato(último curso)  y estuvo en el nocturno del Martinez Montañés la temporada que trabajó de día. No le gustaba que fumara y yo estuve seis meses sin fumar por cumplir una promesa que le hice a ella si se presentaba a un examen de inglés. 
En los Remedios, de turno de noche siempre, trabajaba junto a un vigilante jurado mas o menos apuesto, yo diría que apuesto y joven, que tenía un Renault 5 turbo con cristales opacos y completamente oscuros, de los que no dejan ver a los que van dentro. Trabajaban los dos de noche. Eran compañeros de trabajo. Ella me contaba que el vigilante, su amigo, tenía novia, pero que decía que realmente no la quería, debía ser una cuestión de otro tipo me dije yo.
El hecho de que se hiciese amigo de una persona que tuviese novia por el motivo que sea que no fuese por amor y a la que no quisiese no me gustó mucho y me empezó a molestar. No comprendía a su amigo ni creo que lo comprenda nunca. Se tenían cariño del tiempo que estaban juntos creo, como compañeros de trabajo. Después de aquello de su coche turbo y preparado así con cristales oscuros y opacos para que nadie viese quien iba dentro me pareció sospechoso. Empecé a pensar mal, en una posible infidelidad. No por ello impedí nada de que se fotografiasen juntos en el trabajo, eran compañeros, el vestido de vigilante y ella normal, como iban muchas cajeras antes, ella no llevaba uniforme. La cuestión es que cuando estaba yo con ellos en el trabajo no se producían los celos, aunque no hablaba mucho con el vigilante. Los celos aparecían después cuando me quedaba solo en casa.






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