jueves, 6 de junio de 2013
LA PARED BLANCA
Todo el mundo tiene un rincón
favorito de su casa para reflexionar, meditar, pensar, ponerse en paz con Dios,
escribir, pintar, leer, escuchar música o cualquier otra actividad especial. Yo
tengo una amiga que tiene una campana en una mesa a la entrada de su casa que
hace sonar al salir y al entrar. Con eso ella ahuyenta los malos espíritus y
así es feliz. Ése es su rincón especial. Tengo otra amiga que tiene un lugar
especial consistente en un montón de velas de diversos colores y olores que
enciende únicamente de noche y la casa adquiere un carácter fantasmagórico
porque no hay más luces en toda la casa. Ella es feliz así también. Y tengo un
amigo cuyo rincón especial es su despacho de trabajo donde tiene una mecedora
donde lee sin parar, ávidamente, libros y libros de muy diversos géneros. Es
ése su rincón favorito donde desarrolla una felicidad muy grande.
Yo también tengo un rincón
favorito. Es un trozo de pared blanca que está situado en el salón comedor de mi casa entre un ropero donde
tengo almacenada la ropa y una mesa de camilla con una tela azul. Está situada
justamente al lado de la ventana desde la que veo el cielo y un visillo y una
cortina también de color azul. Tengo
también un butacón color azul para que todo haga juego. De vez en cuando encalo
mi trozo de pared blanca para que refulja más y destaque con el resto de
la casa, que está toda pintada de
blanco. Así siempre está reluciente mi trozo de pared blanca.
A ese lugar acudo cada mañana
para ponerme en paz con Dios y rezar un Ave María, un Padrenuestro y un Gloria,
así como diversas oraciones infantiles que todavía siguen teniendo peso y
significación en mi vida. También recito unos versos de Santa Teresa de Jesús a
los que ya he hecho referencia en este blog en diversas ocasiones y sobre los
que no insistiré. Ya les dediqué un artículo titulado Unos versos. Solo
recordaré uno de ellos: La paciencia
todo lo alcanza, porque es el que tiene más influencia sobre mí porque mi
estado de crónica ansiedad me hace ser muy impaciente y es lo que más necesito:
paciencia.
En mi pared blanca escribo
mis libros de poemas. Como éste es un artículo intimista no me importa contar
mis intimidades. Os relataré cómo es el proceso de producción de uno de mis
libros. Primero los escribo mentalmente en mi butacón azul de mi pared blanca.
Escribo los poemas y los voy corrigiendo mentalmente. Cuando ya tengo el libro
terminado, después de tres meses más o menos porque no se puede decir un tiempo
exacto, paso al despacho donde pongo en folios el libro que he escrito
mentalmente. Vuelvo a corregirlo en un proceso que dura otros dos o tres meses.
Cuando termino lo paso a la máquina de escribir. Hago lo mismo que hacía Camilo
José Cela que escribía sus novelas a mano y luego su mujer las pasaba a máquina
de escribir. Después envío el libro a la editorial y cuando ya se establecen
las condiciones se firma el contrato y se esperan las primeras pruebas de
imprenta. Se corrigen y se vuelven a enviar en espera de las segundas pruebas
de imprenta. Corregidas éstas ya se espera la edición de libro. Todo el tiempo
que dura el proceso es de ocho meses aproximadamente, por eso edito un libro
cada año. El último ha sido Pasión o espontaneidad, dedicado a una amiga que
conocí en la Feria
de Sevilla hace unos 30 años cuando fui un día con mi amigo Juan Antonio si no
me falla la memoria y después de una amistad de varios meses prometí dedicarle
el contenido de un libro de poemas y el libro en sí mismo. Mi amiga se
llamaba Pasión Vázquez, por eso he puesto la palabra pasión en el título del
libro, a parte de referirme a la pasión propiamente dicha.
Mi pena es que no
puedo hacerle llegar un ejemplar del libro porque no sé dónde vive porque le
perdí la pista. Ahora en mi rincón de la
pared blanca estoy escribiendo, sentado porque las piernas me duelen mucho
cuando estoy demasiado tiempo de pie (son cosas de la edad porque ya voy para
los 52) mi nuevo libro de poemas que editaré en el año 2014, que se titula Rosa
de vida y está dedicado a otra amiga llamada Rosa María Rico Toro. De esta
mujer sí me enamoré, no así de Pasión. Vivía en Málaga y allí iba yo de vez en
cuando para intentar conquistarla. Sé que se casó y me llamó un día para
decírmelo, pero no sé dónde vive hoy así
que no podré hacerle llegar un ejemplar del libro, pero queda también cumplida
mi promesa.
En mi rincón favorito, en mi
pared blanca, es donde me pongo en paz con Dios. A Él le hablo y le cuento
todas mis penas y alegrías. Ya he dicho que le rezo. Le cuento las cosas que he
hecho durante el día para analizar los posibles errores cometidos. Y con él
organizo el día siguiente al detalle, teniendo en cuenta las contingencias que
pueden ocurrir y modificar mis planes iniciales.
En mi butacón azul junto a mi
pared blanca también leo. Preferentemente libros de poemas que me envían otros
amigos poetas o las propias editoriales. Como mi despacho es pequeño y no da
más de sí cuando leo los libros los regalo a los Centros Cívicos. También leo
filosofía, que es otra de mis aficiones. He leído últimamente Ensayo sobre la
lucidez de José Saramago, un libro extraordinario. Me lo regaló mi hijo. Como
también me regaló el que me estoy leyendo ahora mismo: las greguerías de Ramón
Gómez de la Serna. Ya
sabéis que metáfora más humor es una greguería. Yo tengo escritas numerosas
greguerías que quizás publique algún día.
Primero quiero completar los
proyectos poéticos. Después quiero terminar dos novelas que tengo empezadas:
Monólogo en clave neurótica y El corazón de Procopio Boñiga. Después tengo un
libro de pensamientos. Y en última instancia las greguerías. En fin: que tengo
trabajo para muchos años. Sólo espero tener tiempo, esa cosa que no existe,
para poder cumplir con todos mis propósitos.
En mi pared blanca hablo con
mis padres, ambos fallecidos. Mi padre murió en 1992 y mi madre hace 4 años. A
ambos les pido consejo y ellos me ayudan. Sé que sus almas están conmigo y me
dan un calor especial y una ayuda enorme que me sirve para vivir la realidad
cotidiana.
De vez en cuando le doy la
vuelta al butacón azul y lo pongo mirando hacia la televisión. Veo
preferentemente películas, concursos culturales y programas deportivos, sobre
todo baloncesto, fútbol y balonmano. Me relaja mucho ver la tele en mi pared
blanca y en mi butacón azul, me hace sentir menos solo. La televisión es una
buena compañera que me ha salvado de más de un momento de soledad.
En mi pared blanca reflexiono
sobre la relación con el mundo y las personas que me voy encontrando. Me
enriquezco enormemente repasando las relaciones que establezco con el mundo.
Ellas dan más sentido a mi vida y llenan de contenido mi existencia.
En mi pared blanca preparo
los artículos que voy a publicar en el blog de la Ura Macarena. Los memorizo o
memorizo un guión por lo menos para que me resulte más fácil escribirlo. También
pienso en las películas que voy a criticar en el blog y hago lo mismo que con
los artículos: preparo un guión o los escribo enteros y los memorizo para que
después me sea más fácil prepararlos en la Ura.
Junto a mi pared blanca
aspiro a ser mejor persona. Reflexiono sobre mí y sobre todo cuanto hago y veo
en qué cosas me he equivocado e intento corregirlas. Estoy en paz conmigo mismo
y desarrollo toda mi voluntad lo máximo que puedo para poder seguir trabajando
en mi camino humilde de perfección.
En fin: que son muchas las
cosas que hago en mi pared blanca, el rincón favorito de mi casa desde hace
muchos años. Espero que vosotros también tengáis vuestro rincón favorito y que
os sea tan rico como lo es el mío para mí. Y que seáis muy felices. Salud y
suerte.
José Cuadrado Morales
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1 comentario:
josé, me parece interensntisimo elarticulo que escribres, y me gusaria decrite dos cosa. la primera es que no dejaes nunca de trabajar. los proyecto que perfilas son necesarios que lleguen a buen puerto porque generan inquietud solo de verlos perfilados. lo segundoes queyo tengo tambien mi pared blanca, esta es un objeto, mi mesa de trabajo. por condiciones superioresa mi esta en medio de un salon y sufre la voragine de piso. pero ella y yo hemos pasados ratos de estudio en los que me he encontrado bien. a ella culpo de mis inquietudes, y con ella dialogo sobre el que será de mis lecturas y el qué es de mi dia a dia.
sigue escribiendo articulos jose, ganamos todos los que te leemos.
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