lunes, 13 de mayo de 2013
EL HAMBRE
Hay una saga de películas que
se titula Los juegos del hambre de la que se ha estrenado una y la segunda está
en fase de posproducción y se estrenará en los próximos meses. Pues maldita la
gracia que tiene el título de la saga porque el hambre no es ningún juego.
Según los últimos informes hechos públicos hay 850 millones de personas que
pasan hambre en el mundo. Teniendo en cuenta que la población mundial es de
unos 6000 millones de personas casi una sexta parte de la población pasa
hambre.
La fuente de información es
la propia ONU y sus distintos organismos adyacentes: UNICEF (dedicada sobre
todo a los niños), FAO (dedicada en general a temas de alimentación), UNESCO(
dedicada a la educación que tan importante es para que las personas consigan el
autoabastecimiento y la autarquía para que se valgan por sí mismas para crear
fuentes propias de alimentación), ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Refugiados, que existen millones y pasan mucha hambre) y otros
organismos.
Hoy más que nunca está
vigente el marxismo. Si Carlos Marx levantara la cabeza escribiría punto por
punto de nuevo su Manifiesto Comunista de 1848 y Engels seguiría siendo su
seguidor fundamental. Hoy sigue estando vigente la lucha de clases, la lucha
entre ricos y pobres, entre países ricos y pobres, y el importante tema del
justo y equitativo reparto de la riqueza que es la clave para que no exista
hambre en el mundo. Y hablo sobre todo del marxismo leninista, no del
stalinista pues éste no es más que otra forma de fascismo encubierta que con
sus purgas mató a millones de personas. José Stalin es uno de los mayores
genocidas de la Historia ,
comparable perfectamente con Hitler.
El mapa del hambre en el
mundo depende de los países ricos y pobres. Los ricos estarían situados en
Norteamérica, Australia, Europa y parte de Asia. Los pobres estarían en el
resto de Asia y sobre todo en África, que sigue siendo el continente negro
porque tiene absolutamente la negra, a pesar de que ya el colonialismo no
existe desde el siglo XIX, pero la miseria sigue siendo la misma.
Pero hoy día las diferencias
se están estrechando con la dichosa crisis de la que siempre estamos hablando.
Y hablamos de países del primer mundo, donde cada vez se pasa más hambre.
Hablamos por ejemplo de nuestro propio país, España, donde según Cáritas
existen 8 millones de pobres, personas que están por debajo del umbral de la
probreza y se mantienen con 400 euros de ayuda al desempleo o peor aún con una
pensión no contributiva que no llega ni a los 400. Para ellos el mileurismo es
un sueño. Yo soy seiscientoeurista y con 600 euros tengo que llegar a final de
mes haciendo frente a rque afortunadamente vivo solo porque hay familias
enteras que no tienen ningún ingreso y si no pueden ni comer, ¿cómo van a poder
tener dinero para pagar una hipoteca? Por eso los bancos ejecutaron el año
pasado más de 30000 desahucios sin ninguna piedad. Afortunadamente este
gobierno que tan poco está haciendo por los pobres sí ha hecho algo bueno: la
nueva Ley de Desahucios que hace más difícil desahuciar a las personas que no
tienen ni para comer.
Se van a recortar otros 1000 millones en educación,
principalmente universitaria, que afectará fundamentalmente a las becas, con el
consiguiente encarecimiento de la educación. Lo dicho: recortes y más recortes.
Y eso que el Banco Central Europeo ha bajado el tipo de interés del dinero al
mínimo histórico del 0,5%, aunque Ángela Merkel sigue defendiendo la subida de
los tipos de interés, que generan más paro y más recortes. Y Mariano Rajoy, el
mentiroso compulsivo, sigue a pie juntillas los dictados de la política
alemana. Como ya he dicho otras veces los alemanes perdieron las dos Guerras
Mundiales, pero siguen ganando la guerra económica. Éste es el panorama en el
que se mueven ocho millones de personas, que se las ven y se las desean para
poder comer cada día. Y hablo del primer mundo.
Paradójicamente en este
primer mundo se dan muchos casos de obesidad. En Estados Unidos se cuentan por
millones los obesos y en España cada vez hay más gente con sobrepeso.
Continuamente se está hablando de dietas milagro, de la dieta de la alcachofa,
de dietas con pastillas, etc…, lo cual no deja de resultar curioso cuando otra
gran parte de la población está pasando hambre. Afortunadamente esa hambre se palía
con comedores públicos o sociales.
En Sevilla existen numerosos comedores como
los de las Hermanitas de los Pobres, las Hermanas de la Caridad , comedores de ONGs
y otras asociaciones. A veces ni esos comedores dan abasto a la demanda tan
grande de personas que no tiene ni un euro de ingreso al mes. Por eso el
marxismo está vigente: ¿dónde ésta la justa distribución de la riqueza? En
ninguna parte. La revista Forbes publica cada cierto tiempo la lista de las
personas más ricas del mundo. Y no le da vergüenza. En la última lista el más
rico era Bill Gates de Estados Unidos seguido de cerca por el dueño de Zara. El
dinero está muy mal repartido y ésa es una de las claves de la pobreza en el
mundo porque hay personas que tienen más dinero que el Producto Interior Bruto
de muchos países africanos. También la revista Forbes decía recientemente que
la mujer más poderosa del planeta era Ángela Merkel, lo cual demuestra su
influencia en la Unión europea.
Debido a la obesidad que
existe en los países del primer mundo en contraposición a la pobreza de otra
parte de la población se hacen frecuentemente campañas contra la obesidad y el
sedentarismo. La obesidad es fundamentalmente debida al mucho comer o al mal
comer, principalmente comida rápida o fast food, o comida basura o rubbísh
food. Hay campañas realizadas por el propio Gobierno y otras por empresas
privadas como es el caso de la
Coca-Cola , que después de haber estado engordando a millones
de personas en todo el mundo con sus azúcares, porque el invento de la
Coca Light
es relativamente reciente y el de la
Coca Zero es recientísimo, ahora cura su
mala conciencia con la cuarta campaña ya contra la obesidad y el sedentarismo.
También en España se está haciendo una campaña en los colegios con el nombre El
Estirón, que premia a los colegios que desarrollan actividades que favorecen la
lucha contra la obesidad y el sedentarismo. Hay otra campaña realizada por
UNICEF que tiene que ver con el hambre. Se trata de la campaña retounicef, que
propugna 1 euro igual al alimento para un niño desnutrido. Está teniendo mucho
éxito porque quién no tiene un euro para satisfacer las necesidades de un niño
al día. Y cada vez más personas se lanzan a la calle a pedir limosna, no por
victimismo sino por necesidad. Las calles están repletas de ellas. Y el
panorama en el tercer mundo es desolador con la miseria que existe. Hay
millones de personas sin casa, sin nada que comer, tiradas en la calle.
Y el
primer mundo mientras tanto arrojando los excedentes de producción a la basura.
Y no hay más que ver los contenedores que están al lado de los restaurantes,
que están llenos de comida fresca desaprovechada por ellos y en vez de
repartirla entre los pobres se arroja a la basura. Lo dicho nuevamente del
marxismo: la injusta distribución de la riqueza.
No sé que ocurrirá a partir
de ahora, pero de la ONU
se espera bien poco porque los países con derecho a veto mandan lo suyo. Y los
países de la Unión Europea
o cambian su política o subirá cada vez más el paro. No se arreglan los
problemas tirando a la calle más de 30000 funcionarios en Francia como ha hecho Hollande. Y ya saben
los problemas de Grecia y Chipre. Por todos lados la crisis se mete y el hambre
con ella.
Esperemos que la cosa cambie
y el hambre se solucione de una vez por todas y dejemos de ver imágenes de
niños que cuentan sus vidas por días y no por años. Niños con la barriga
hinchada y los ojos saltones y muy cabezones. Hay que tener humanidad, pero eso
es pedir mucho a lo políticos y a los dirigentes de las naciones poderosas y a
los rectores de la ONU. Pero
yo quiero siempre como demuestro en mis artículos tener esperanza. No quiero
perderla y espero que las cosas cambien. Y que dejemos de hablar del hambre
porque ya realmente se haya solucionado. Salud y suerte.
José Cuadrado Morales
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