viernes, 17 de febrero de 2012

PABELLON DE LA NAVEGACION II

Después de dejar la torre de la navegación, como iba diciendo, entramos en el pabellón, ya desde afuera pudimos ver lo que nos esperaba dentro porque se veían montones de flores como un valle de flores de luz, si de luz. ¿No habéis visto nunca en algunos árboles de navidad o en floreros unos pelillos de plástico que en las puntas se ve la luz que viaja por dentro pero que esta luz no se ve por el hilo solo por los extremos pues así era el valle y encima se encendían y apagaban formando una armonía muy bonita para la vista. Daba sensación de tranquilidad, esto ya se podía ver desde la puerta al entrar saludamos a tres chicas que había en el mostrador, una de ellas se acercó a nosotros para explicarnos todo lo que íbamos a ver. Llegamos hasta una especie de jarrón con una raja para meter dinero, ella nos explico que metiendo una moneda se activaba un video que pudimos ver en una pantalla muy grande y sonaba la voz de un hombre que hablaba con un acento de aquella época y que nos explicaba historias sobre los barcos. La moneda que metías es esa hucha te la devolvían ya que solo servia para activar el video, la chica muy amable y simpática nos explicó todo lo que íbamos a ver en el pabellón. Pero allí había tantos contenidos que si la chica lo iba a explicar todo todavía seguiríamos allí, creo que ella se dio cuenta y cuando llegamos a unos cajones muy raros ella nos dejó, eran unos cajones que se abrían estirando de una cuerda y al ser abiertos aparecía un altavoz y un hombre hablando en una grabación. El primer cajón lo escuchamos de principio a fin, pero cuando vimos tantos cajones se nos quitaron las ganas de abrirlos. Yo los habría por si encontraba algo diferente, seguimos andando por un caminito y vi en el suelo gotas de sangre que me asustaron, porque pensé que alguien se había cortado, pero no era así, esas gotas no eran de sangre estaban pintadas en el suelo y al final de las gotas había un cuchillo lleno de sangre ubicado en el suelo a través de un cristal. Yo comente que eso no era muy bonito y que yo lo hubiera quitado de allí. Luego vimos un cañón de barco, también vimos una botella con luz blanca y que en el culo había un altavoz que te explicaba cosas. Lo mejor de todo estaba al final de la sala, vimos unos barcos hechos a escala pero que para ser maquetas eran bastantes grandes había por lo menos cinco barcos, uno era un transatlántico que tenia como nombre Mauritania y me acorde de la película de Titanic porque cuando este se hundió el barco que fue a rescatarlos fue el Mauritania, estaba un poco dudoso porque era un transatlántico y en la película parece un barco de carga. Eran unos barcos preciosos, el último tenían una forma muy futurista parecía un ovnis. Cuando llegamos a este barco todos nos hartamos de reír porque había un espejo muy limpio que parecía que había una fila muy larga de barcos que nos quedaban por ver y no había mas, el espejo nos engaño pero lo guai fue que teníamos el espejo en nuestras narices y no nos dimos cuenta. Yo me sorprendí porque Rafael nos iba explicando las cosas , el estaba a mi izquierda y cuando se puso de frente al espejo lo vi a mi lado derecho y me asuste, dije coño que hace Rafael ahí si esta en mi lado izquierdo todos nos reímos , Rafael también se sorprendió al ver que de frente suya había otro Rafael. Desde lejos pudimos ver una gran fila de barcos parecía que había mas de diez barcos, pero todo fue engaño del espejo. Y por fin llegamos a lo mejor ,eran videojuegos muy sencillos era lo mejor que había en el pabellón por eso estaba al final de todo, el primero que vimos era un timón de verdad hecho de madera, aquello estaba todo lleno de chavales que no paraban de gritar y de reír, en frente del timón había una gran pantalla donde se veía como en dibujos animados la parte delantera de un barco que iba navegando por el mar y delante aparecían obstáculos que los chavales tenían que esquivar moviendo el timón como si fuera el volante de un coche, yo le dije a la chica que me lo dejara un minuto para probarlo ya que no se veía en ellos ganas de soltarlo, estuve un minuto y se los deje. El siguiente era igual todos tenían una gran pantalla como los televisores de nuestras casas pero mas grande, el siguiente juego era una palanca como para achicar agua pero no era eso, al darle a la palanca de arriba abajo echaba un correón de agua, en la pantalla se veía el barco y en él aparecían fuegos pequeños y otros grandes y la palanca que tenia el chaval era para apagar el fuego y que el barco no saliera ardiendo, cuando apagaba un fuego aparecía otro y así hasta el final. La palanca se movía de arriba abajo y de izquierda a derecha y para que el chorro fuera mas lejos había que bajar la palanca con mas fuerza, el siguiente juego creo que era el mejor de todos, este estaba en el cuarto lugar creo, era un cañón disparando a otro barco. El cañón lo manejaba el chico y en la pantalla se veía como le dabas al barco enemigo y también como te daban a ti, otro juego eran cuerdas que tenias que subir y bajar y en la pantalla se veía como subían y bajaban las velas del barco y el ultimo juego creo que no me falta ninguno, era como un timón tumbado donde el usuario se agarraba a cualquier palanca y se ponía a dar vueltas alrededor y en la pantalla se veía como el barco se tumbaba hacia un lado u otro. Después de los videojuegos llegamos a una tienda dentro del pabellón, digo dentro porque al no estar en el exterior la gente no la verían para ir a comprar ,lo digo porque era una tienda muy bonita y particular vendían cosas relacionadas con los barcos que eran preciosos como unos prismáticos muy sencillos simulando los primeros que se construyeron, también periscopios, utensilios de hierro para no perderse por el mar que fueron como los primeros que existieron y valían un pastón pero merecía la pena comprarlos, había de todo yo me hubiera quedado todo el tiempo del mundo viendo cosas pero tuvimos que dejarlo, salimos por la puerta y ya esta, he pensado en volver a visitarlo y aquí acabó nuestra visita por la torre y el pabellón de la navegación.

David García.

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