
Pero el amor es ya un regalo eterno entre las parejas. Todos los días son San Valentín. Cualquier día es bueno para expresar el amor y expresar lo que sentimos por nuestra pareja. Pero San Valentín es un día especial porque durante 24 horas el amor está más vivo, se exterioriza con mayor facilidad, hay menos pudor para mostrar los verdaderos sentimientos y decir sencillamente te quiero, dos palabras que lo significan todo y que pueden muy bien ir acompañadas por un beso. Ése es el mejor regalo del día de los enamorados: decir te quiero como nunca lo decimos y dar un beso con lo mejor de nuestro corazón.
El amor es inagotable. Cada día hay que renovarlo, convertirlo en algo nuevo para evitar caer en la monotonía, el aburrimi


El amor necesita recuperarse día a día porque día a día corre el peligro de perderse y de causar los dolores tan intensos que supone la pérdida. No hay que temer a esa pérdida cuando uno es sincero. Y en San Valentín hacemos una demostración de sinceridad abierta. No postramos ante la amada o el amado como si veneráramos a un santo, en este caso San Valentín. La sinceridad nos demuestra que somos fuertes ante el amor y ante la adversidad. Ninguna adversidad debe rompernos la dicha del amor. En San Valentín expresamos nuestra voluntad de no ruptura. Estamos esperando todo el año que llegue ese día para dar rienda suelta a las emociones primigenias y confesar a los cuatro vientos cuanto sentimos por nuestra pareja. No hay que temer a expresar el amor. Hay que ser valientes para amar. La cobardía y la timidez deben quedar lejos del amor siempre y en ese sentido San Valentín nos da un ejemplo de atrevimiento, de desvergüenza, de expresión del amor sin tapujos, de renovación del amor anualmente. Ser valiente es la clave de que la pareja perdure. Hacer mil cosas diferentes y sin miedo a sentir vergüenza por expresar el amor de la forma más extravagante.

Hay que ser original y en eso San Valentín también es ejemplo. Llegado su día tenemos que exprimirnos los sesos para expresar el amor de una forma diferente cada año. Lanzarse al mundo y decir te quiero con arrojo, como quien va a una batalla a dar lo mejor que tiene, en este caso los sentimientos más sencillos y básicos. No hay que ser rebuscado. Hay que ser francos, decir que el amor lo sentimos y podemos gozarlo juntos, sin vergüenza ninguna, con una furia desmedida. Este amor es el que ha inspirado grandes libros con La voz a ti debida y Razón de amor de Pedro Salinas, autor sevillano que vivió gran parte de su vida fuera de España. Vivió en el exilio pero supo expresar el amor de la manera más maravillosa en unos versos inigualables y siempre haciendo referencia a los famosos pronombres: yo y tú. Yo también he escrito libros de poemas dedicados a mi amada como Dicha y Resurrección. Y qué decir de Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Pablo Neruda. O sus Cien sonetos de amor. El amor es fuente de inspiración y en San Valentín se puede regalar perfectamente cualquier libro de amor o cualquier poema escrito por uno mismo para dar cabida en el mundo a los que sentimos por la persona de la que estamos enamorados. Y el arte en general ha propiciado obras geniales gracias al amor, sea en pintura, escultura, arquitectura, etc… Recordemos ahora por ejemplo el Taj Majal, monumento inspirado por una enamorada. Todo eso queda ahí para el recuerdo, para asociar la belleza del amor a la belleza en génesis de sí misma. El amor perdura en cualquier manifestación artística y hace eterno el amor mism

El arte, la vida y el amor forman una trilogía bellísima que perdura siempre. San Valentín es un adalid de esa trilogía. Defensor del amor a ultranza y todas las manifestaciones artísticas que puede permitir. Amar y rezar también van unidos. Yo he rezado a San Valentín muchas veces porque quiero pedirle que mi amor perdure. Nada teme más la persona enamorada que la pérdida. San Valentín defiende la perdurabilidad del amor a ultranza, aunque El Corte Inglés se ponga las botas y otros comercios minoristas también ingresen dineros extras. Da igual. San Valentín va asociado al amor, no al dinero.
Que viva San Valentín. Que perdure siempre. Que sigamos enamorados del amor mismo en esencia y lo instalemos en una peana gozosa el resto de nuestras vidas. Aquí queda el punto y seguido de una historia de amor. Aquí queda el punto sin final de San Valentín, para el que pido la mayor pleitesía y el máximo respeto.
José Cuadrado Morales
1 comentario:
Gracias José por recordarnos lo que verdaderamente significa el día de San Valenti. Por un momento he podido olvidar que tengo que comprar un regalo "material" para mañana.
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