martes, 30 de octubre de 2018

CUANDO LOS CELOS SE DESBORDAN (segunda parte)

Estaba en como se iniciaron los celos en mi relación de pareja: contaba que desde que mi novia me contara que su compañero de trabajo no quería a su novia de verdad, a pesar de que estuviese con ella de novio, no dejé de pensar por momentos que clase de persona podía ser. Los celos surgieron como cuento más en casa que cuando estaba con ellos de visita en su trabajo. Entonces me dio por vigilarla.
Eso son los celos. Y no. Durante el tiempo que estuve sin fumar por una promesa a ella, seis meses, llegó el día en que desfallecí, a los tres meses. Decidí volver a fumar y me dirigí a una cafetería-pastelería que había cerca de mi casa a comprar tabaco. Cuando ya había sacado el tabaco apareció ella tras de mí: - "pero que estas haciendo", creo recordar que me dijo. De manera que tiré el paquete de tabaco y conseguí estar otros tres meses sin fumar. En total seis meses.
La alegría que desprendían los dos cuando estaban juntos influyó. Ella era muy alegre la mayor parte del tiempo y eso era algo muy positivo para mi pero en las circunstancias en que estaba fue negativo. Como decía ella  que había que disfrutar del sexo hasta “hacer palmas con las aletillas del chochete”, eso según me dijo se lo había dicho su compañero de trabajo. Contaré más tarde a que se debían estas ganas, pues influyó también en que aparecieran los celos.
Como decía empecé a vigilarla con el cuerpo descompuesto la mayor parte de las veces. En el momento en que se dirigía mi novia a su trabajo, sin hacer un cálculo preciso para estimar esos momentos pues no sabía con exactitud sus horarios, empecé a irme un par de días a los Jardines de Cristina a esperarla verla pasar en moto( también tenía coche) como logré ver un día. Los momentos en que se viven los celos son confusos y no se atina con muchas cosas. Puede más el malestar que la lucidez mental y la tranquilidad. La vi pasar  y esa noche me quedé tranquilo.
Pasaban los días y los celos iban y venían.
Al cabo del tiempo volvieron a surgir los celos y entonces decidí vigilarlos a los dos desde un lugar cercano a su trabajo mientras trabajaban. En esta ocasión se trataba de los jardines de enfrente del super 24 horas, los Jardines del Príncipe en los Remedios. De noche no había allí nadie. Y la zona daba casi frente a la puerta en que estaba la caja en la que trabajaba ella.

Jesús.
      

MI CASA

Yo vivo en la misma casa desde hace 26 años, desde 1992, un año muy simbólico por todos los acontecimientos que tuvieron lugar en él. Acontecimientos que no pude saborear por culpa de mi enfermedad que estaba en un momento crítico. Me hacía sufrir horrores y no pude disfrutar cuanto hubiera querido.
Me cambié de casa en 1992 y ya no me he vuelto a mudar. En ella he vivido toda clase de acontecimientos. Ahora me quiero referir a los que tienen que ver con la enfermedad, que es lo que tiene más importancia para el blog de la Ura.
Durante mis años de depresión, ya superada, pasaba muchos días enteros metidos en la cama. Mi casa era una prisión, una celda aún más pequeña donde me sentía prisionero, un ser impotente para escapar de sus dificultades diarias. Todo era un mundo. Cualquier pequeño detalle se convertía en inmenso. Y mi casa me provocaba una asfixia tremenda que me impedía casi por completo disfrutar de ella. Vivía en mi casa como podría vivir en cualquier otro sitio porque mi casa era sinónimo de sufrimiento, de padecimiento, de decadencia.
Mi casa no tenía para mí nada singular. Era un infierno. Me levantaba de la cama sólo para hacer mis necesidades y para comer algo, poco, de vez en cuando. Mi casa era la cama, el cuarto de baño y el frigorífico. No podía escapar de la rutina. Todo estaba desordenado. Tenía la casa abandonada. Acumulaba basura como si tuviera el síndrome de Diógenes. A veces no podía ni caminar de tantos trastos como tenía y en ocasiones la mesa de camilla estaba tan llena de porquería que me avergonzaba, pero el dolor era mayor que la vergüenza.

Era preso y no sabía cómo escapar. No tomaba medicación. No quería. Me negaba rotundamente. Hasta que llegó el momento en que empecé a tomar medicación y me puse mejor. Y empecé a salir de la cama, a limpiar mi casa, a ponerla ordenada, a vivir en definitiva en ella y no considerarla sólo un calabozo.
Salí del calabozo con mucho esfuerzo. La calle me resultaba extraña del tiempo que había permanecido encerrado en mi casa. Me sentía extraño entre la gente y me costaba mucho trabajo comunicarme con los demás y hacer las cosas más sencillas.
Me había atrofiado en la cama de tanto tiempo metido en ella. El edredón se había vuelto viejo de tanto usarlo. Había sido un esclavo de la enfermedad y me había dejado manipular claramente por ella.
Empecé a relacionarme de nuevo. Y también tuve que empezar a relacionarme con mi casa de una manera distinta. Ya no la veía como una cárcel, sino como mi sitio para vivir, para estar en el mundo, para escribir mis libros, para lavarme, para comer, para hacer muchas cosas ademas de aprisionarme en la cama y ser su esclavo.
Limpié hasta que puse mi casa muy bonita, pero me vine abajo de nuevo, aunque no con la misma intensidad, y se puso otra vez sucia. El suelo se puso negro de tanto pasar la fregona con la misma agua sucia. No cambiaba el agua. Sentía una pereza infinita. Me costaba un mundo hacer cualquier cosa por pequeña que fuera. Y poco a poco dejé que mi casa se volviera otra vez un estercolero, pero no por depresión , sino por dejadez, por abatimiento, por pereza. Simple y llana pereza, y un poco de sinsentido de la propia existencia.

Así pasaron varios años. Yo nunca dejé de escribir, pero no cuidaba mi casa. Comía sobre una silla para no tener que poner nunca la mesa. Colocaba en la silla un trapo y hacía de mantel y así era todo más rápido. Era la pereza que me comía, que se lo tragaba todo, que no me dejaba vivir en libertad y cuidar mi casa que cada vez estaba peor.
Hasta que llegó un día que me harté y dije basta. No puedo continuar así. No puedo vivir en una casa sucia, no puedo sentarme en un sillón que cada vez tiene los reposabrazos más negros de tanto sentarme sin limpiarlo.
Acordé conmigo mismo hacer una limpieza general de mi casa habitación por habitación. Empecé por las que estaban peor: la cocina y el cuarto de baño. La cocina estaba fatal. La hornilla daba pena verla, por no decir asco. El suelo acumulaba mierda de muchos años. Lo mismo el suelo del cuarto de baño. Y las paredes.
Contraté a una persona, un hombre concretamente, para que me ayudara porque no podía con tanto trabajo. Necesitaba un profesional. No diré su nombre. Se tomó muy a pecho su trabajo y no me cobraba mucho, sólo 7 euros por hora. Iba tres horas cada martes y poco a poco fue cambiando mi casa de arriba abajo. Limpiaba muy bien. Yo le surtía de todas las cosas que necesitaba, de todos los productos que eran necesarios para hacer una limpieza completa.
Trabajaba duro. Quería hacer las cosas solo. No quería que yo le ayudase. Estaba las tres horas trabajando como un stajanovista. No paraba en ningún momento. Nunca tomaba nada aunque siempre le ofrecía algo de beber. Tenía las cosas que me dijo que le gustaban, pero nunca tomó nada. No lo entiendo. Era un gran profesional que se tomaba muy en serio su trabajo.
Un día me confesó que le gustaba limpiar. Que lo suyo no era un trabajo por necesidad, sino por placer. Le gustaba limpiar. Increíble para mí que me había pasado tantos años en la cama sin limpiar nada. Para mi familia que yo limpiaba, pero la realidad era que yo no hacía nada. Parasitaba en la cama como cualquier chinchorro.
La casa fue tomando la forma que tenía cuando la cuidaba. Se veía el suelo muy limpio, reluciente. Él siempre me decía que mantuviera limpio lo que él limpiaba. Que no lo dejara, que no me volviera a abandonar para evitar que se acumulara de nuevo la mierda. Nos llevábamos muy bien, nos compenetrábamos.
Yo entraba ahora en mi casa con más alegría, lo veía todo limpio y me sentí muy dichoso. Mi sillón parecía nuevo, recién estrenado. Y así toda la casa. No tenía depresión, sólo bajones normales que puede tener cualquier persona. Nadie está libre de un momento de tristeza o abatimiento. Pero la depresión es una cosa más seria.
Mi problema ahora es otro como ya saben mis lectores habituales. Pero no la depresión. Tomo mi tratamiento desde hace años y he mejorado sustancialmente. De mi problema actual no estoy bien y me cuesta mucho trabajo superarlo, pero por lo menos mi casa ya no es una prisión. Mi cama ya no es un jergón donde tirarme días y días sin hacer nada, sólo vegetando y viendo pasar la vida como si yo fuera un inútil, un ser incapaz de nada.
Mi casa me ha costado mucho. 15 años pagando una hipoteca. Terminé de pagarla en 2007. El banco me cobró muchos intereses que me cabreaban, pero no tenía más remedio. El divorcio me había obligado a buscar otro lugar para vivir. Circunstancias de la vida que hoy están superadas. Es cierto que el tiempo cura siempre las heridas por dolorosas que puedan parecer.
Todo es cuestión de tiempo. Mi casa también. Hoy es un lugar que puedo enseñar con orgullo. Me lo he currado y he pasado mucho. Pero he conseguido volver a la limpieza de antaño y me siento orgulloso de mí mismo.
Es bonito sentirse orgulloso de uno mismo. Bastantes veces he caído en la falta de autoestima. Justo es reconocer ahora mis méritos por haber recuperado mi casa para vivir, para mucho más que dormir.
Bienvenidas sean las segundas oportunidades. Yo le he dado una segunda oportunidad a mi casa, es decir, me he dado una segunda oportunidad a mí mismo. Hay que saber luchar. Luchar es vivir, pero vivir no sólo es lucha. Es muchas otras cosas más. Por ejemplo: disfrutar de mi casa. Me siento feliz. Salud y suerte.


José Cuadrado Morales

jueves, 25 de octubre de 2018

NUESTRA GENTE


Como vamos a todas partes juntos el verano pasado teníamos este comentario, pues había una señorita que se llama Pepi, de 50 años de edad, que le gustaba yo y que como nos veía de vez en cuando en el bar  no dudaba en decirme que me quería, que saliera con ella y yo no deseaba en absoluto; viendo que el pájaro se le escapaba empezó a decir de mi amigo Ben que era mariquita y que estábamos juntos los dos, que estábamos liado cuando ella al igual que nosotros sufre una enfermedad mental y llegó tanto a odiar a Ben que un día se lo dijo a él con estas palabras “ni yo estoy loca ni yo soy tonta, pero tu eres mariquita”. Ben le respondió ¨pues tu estas loca y eres tonta somos amigos desde hace mas de 14 años” y ahí se quedó la cosa.                       
Nuestra amiga de movistar Eva nos la encontramos en el jardín paseando su dálmata, nos dio alegría verla y nos dijo que ya no trabajaba en movistar, que le habían despedido y que se iría a Barcelona de donde ella es originaria ,y que iría a Ibiza a trabajar de lo que le saliera entonces Ben le dijo que como estaba la cosa de trabajo que montara un pequeño negocio , de necesidad diaria que es lo que mejor conviene para un pequeño negocio; ella dijo que ya vería y se despidió de nosotros. 
Escucho en algunas personas el comentario, los dos inseparables de vez en cuando. Ya este año hemos comprado los polvorones, como todos los años, nos gusta disfrutar de las Navidades. Este año yo he sido por segunda vez abuelo gracias a nuestra querida nuera María Teresa y mi hijo Francisco José que han tenido un hermoso bebé de 3,720 kilos, un precioso niño llamado Daniel, es el regalo para mí, el más esperado    Ben dibuja cada vez mejor, nos fuimos a la cartuja el viernes y lo que no me esperaba era lo difícil que resulta aguantar cerca del wc sobre todo en la cartuja a donde están todos nuestros amigos. Fuimos a ver la hermana de Ben ,que nos atendió muy bien, después
llegó su sobrina y su novio porque era el cumple de Ben. Le regaló dinero para un pantalón.
El cumple fue el 9 de noviembre y lo celebramos en la casa, con un compañero llamado Miguelo experto en informática que hacía más de un año que no lo veíamos. De nuestra enfermedad cada día queda menos que hablar, cada vez estamos más cuerdo. Ben esta esperando los resultados de la alergia.

ODISEA ALBAÑILERA

Al principio eran dos,
después fueron tres,
y al final cinco.

Mi padre quiso hacer,
un bañito donde antes lo sacó;
eran dos locales,
después los convirtió en uno;
y ahora lo volvieron hacer dos.

¡ ODISEA ALBAÑILERA!
¡ ODISEA ALBAÑILERA!


Cuantas construcciones,
mi padre dijo,
que hizo en Argentina;
los obreros hicieron el trabajo,
y después se fueron de ahí
y él que es muy de derechas
cuantos obreros vio.

¡ ODISEA ALBAÑILERA!
¡ ODISEA ALBAÑILERA!

Las instituciones del estado,
están llenas de paganinis;
los obreros haciendo el trabajo
y ellos son los dueños,
porque pusieron el dinero

¡ ODISEA ALBAÑILERA!
¡ ODISEA ALBAÑILERA!


Francisco Manuel




lunes, 22 de octubre de 2018

ORACIÓN

Hay muchas formas de hacer frente a las enfermedades mentales (ya sabéis los que me seguís habitualmente que no me gusta esa terminología, pero así nos entendemos todos).
Hay formas radicales que no sirven de nada porque sólo llevan a la muerte o al hastío. A la muerte lleva por ejemplo el suicidio y eso no es solución de nada, es simplemente la aniquilación de toda esperanza, hacer que desaparezcan los problemas a la vez que la propia existencia. Inútil total.
Y hay cosas que llevan al hastío como meterse en la cama y dormir montones de horas o estar despierto pensando o huyendo de manera imposible de los pensamientos porque estos atacan siempre y pueden dejar muy malherido.
Hay formas constructivas de hacer frente a las enfermedades mentales. Se puede luchar con la medicación, que es imprescindible. Hace años yo era enemigo de las pastillas, pero ahora soy partidario acérrimo de la medicación. Lo comprobé en el único ingreso que he tenido en mi vida.
Se puede hacer frente a las enfermedades mentales con diversas terapias: individuales, colectivas, de pareja, etc. También con otras terapias alternativas menos tradicionales como la bioenergética, que yo tuve ocasión de practicar y me sentó francamente bien, pero no me hizo superar mis problemas ni los síntomas de mi enfermedad.
También sirve a veces la meditación combinada con la relajación. Ésta me ayuda mucho. La he hecho poco antes de empezar a escribir este artículo y me he quedado más tranquilo y con mejor disponibilidad para escribirlo.

Hoy quiero hablar de otra forma de hacer frente a la enfermedad: la oración.
Yo soy creyente. Mi religión es la cristiana y me considero una persona de fe. Tener fe y orar van unidos de la mano. Es imposible tener fe y no rezar porque rezar es la fórmula más normal de relación con Dios, de comunicación con el Altísimo.
Yo no soy mucho de ir a misa y asistir a la Eucaristía. Antes sí, pero me entró hace años la pereza y dejé de acudir. Pero nunca he dejado de rezar.
Yo rezo varias veces al día. Cuando me levanto es una de las primeras cosas que hago. Suelo rezar después de almorzar cuando ya me quedo tranquilo sentado en mi sillón azul. Rezo también a la caída de la tarde, cuando el sueño se va acercando y es propicio ponerse en contacto con Dios. Y rezo poco antes de dormir, como una manera perfecta de coger el sueño y estar en sintonía con el Altísimo.
Rezar es gratis. Si vas al cine a relajarte y olvidarte de los problemas te van a cobrar la entrada, más o menos dinero. Y eso es un ejemplo de los muchos que podría poner. Pero rezar interiormente o de viva voz es una actividad gratuita que sólo requiere un esfuerzo temporal y la satisfacción inmensa que produce. Y tiene muy grandes beneficios para la salud mental, para los problemas que se tengan relacionados con la enfermedad mental.
Yo rezo las oraciones tradicionales: el Padrenuestro, el Avemaría, el Gloria, etc. Rezo también oraciones que yo mismo he escrito y que son fruto de la complicidad directa que tengo con Dios. Él me comprende y sé que me disculpa que me salga de la línea tradicional del rezo. Me gusta escribir y escribí hace años un libro de poemas dedicado íntegramente a Dios titulado significativamente Grito. Eran 174 estrofas que eran a su vez 174 oraciones que le contaban a Dios muchas cosas. También había reproches porque mi relación con Él es de absoluta confianza y como amigos que creo que somos debo tener la confianza suficiente para decir cosa por cosa todo lo que pienso y siento, y eso incluye lo que no me gusta, las cosas con las que no estoy de acuerdo. El libro funcionó bien y recibí la aprobación de muchas personas creyentes que se sintieron identificadas conmigo porque mi libro era una forma también de rezar.

Rezo también una oración muy especial que descubrí cuando fui a Ávila en el año 2001 a visitar la casa natal de Santa Teresa de Jesús. Una casa muy humilde y muy bonita al mismo tiempo.
Había una pequeña tienda donde se vendían recuerdos de la visita y yo compré un pequeñito cuadro con una oración inventada por la propia Santa Teresa. Es decir: Santa Teresa también escribía oraciones como yo. Así que no es tan extraño lo que hago cuando escribo y me invento oraciones. Sus libros no son sino oraciones a Dios, su forma de transmitir toda su mística, toda su fe en Dios. Es su forma de transmitir a los demás su proximidad con Dios, su éxtasis en el que caía con frecuencia en un estado de espiritualidad máxima.
La oración que compré en la tiendecita de la casa de Santa Teresa es: Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia toda lo alcanza, quien a Dios tiene nada le falta, sólo Dios basta.
No se puede decir más con menos palabras. Me aprendí la oración de memoria en el mismo viaje y durante estos 17 años que han pasado del viaje la he rezado varias veces todos los días, muchas veces en momentos de dificultad extrema en los que me he sentido muy aliviado y reconfortado.
Por cierto: parece mentira que hayan pasado ya 17 años de mi visita a la casa de Santa Teresa de Jesús. Tenía yo 40 años. Pasa el tiempo tan deprisa que da miedo. Yo a veces siento miedo del rápido transcurrir del tiempo. Es imparable. La oración también alivia la angustia del paso del tiempo.
La oración en realidad alivia muchas angustias, no sólo las del paso del tiempo. Las angustias existenciales, los problemas cotidianos encuentran su alivio en la oración, sobre todo en la de Santa Teresa, una oración tremendamente sencilla, al alcance de cualquiera. La persona menos culta puede entenderla perfectamente. Es la sencillez por naturaleza. Es una forma de acercarse a Dios desde la profundidad y la sencillez al mismo tiempo. Santa Teresa sabía cómo hacerlo.

Después de Ávila he conocido a muchas personas que conocían esa oración. Así que es una oración popular, rezada por muchas personas, ampliamente difundida y que ha llegado a todos los confines del mundo.
Yo rezo y voy a seguir haciéndolo. Como voy a seguir tomando mi medicación para sentirme mejor y aliviar los síntomas. Y voy a seguir acudiendo a la psicóloga y a la psiquiatra. Ambas me alivian a su manera. Si yo no pongo de mi parte nadie lo va a poner por mí. Y tengo que seguir alejándome de las personas negativas y las personas que me hacen daño porque no hacen sino empeorar mi enfermedad.
Es decir: tengo que protegerme. No crear una coraza impenetrable sino una especie de aduana del alma que deje pasar sólo lo bueno, lo que me sirva de verdad, lo que me alivie, no las cosas que me causen daño. Tengo que estar siempre alerta porque soy una persona muy sensible y muchas cosas me afectan desmedidamente y he de mirar por mí.
El enfermo mental (para entendernos) tiene que mirar mucho por sí mismo porque ese alivio es fundamental para la recuperación o el mantenimiento. Y a ese mantenimiento hay que añadir todas las cosas positivas que ayuden. Y la oración es una cosa perfectamente válida que a mí me sirve.
Invito a la oración a todos los que sean creyentes y padezcan alguna enfermedad mental. Puede que encuentren el alivio que yo encuentro. Eso me haría muy feliz. Salud y suerte.


José Cuadrado Morales

jueves, 18 de octubre de 2018

LA BARBA

La barba ata al pasado,
fumar y fumar,
fumar y fumar;
una mujer cada muerte de obispo,
y fumar y fumar,
fumar y fumar.

La barba ata al pasado,
y yo me quiero afeitar,
para poderme renovar.

Francisco Manuel.


martes, 16 de octubre de 2018

¿QUÉ ES LA SALUD MENTAL?

Es la gran discordia de la medicina actual, el 10 de octubre fue el día, menos mal que tenemos un día para las personas con esta discapacidad.
Es tan difícil ver los distintos parámetros del celebro, y el olvidado algunas veces, el cerebelo, el subconciente y el consiente, cada uno con su tarea distinta pero mezclado entre si, de esta forma a veces se confunden los mecanismos de cada uno de ellos. Cuando hay una actividad anormal, se original un desorden en la función del cuerpo a nivel distinto en cada persona de ahí la gran variedad de diagnósticos, NO SOMOS RAROS, solo distintos, en nuestra forma de actuar, y valorar las distintas ordenes de nuestro dos, digamos ordenadores. La disfunción que aparece puede ser al nacer y durante la vida misma en función de nuestra actividad, bien de trabajo, escolar, deportiva y emocional, algunos veces es tan radical que se muestra evidente y otras veces es mas complejo no sale, se queda dentro, y cuando sale es en forma explosiva. A veces, los síntomas, se pueden quedar en pasajeros, una vez terminado el inicio desencadenante de dicha acción, el problema es cuando se hace crónico, para toda la vida, y empiezan los problemas personales de cada persona, se cuestiona en primer lugar el ¿por qué a mi¨?, y tener que empezar a una NUEVA VIDA, con todo lo que conlleva, forma de actuar con las demás personas, intentar disimular los trastornos que se origina y la frustración de cada persona.


Servalabari.


lunes, 15 de octubre de 2018

EL SEVILLA F.C. EN LA CIMA DEL EVEREST

He superado otro fin de semana más. Un fin de semana malo. He pasado tres noches casi sin dormir. Y sin dormir no puedo estar en la cama porque me pongo nervioso y me levanto entonces de madrugada. Y hago cosas. No pierdo el tiempo.
No todo es, pues, negativo en mis fines de semana malos. He puesto al día la ropa sucia. He lavado y tendido de madrugada. He guardado toda la ropa. Y me he quedado muy tranquilo en ese aspecto. Cosa que para mí es muy importante.
No he dormido ni en mi sillón azul. Cosa rara. A veces mis carencias nocturnas las compenso con el sillón azul. No he visto la tele. No tenía ganas. Estaba apesadumbrado por mi patología que no voy a repetir cuál es.
Pero ha habido otra cosa muy buena: el Sevilla F.C. es el líder provisional de la Liga de Primera División, ahora llamada Liga Santander. Para mí como sevillista es una gran noticia. El domingo pasado el Sevilla le ganó al Celta 2-1 con goles de Sarabia y Ben Yedder. El gol del Celta fue muy bueno, pero no suficiente para empatar. El Barcelona no pasó del empate en Valencia a 1. El gol de Messi no fue suficiente para la victoria del equipo catalán y el Barcelona perdió el liderato. El Sevilla ocupa ahora su lugar. Por cierto que se verán las caras sevillistas y culés en el próximo partido de Liga que será el sábado 20 de octubre a las 20.45 en el Nou Camp. Probablemente el Sevilla pierda el liderato ese día, pero mientras tanto toca disfrutar.
Disfrutar de un buen equipo que se ha armado este año. Empezamos por un portero, Vaclik, que trasmite seguridad, cosa que no hacía Sergio Rico, tremendamente inseguro con sus salidas por alto y de puños. Tenía en un ay a la afición constantemente. El portero titular de la selección checa ha traído tranquilidad a toda la defensa y por ende a todo el equipo, lo cual es fundamental porque un equipo se construye desde la portería.
Recuerdo la parada que le hizo Vaclik a Gareth Bale en el encuentro Sevilla-Real Madrid. Sensacional. Y otras muchas que lleva hechas en lo que va de temporada, sólo 8 partidos. Pero el Sevilla es de los equipos menos goleados y el segundo más goleador, con un sólo gol por debajo del Barcelona.
El Sevilla tiene recursos defensivos francamente buenos. Actualmente siguen entre algodones Mercado y Escudero, recuperándose de sus respectivas lesiones óseas. Pero están cumpliendo muy bien la tripleta formada por Kjaer, Sergi Gómez y Carriço. Pablo Machín, entrenador actual del Sevilla, juega con defensa de 3. Por delante la cosa está clara: el Mudo Vázquez y Banega, que juegan más juntos este año. Se ha retrasado el Mudo y es acompañado extraordinariamente por Banega, el líder de la manada.
Por delante, con más llegada y más gol, Pablo Sarabia, jugador que se reivindica cada año y que a mi parecer tiene una cláusula de rescisión muy baja: 20 millones de euros. Cualquier equipo podría ficharlo como ha pasado con tantos otros estos últimos años. Hora es de que el Sevilla deje de vender y se convierta definitivamente en un grande con capacidad para ganar la Liga. Que la Liga no sea siempre una cosa de dos: el Real Madrid y el Barcelona. El Atlético de Madrid lleva varios años incordiando y ha conseguido ganar la Liga una vez con el Cholo Simeone. Hora es de que otros equipos incordien como el Sevilla, que está ahí desde hace varios años también. Este año han empezado fuertes también equipos como el Españoly el Alavés. Incluso el Betis y el Valladolid tienen 12 puntos, a sólo cuatro del Sevilla. Mientras más apretada esté la Liga mejor para el espectáculo y ojalá la Liga la ganen equipos distintos a los habituales.
Por la otra banda suele jugar Arana, que se está reivindicando este año. Está demostrando lo buen jugador que decían que era. En cuanto le han dado espacio y tiempo y no estoy hablando de física cuántica. Es un buen jugador con capacidad de llegada y con una gran capacidad para centrar al área pequeña para que los delanteros hagan su trabajo.
Por delante son titulares indiscutibles Ben Yedder y André Silva que forman una de las mejores parejas atacantes ahora mismo de Europa. Entre los dos llevan 12 goles, lo cual no está mal para sólo 8 partidos jugados. André Silva es el pichichi actual de la Liga española. El portugués es fijo en la selección de su país. Tiene desborde, rapidez, puntería. Ben Yedder tiene oportunismo, pillería del futbolista de fútbol sala que era (llegó a ser internacional con Francia) y calidad. Machín lo tenía en el banquillo, desaprovechado, hasta que Joaquín Caparrós le leyó la cartilla y le dijo que estaba desperdiciándolo. Y lo puso. Y ha visto que el Director Deportivo del Sevilla llevaba razón.
En el banquillo sigue Muriel. No acaba de cuajar y oportunidades se le dan, pero el caso es que tiene oportunidades, está en el sitio, pero no mete ni una. Falla ocasiones cantadas. Y es una pena porque tiene cualidades como desmarque y velocidad.
También está Quincy Promes, al que le iba muy bien en el Spartak de Moscú, pero de momento ha tenido pocas oportunidades en el Sevilla. Es un melón por calar todavía. Tiene juventud y presencia física. Todavía no se ha estrenado como goleador sevillista y ha tenido ocasiones, pero la ha faltado la puntería que a André Silva y a Ben Yedder le sobran. Por eso son titulares.
Hay más jugadores válidos en el banquillo sevillista como Roque Mesa, que ha jugado bastantes veces como titular. Para Montella estaba muerto. Nunca lo ponía. Parecía un paquete, pero este año está demostrando que tenía la calidad que se decía. Y yo me alegro por él. Sandro se tuvo que ir del Sevilla porque no marcó ni un gol. No tuvo suerte. Los delanteros viven de los goles. Si no los meten sencillamente no valen. Que le pregunten al Real Madrid si echan de menos a Ronaldo. Lleva cuatro partidos perdiendo y sin marcar un solo gol. Esto es peor todavía. Benzema sigue con su habitual pasividad y Bale tiene una enorme velocidad pero no es un hombre gol. El Madrid no tiene un crack. Y los grandes equipos deben de tener un crack. ¿Tiene el Sevilla actual un crack? De momento no, aunque hay jugadores cercanos como Éver Banega, a quien se lo quiere llevar al Arsenal Unai Emery, quien ya lo tuvo como jugador sevillista cuando era entrenador aquí. André Silva es muy joven. Tiene que dar mucho de sí. Puede ser un crack de aquí a tres o cuatro años. Esperemos que no se malogre y siga con su voluntad goleadora y afinando cada vez más su puntería por el bien del Sevilla y por el bien del fútbol en general. El fútbol es espectáculo y hacen falta jugadores que den espectáculo. Messi lo da. Neymar lo da. Ronaldo, guste o no guste, lo da. Son cracks. Sarabia no es crack. Navas no es crack. Son grandes jugadores pero no llegan a la categoría de crack. Pero André Silva sí puede llegar. Y a Banega no le falta nada. Quizás más gol. Tiene centro, tiro de falta, pase, colocación, muchas cualidades. Incluso presencia física. Pero no es un crack para quien escribe esto que es por supuesto sevillista.
Hay jóvenes canteranos con futuro como Berrocal que suele ir en las convocatorias de Machín, pero no juega. Alguna vez ha salido en su posición de defensa, pero necesita tiempo. Y con el tiempo partidos para que no se malogre como tantos canteranos se han malogrado con el paso del tiempo en el Sevilla. A ver si no se vende tanto y se hace un equipo campeón para alegría de los sevillistas y para el bien del fútbol en general porque mientras más competencia haya mejor para el fútbol como deporte y como espectáculo.
El Sevilla tiene ahora un buen Presidente y un mejor Director Deportivo. Necesita tiempo. Admito que no me gustaba Machín como entrenador por el poco bagaje que traía. Démosle más tiempo para demostrar si vale o no para formar un equipo grande.
De momento quedémonos con lo bueno: que el Sevilla es el actual líder aunque le dure poco, pero eso da una confianza enorme y no hay que tener miedo a estar en las alturas. Los grandes no deben tener miedo de las alturas porque es el sitio que les corresponde.
Que con el Sevilla crezcan otros equipos para que haya más competitividad como en la Premier League y no la monotonía de la Liga Francesa o la Liga Italiana dominadas respectivamente por el París Saint Germaine y la Juventus.

Todo sea por el bien del fútbol y los espectadores. Salud y suerte.


José Cuadrado Morales

jueves, 11 de octubre de 2018

SIEMPRE JUNTOS ISAIAS Y BENJAMIN

Cuando hace 14 años nos conocimos en FAISEM, no teníamos ni idea de que viviendo en el mismo piso íbamos a tener una amistad tan duradera y llena de problemas, debido a nuestra enfermedad. por una parte estaba Ben con sus delirios auditivos y del otro lado estaba yo al igual que él con muchos problemas auditivos de voces, y los vómitos, debido a una hernia de hiato que me operaron y quede bien recuperándome en FAISEM, flor de sabia Sevilla .
 Nosotros íbamos siempre juntos a todos lados cosa que llamaba la atención debido a  que Ben es un poco obeso y yo estaba en los huesos, nos decían algunos el gordo y el flaco actualmente estamos los dos gordos. Ya llevamos muchos años, sin ingresar en el hospital, debido a nuevos medicamentos como el XEPLION 150, un inyectable mensual, tomamos menos medicamentos pero a Ben le han detectado alergia, a algo y se pone muy malito cuando les dan los ataques de alergia, cosa que esta tratando con el alergólogo. Hemos estado sin Internet durante varios meses de verano y ahora lo hemos vuelto a instalar, historia de no aburrirnos ya que nosotros debido al estar siempre juntos, no tenemos secretos ni nada que ocultar entre nosotros, por la mañana nos levantamos a las 8 horas,  luego llega la monitora para que nos diga las tareas que tenemos que hacer, en el piso son bastante fáciles. Después desayunamos en el Bar de la esquina y vamos a los talleres de la URA, para entretenernos Ben  pinta cuadros y yo con el ordenador, el viernes vamos a la Cartuja, a un taller de dibujo cosa que nos entretiene, nos distrae y nos sirve de terapia. 
Todos los que asisten regularmente al taller sienten mejoría de su enfermedad. De chicas andamos mas solos que la una, hay pocas mujeres que se interesan por nosotros y es que nuestra enfermedad estando tratado no se detecta, podríamos llevar una vida en la actualidad totalmente normal. Este año debido a las altas temperatura vamos a  comer helados de turrón en Navidad cosa que no me extrañaría, de vez en cuando FAISEM nos lleva a las exposiciones de pintura y nos da entradas para el cine sur, la última película que vimos  fue “El hombre de las mil caras” basada en hechos reales que sucedieron en España, bastante buena es la película y muy distraída .



lunes, 8 de octubre de 2018

CUANDO LOS CELOS SE DESBORDAN (PRIMERA PARTE)

     Yo sólo he tenido una novia y he padecido unos celos patológicos, no se en que medida fundados. La situación se dio poco antes de terminar los estudios y de irme a hacer el servicio militar, sobre  el año 91. Mi novia era bastante bella, lo que se puede llamar un bombóm, guapísima, como yo le decía a ella la mujer más guapa del mundo. Ella me contestaba que eso no estaba mal. No había otra que me gustara más. Aparte de lo físico, era bastante simpática y alegre, trabajadora y no bebía ni una sola gota de alcohol ni fumaba. Estaba completamente enamorado de ella y había una relación de dependencia entre los dos grande, nos queríamos mucho salvando algunas diferencias que se pueden dar en cualquier pareja aunque perfecta empezó siendo la relación.
     La cuestión de los celos comenzó cuando empezó a trabajar en un establecimiento de apertura 24 horas llamado S.O.S. que se encontraba en Los Remedios y trabajaba de noche; antes ya lo había hecho en un pub de Triana de una amiga de su padre pero entonces no hubo problemas( me pasaba muchos días sentado un rato en una esquina de la barra mientras trabajaba para hacerle compañía).
 Empezó trabajando en el polígono de San Pablo, en una consulta de Certificados Médicos. En cada trabajo mientras yo terminaba los estudios procuraba acompañarla los ratos que podía. También fue canguro en Nervión mientras le salía algo mejor. Al mismo tiempo quería terminar el bachillerato(último curso)  y estuvo en el nocturno del Martinez Montañés la temporada que trabajó de día. No le gustaba que fumara y yo estuve seis meses sin fumar por cumplir una promesa que le hice a ella si se presentaba a un examen de inglés. 
En los Remedios, de turno de noche siempre, trabajaba junto a un vigilante jurado mas o menos apuesto, yo diría que apuesto y joven, que tenía un Renault 5 turbo con cristales opacos y completamente oscuros, de los que no dejan ver a los que van dentro. Trabajaban los dos de noche. Eran compañeros de trabajo. Ella me contaba que el vigilante, su amigo, tenía novia, pero que decía que realmente no la quería, debía ser una cuestión de otro tipo me dije yo.
El hecho de que se hiciese amigo de una persona que tuviese novia por el motivo que sea que no fuese por amor y a la que no quisiese no me gustó mucho y me empezó a molestar. No comprendía a su amigo ni creo que lo comprenda nunca. Se tenían cariño del tiempo que estaban juntos creo, como compañeros de trabajo. Después de aquello de su coche turbo y preparado así con cristales oscuros y opacos para que nadie viese quien iba dentro me pareció sospechoso. Empecé a pensar mal, en una posible infidelidad. No por ello impedí nada de que se fotografiasen juntos en el trabajo, eran compañeros, el vestido de vigilante y ella normal, como iban muchas cajeras antes, ella no llevaba uniforme. La cuestión es que cuando estaba yo con ellos en el trabajo no se producían los celos, aunque no hablaba mucho con el vigilante. Los celos aparecían después cuando me quedaba solo en casa.






DÍA MUNDIAL DE LA SALUD MENTAL.


El próximo miércoles se celebra el día mundial de la salud mental, con el lema "Educación inclusiva; Salud mental positiva", dedicado especialmente a la población mas joven. Este ha sido elegido en una votación popular organizada por la Confederación Salud Mental España, donde han participado mas de 1600 personas.
En un día como éste hay que concienciar a la población en general de que los jóvenes con problemas mentales son personas perfectamente válidas para ejercer muy diferentes funciones dentro de la sociedad. No hay que hablar tanto de enfermo como de persona capaz. Capaz de hacer cosas muy válidas, capacidad de ayudar a la sociedad . Salud Mental es vida y trabajo válido. Salud Mental es capacidad y no minusvalía. El enfermo mental es un pequeño héroe capaz de grandes heroicidades.

LA REALIDAD

Dura palabra ésa: realidad. Con todo lo que supone e implica. Hay un filósofo, cuyo nombre no recuerdo ahora porque escribo como siempre de memoria, que decía que un trozo inmenso de realidad era terrible. Un exceso de realidad estaría mejor. Con todo lo que ello significa.
Cada uno afronta la realidad a su manera. Con sus propias armas y posibilidades. Cada uno, sea enfermo mental o no. Aquí no hay diferencias. Quizás el enfermo mental tenga menos recursos para aceptar la realidad, para afrontarla, y se encuentre en inferioridad de condiciones para hacer frente a todo lo que significa.
Hay enfermos mentales (expresión que ya sabéis los que me seguís habitualmente no me gusta nada) que afrontan la realidad de la manera más extrema. Sienten una impotencia muy grande y sólo ven la salida de la muerte y se quitan la vida.
Ya escribí el curso pasado dos artículos dedicados a un amigo que se suicidó. No mencioné evidentemente su nombre pero todos imagino que sabían quién era. Yo no acepto el suicidio como opción. Es el abatimiento absoluto, el abandono final, tirar la toalla definitivamente sin dar más opciones a la lucha. Siempre hay que seguir luchando porque aunque no se crea siempre hay una salida para todo por negra que parezca.
La muerte no es una opción y no es una forma en absoluto de aceptar la realidad, sino más bien de huir de ella de una manera definitiva. Porque hay formas transitorias de huir de la realidad, pero te dan más opciones para seguir enfrentándote a ella.
No al suicidio sea la razón que sea. Así de rotundo. Y hay muchos artistas y personas de prestigio que han escogido el suicidio como opción. No estoy de acuerdo. Creo que es el mayor acto de cobardía que se puede cometer en la vida. Agota todas las posibilidades. Detrás del suicidio ya no queda nada o sólo eso: la NADA más absoluta, la inexistencia, la imposibilidad de sobrevivir, de decir estoy aquí y no estoy hundido, y nada va a poder del todo conmigo.
Hay enfermos mentales que afrontan la realidad tomando más medicación de la cuenta. Buscan estar más dormidos de la cuenta para ser una especie de zombi que no siente ni padece. Huyen de la realidad mediante la somnolencia. No se dan cuenta de lo que pasa. En los hospitales hacen eso muchas veces: drogan a los pacientes para evitarles sufrimiento, para que no se enfrenten a la realidad y puedan salir adelante de sus crisis pasajeras. A veces esas crisis pasajeras son muy fuertes y puede estar justificada la sedación. No lo niego. Igual que hay curas de sueño para el cansancio y otras cosas, pues hay curas de sueño para los enfermos mentales a los que la realidad les supera y los deja convertidos en un trapo maleable por cualquier circunstancia adversa.
Yo pertenezco al grupo de los que se meten en la cama sin más medicación de la cuenta con la idea de dormir para olvidarme de los problemas. Lo explicaba recientemente en mi artículo Y el cansancio infinito. A veces me agobio tanto, sufro tanto, me puede tanto el sinsabor que sólo encuentro consuelo en la cama y allí me meto. O me quedo dormido en mi sillón azul para salir de la crisis que esté viviendo.

Suele funcionar porque cuando me despierto estoy mejor. Ayer domingo me acosté muy temprano porque estaba un poco pachucho y necesitaba cerrar los ojos. Con eso me conformaba. Pero me quedé dormido. Desperté de madrugada y una vez despierto me levanté, arreglé y salí a la calle para empezar el día con los rituales del TOC. Sentí el aire fresquito en la cara y me resultaba muy confortable. Escribí unos cuantos whatsApps a las personas más queridas o de más confianza porque era muy temprano. Me senté en un sillón de la plaza y me sentí reconfortado.
Ahora veo mi realidad con mayor optimismo. Parece que el cansancio empieza a ser superado. Un cansancio existencial, ése que dio lugar a la muerte de tantos filósofos y artistas. Tengo ganas de pensar menos. Estoy cansado de pensar. Pienso demasiado. Pienso sobre cualquier cosa por pequeña que sea y estoy cansado. Muy cansado de estar cansado. Y quiero acabar con ese cansancio, con esa realidad que no me gusta.
Tengo motivos para la felicidad. Mi hijo ha aprobado las Oposiciones para Gestor Procesal y Administrativo con el número 1 de toda Andalucía y el número 4 de toda España. En noviembre o diciembre ya estará trabajando. Tengo ganas de que empiece a trabajar, a demostrar lo que vale, lo que sabe que es mucho.
Pronto empezaré a corregir mi tercera novela, la última de la trilogía Monólogo en clave neurótica. Ya está escrita. Sólo me queda la corrección y todo lo supone la publicación de un nuevo libro. Será mi libro número 17, un número bonito. Pasa el tiempo deprisa. Parece que fue ayer cuando estaba con el libro 16. El tiempo definitivamente vuela.
No tengo mala la salud salvo el tema de los nervios. Tengo mis goteras, pero tampoco es una realidad como para tirarse de los pelos. El azúcar está bastante controlada. La tensión siempre está bien. He perdido ya siete kilos de los que me sobran y estoy muy contento. Y no estoy pasando hambre. Estoy haciendo como me lo dicen quienes me aprecian y me atienden bien siempre. Yo confío en esas personas. Tengo problemas de circulación, pero hace mucho que no me hago heridas en las piernas, lo que me hace muy feliz porque me evito el tedio de las curas. La cabeza me funciona muy bien y mi corazón está fuerte. Mi realidad de salud es buena.
Tengo a mi hermana pequeña con esclerosis múltiple y eso me causa tristeza por lo incurable de la enfermedad. Sólo puedo animarla como sé y cuanto puedo. Ahora está saliendo un poco más con la silla de ruedas. Va a más sitios y se distrae. La mayor está bastante bien, aunque con problemas de fibromialgia, pero no es nada grave, sino desagradable. Una enfermedad más y ya está. ¿Quién no tiene goteras? Pues eso. A qué quejarse si siempre hay alguien peor que tú. Tal vez sea un consuelo muy vano, pero es un consuelo muy válido.
La realidad es un monstruo al que te entran ganas de devorar como Saturno devoraba a sus hijos en el cuadro famoso de Goya que está en el Museo del Prado de Madrid. Te entran ganas de acabar con ella. Pero lo bueno del ánimo es que cambia y lo hace para mal y para bien. Hay que mirar que el ánimo también puede mejorar y esa esperanza nunca hay que perderla porque estamos vivos hasta no se sabe dónde. La vida siempre continúa. Hay que tener la esperanza de que se produzcan cambios importantes en nuestra vida para que realmente sintamos que las cosas son posibles, que no se vive siempre la misma monotonía.
La rutina forma parte de la vida. La rutina es la misma vida en sentido positivo. Todos los días hacemos muchas cosas repetidas. Es normal. No debemos agobiarnos ni sentirnos presionados por el paso de los acontecimientos que pueden hacernos sentir algo aburridos. La esperanza. Siempre la esperanza. Siempre a cuestas con ella porque necesitamos una permanente liberación del tedio, del cansancio infinito del que hablé recientemente.
Yo me sentí herido por el cansancio infinito pero he empezado a salir de él con la aceptación de la realidad y del intento de modificación de las cosas que no me gustan. Cuesta. Claro que cuesta. Y como enfermo mental cuesta más. Pero lucho. No me detengo. Lucho mirando al futuro y sintiéndome imbricado con la realidad a la que no hay que sentir como enemiga sino como aliada en todos los momentos, sean malos o buenos.
La realidad es un caleidoscopio muy diverso según la mire cada uno, pero todos debemos aceptarla como es o cambiarla para nuestra positividad.
Ése es mi mensaje de esperanza para que nadie se deje vencer por un exceso de realidad. Salud y suerte.

José Cuadrado Morales

jueves, 4 de octubre de 2018

LOS MESES DE VERANO

hemos cambiado de restauranteentrega de Benjamin y Isaias

Desde que empezaron los meses de verano no hemos tenido ganas de escribir nada, algo remarcable que la fundación nos cambio de restaurante a pesar de que estábamos acostumbrado a comer en el bar don Luis y al final nos han cambiado a un catering, este  ni es mejor ni es peor. Estos meses de julio, agosto, septiembre esta haciendo mucho calor en el mes de julio  y agosto, hemos estado en la playa de Matalascañas en una zona llamada Caño Guerrero a donde lo hemos pasado muy bien siempre atentos a la bandera. Comimos bastante barato un menú 8 euros en ciertos chiringuitos tenían tanta gente que no podían atender, Isaías en plan cachondo les dijo a unas muchachas que estaban medio encuero , que si conocían al hijo de Hércules ellas les respondieron que no y el le dijo de broma el Herculito entonces se echaron a reír.   En el mes de septiembre no hemos salido mucho a la calle a pasear porque las temperaturas batieron récord alcanzaron en algunos puntos de Sevilla 51 grados lo que hacia que estábamos en la casa como en la cárcel con el aire acondicionado a tope .
Parece que remite el calor porque no es bueno para la esquizofrenia ni para ninguna enfermedad, al final de septiembre pensamos pasar unos días en la playa despidiendo así el verano. Nuestra enfermedad va bien llevamos 5 años sin ingresar somos personas normales algunas personas cuando les decimos que tenemos esquizofrenia se asustan y dicen pero estáis tratados eso nos ocurrió, en el hospital Virgen Macarena por una molestia en el estomago que tuvo Ben cuando la enfermera vio la hoja clínica lo pregunto y dijo uf. Hemos cortado el Internet en casa por cuestiones económicas, ahora nos metemos a través  de la U.R.A. que no nos cuesta nada escribir en mi blog ya que acudimos a menudo al psicólogo y al taller de informática a donde esta nuestro amigo Alfonso Terapeuta Ocupacional, Ben ha dejado de pintar lleva 3 meses sin hacerlo, dice que esta falto de inspiración, con esto del calor no carbura.

lunes, 1 de octubre de 2018

LA HORDA

No sé cómo empezar a desenmarañar esta situación por la que estoy pasando.
Todos me ven y dicen que estoy bien,pero esto sólo sucede en ciertas circunstancias que más
adelante iré comentando.
Yo de bien o bueno no creo que tenga mucho por no decir nada,o al menos no lo encuentro.
Sé disimular muy bien mis penas y tristezas así como angustias y tormentos o eso pienso porque nadie me lo nota.
Tengo ansiedad,depresión, he sido maltratada psicológica y económicamente,si económicamente
también se maltrata y yo tampoco lo sabia,he pasado por bipolar,trastorno límite de la personalidad y me quitaron la custodia de mi hija cuando estaba ingresada en psiquiatría,lo que me volvió literalmente más loca si cabe aún.
Caí en el alcoholismo y dañé a muchas personas que me querían entre elles sobre todo a mi madre,mi mayor punto de referencia y apoyo.
Me recuperé pero anduve entre el alcohol y la re

habilitación un largo tiempo.
Entrando y saliendo de psiquiatría durante años engordando hasta 110 kilos y pesando hasta 60 varias veces al año,bulimia nerviosa.
Por suerte no oigo voces ,sólo las mías que me machacan diciéndome lo poco que valgo y lo inútil que soy.
He pasado por una agresión sexual de la cual no tuve terapia y siento que todo ese cajón de mierda al que yo llamo la horda tiene muchas fugas o está a punto de estallar.
Controlo mis llantos siempre y cuando no se hable de ninguno de los temas, pero en el momento en el que los nombra alguien o me hacen hablar de ellos me derrumbo y me convierto en una niña pequeña con llantina y sin consuelo.Y la cosa no ha terminado



ODAMAE FOLEY 



Y EL CANSANCIO INFINITO

Durante mis vacaciones he tenido oportunidad de leer numerosos libros de poesía y sobre todo de narrativa, género en el que más me muevo últimamente como sabéis los que tenéis ocasión y generosidad de seguirme con frecuencia.
Entre las lecturas poéticas me ha reconfortado mucho volver a leer por enésima vez Veinte poemas de amor y una canción desesperada del Premio Nobel chileno Pablo Neruda.
De uno de los versos de uno de los poemas de este libro ha salido la inspiración para este artículo. Ese verso termina diciendo: ...y el dolor infinito. Pues bien; yo sustituyo dolor por cansancio. Y me sale: y el cansancio infinito.
Pues eso es lo que yo siento sobre todo: más que dolor cansancio. Un cansancio infinito porque parece no tener fin o yo por lo menos no se lo veo y eso que lucho y lucho sin cesar, pero quizás me esté equivocando y la clave no esté en la lucha sino tal vez en el abandono, en el dejarse llevar por los problemas. Dejar de luchar contra ellos y hacerse amigo de ellos con toda la tranquilidad del mundo. Pensar que el problema está en mantener el problema luchando contra él, lo cual puede ser un error fatal. No estoy seguro. Me habita la confusión y no sé muy bien qué hacer. Estoy perdido, pero no estoy acabado. Un luchador nunca está acabado, pero sí puede estar equivocado. Y yo creo que estoy equivocado. Ésa es la sensación principal que persigue todo lo que hago por mi problema llamémoslo psiquiátrico.
Yo nunca me quiero considerar un enfermo mental porque no me siento como tal. Me considero más una persona sencilla que tiene un problema complejo: el Trastorno Obsesivo Compulsivo. Ello me provoca un cansancio infinito. Pero no me siento un enfermo mental aunque tenga un problema que se ha hecho con el paso del tiempo cada vez más grande y me ha derrotado muchas veces este verano. Pero estoy de pie, con ganas de vivir y de luchar, o con ganas de dejar de luchar si es realmente lo que tengo que hacer. Si sigo el consejo de muchos, entre ellos el de mi psicóloga: la clave no está en luchar sino en vivir. Yo prefiero luchar y vivir. Pero sobre todo no debo olvidarme de vivir como hizo Julio Iglesias.
Yo quiero vivir pero el TOC me roba mucha vida y eso me provoca un cansancio infinito, un cansancio doloroso. A veces siento un dolor tan grande que me duele el cuerpo físicamente. No sólo ya el alma, el ánimo, sino el cuerpo. Me duele la espalda, me duele la cintura, me duele la cabeza, siento vértigo, mareo, es decir, todos los efectos secundarios fisiológicos de la ansiedad. Tengo todo el catálogo entero, por eso quiero ser un luchador para no dejarme abatir.
Muchas veces la única forma que tengo de afrontar estos efectos secundarios es metiéndome en la cama y durmiendo. Y en la cama sin embargo los dolores aumentan, se hacen más crecientes y agudos. Y no duermo. O duermo fatal. Con muchos sueños y muchas pesadillas.
Esas pesadillas no me dejan vivir tranquilamente porque me torturan durante el día y me generan más problemas. Muchas veces doy cabezadas en mi sillón azul y sueño también y los sueños no me dejan vivir. Me provocan una angustia enorme, angustia por la que siento también un cansancio infinito.
No sé exactamente qué camino tomar. Este año puse en juego una nueva estrategia en un viaje de cuatro días que hice a Arcos de la Frontera y me salió muy bien. No me dio tanto la lata el TOC. Conseguí superarlo. Fue como un milagro. No me lo esperaba. Me salió redondo. Pero cuando volví a Sevilla, a mi casa, volvieron los rituales obsesivos, las comprobaciones, todas las cosas que tanto daño me hacen. Me entraron ganas de volverme otra vez a Arcos porque allí me había sentido realmente feliz porque el TOC me había dado una pausa que pensaba que iba a ser más grande.
Pero ha crecido y me ha metido mucho tiempo en la cama y me ha causado mucho dolor. Tengo que luchar mucho y vivir al mismo tiempo porque creo que ambas cosas son compatibles para mí.
No puedo vivir y luchar. Vivir es disfrutar de la vida. Luchando no se puede disfrutar de la existencia porque siempre se tiene presente el motivo de la lucha y esto provoca más sufrimiento. Ésa es la realidad.
Y siento un cansancio infinito por tanto sufrimiento. Tengo que superarlo, tengo que dejarlo atrás de una vez por todas para poder seguir adelante, para poder descansar, para ver la televisión relajado, para escribir mis novelas tranquilo, para relacionarme con mis amigos con alegría.
Hace mucho tiempo que no voy al cine. También esto me genera un cansancio infinito. Por eso dejé de hacer crítica cinematográfica en el blog de la Ura. Me da pereza ir al cine, como me da pereza ir a ver los partidos del Sevilla F.C. a un bar. Me siento muy perezoso. Y me dejo llevar por la pereza que es aún peor. Aunque yo me rebelo y hoy he vuelto a la Ura después de mis vacaciones y estoy escribiendo mi primer artículo de la temporada. Un artículo que resume muy bien lo que es mi verano, lo que ha sido mi verano: cansancio infinito. Un cansancio que es pesar el doble de lo que realmente peso. Y es infinito porque no le veo un próximo final.
Recientemente me vio la psiquiatra y consideró que estaba estable. Así lo puso en el informe para la médica de cabecera. Estable dentro de la gravedad como se suele decir de los enfermos que están así. Estoy estable sí. No empeoro, pero tampoco mejoro. Estoy en una estabilidad inestable. Estoy en una situación de extrema laxitud.
Quiero escapar de mi cárcel. Me siento preso de mí mismo y soy mi propio carcelero. Tengo que ser benevolente y aplicar de verdad lo que suelo decir: autoestima, flexibilidad, no todo debe de ser perfecto, seguridad, sin miedo.
Así debería proceder. Con flexibilidad para que los problemas no se hagan inmensos, con autoestima para darme amor a mí mismo, sin perfeccionismo para saber disculpar mis errores, más seguro de mí mismo, sin miedo a la propia patología.
A veces me veo bien y me siento muy feliz. Esos momentos compensan parcialmente el sufrimiento de la enfermedad, el cansancio infinito del que estoy hablando. Son momentos aislados en los que encuentro un lugar para la dicha, no un lugar para olvidar como diría el título de la película.
No echo de menos el cine. Ni echo de menos muchas cosas que hacía antes. Tengo una cierta dejadez que me paraliza. Pero a la hora de la verdad he estado puntual ante mi ordenador para escribir mi primer artículo de la temporada. Es decir, que yo siempre acabo cumpliendo. No me abandono hasta el extremo. El cansancio infinito no puede conmigo. Yo soy más fuerte que él.
Cuando termine de escribir iré a comprar al supermercado. Después me prepararé el almuerzo y haré otras cosas en casa. Hoy no me voy a acostar. Me lo he propuesto firmemente desde esta mañana. No puedo dejarme arrastrar por el cansancio como si fuera un columpio que se deja empujar hacia el vacío y sólo encuentra eso precisamente: vacío. Y José Cuadrado Morales no quiere ser vacío porque no se siente vacío y no siente que su vida esté vacía.
Me queda mucho por hacer y no quiero perder más tiempo. Tengo claro que debo de ser más fuerte. Que no debo abandonarme. Que debo cuidar más de mí mismo. Que tengo que ser mi principal aliado. Y en eso estoy. Y creo que al final venceré. Al menos quiero pensar y sentir eso: que voy a salir victorioso. Si no creo que no tendría mucho sentido que yo estuviera hoy lunes escribiendo este artículo aquí en la Ura con mis compañeros de informática. No tendrían sentido mis palabras y yo quiero que tengan sentido todas las palabras que escribo.
Tengo que superar el cansancio infinito, como Pablo Neruda tenía que superar el dolor infinito por el fracaso amoroso.
En esas estamos amigo Pablo. Cada uno con lo suyo. Salud y suerte.


José Cuadrado Morales