Había mas de 50 neveras todas ellas muy originales, me llamo mucho la atención una que era un féretro, otra era un candado muy original y todas nos decía algo, todas estaban decoradas de manera sorprendente.
Lo pasábamos de lujo muy bien, encima “nos jartamos” de reír ya que en el suelo había como unos sacos de arena y corriendo nos echamos encima yo sentí como si estuviera echado en una cama de agua todos nos pusimos a carcajada limpia la verdad que no los pasamos muy bien. Yo personalmente disfruté como un enano, y este evento me enseño que con cualquier objeto inservible se puede hacer arte.
Francisco A.
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