Ayer estaba en casa con un amigo y se escuchaban voces desde la calle. Gente gritando. Escuché: “come ahora guarro”. Antes había ido al médico y por el camino encontré a dos aparcacoches. Uno increpaba a otro. Le decía a gritos uno al otro: "tenéis la cabeza así", y formaba con los dedos un cuadrado, "aquí tenemos que comer todos". Estaban discutiendo por quién se quedaría en la zona aparcando los coches. Llegué del médico y fui a tomar un descafeinado. Al llegar encontré un poco alterado al camarero que nada más verme me dijo: "¡Qué!", a lo que levante las manos en señal de que yo no había hecho nada.
Crispación social es la palabra justa. ¿Qué hacer? Tener paciencia y no perder la esperanza, pienso.
Jesús
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