viernes, 22 de marzo de 2013

CRÍTICA DE CINE


 Las ventajas de ser un marginado

Estamos ante un drama romántico dirigido por Stephen Chbosky protagonizado en sus principales papeles por Logan Lerman ( en el rol de protagonista absoluto de la película, muy de moda ahora por haber encarnado a Dartagnan en la última adaptación cinematográfica de la inmortal obra de Alejandro Dumas Los Tres mosqueteros), Ezra Miller ( en el rol del principal amigo del protagonista) y Emma Watson ( la que desencadenará el drama romántico, la Hermione de la saga de Harry Potter, la amiga inseparable del famoso mago en todas sus correrías, aventuras y misterios en las ocho películas de que consta la saga).
La cinta trata la historia de Charlie, un joven de 15 años, algo inocente y un poco rarito, que se tiene que enfrentar al mismo tiempo a su primer amor, al suicidio de su también primer amigo y a sus propios problemas mentales, mientras lucha desesperadamente por formar parte de un grupo donde sentirse integrado y ser aceptado tal y como es con todos sus defectos y virtudes.
La acción se sitúa en 1.991, cuando Charlie, tímido y marginado, empieza su primer año de instituto. Allí conocerá a dos chicos de último curso (Emma y Ezra) que lo acogerán bajo sus alas y le harán vivir nuevas experiencias (como por ejemplo ir a una discoteca por vez primera) y le ampliarán su círculo de amistades que en ese momento está reducido a cero. Pero el drama romántico se producirá cuando Charlie se enamore de Emma, pero no se lo dice en ningún momento por su inmensa timidez. Pero acepta el amor de una chica del grupo, a la que corresponderá sin estar enamorado de ella. Pero la verdad saldrá a la luz cuando un día, jugando al juego de verdad o atrevimiento, a Charlie le toca atrevimiento y le proponen que bese a la chica más guapa del grupo. Y besa a Emma en lugar de a esa novia, que se siente despreciada y lo abandona. Y Emma no le corresponderá y además le dice que cuando termine el curso se marchará a la Universidad de Pensilvania y no se volverán a ver. Charlie agarrará una buena depresión y será internado en un hospital.
Estamos ante una buena historia muy bien contada. El guión es del propio director, que adapta su novela homónima. El guión tiene una enorme calidad literaria, sin que por ello estemos ante cine-literatura, pero se nota el origen literario del guión.
Entre las ventajas de ser un marginado, aparte de que llames la atención de compañeros de buen corazón, está también que un profesor se fije en ti con más interés de la cuenta. Eso le pasa a Charlie con su profesor de Literatura, quien le meterá a Charlie el gusanillo de la Literatura y entonces querrá hacerse escritor. De hecho la película está contada en gran medida a través de cartas que el protagonista va escribiendo y se van leyendo en voz en off. Las cartas tienen una gran calidad literaria y van dirigidas a un amigo ficticio por la inmensa timidez de Charlie. A este amigo inventado Charlie le cuenta todo sobre el amor, el sexo, las relaciones de pareja, las relaciones sexuales, etc…
Aparte de estas dos ventajas no encuentro otras ventajas de ser un marginado porque a nadie le gusta que lo humillen en clase, en los pasillos y en otros sitios, y que se mofen de sus problemas mentales. Por lo que creo que el autor ironiza mucho con el título de la novela y la película y creo que más bien debería llamarse Las desventajas de ser un marginado porque se aproxima más a lo real.
Como dato anecdótico diré que uno de los coproductores de la película es John Malkovich, el polifacético y camaleónico actor, quien va tocando poco a poco todos los palos del cine: actor, director, coproductor ahora de una cinta claramente independiente, que no puede competir con las grandes superproducciones que gastan más en publicidad que en la propia película y así se ven mucho más. Esta película no ha tenido publicidad alguna por lo que se ha visto por el boca a boca y porque la novela en la que está basada fue aclamada por la crítica en Estados Unidos y se vendió muy bien. De hecho la película ya era una cinta de culto antes de estrenarse precisamente por lo extendida que estaba la historia por las ventas de la novela.
La película cuenta también con unos espléndidos secundarios,  entre los que destaco a dos: Joan Cusack, de la saga de los Cusack, actriz siempre desaprovechada por Hollywood, que aquí interpreta un breve papel de doctora que asiste a Charlie en uno de los ingresos hospitalarios del protagonista, concretamente el producido por el drama romántico del que hablaba al principio de la crítica; y Dylan McDermott, conocido por su papel en la brillante serie de televisión El abogado, aquí en el rol del padre del protagonista, sobrio y comedido.
La película dura 103 minutos, ni uno más ni uno menos. La película está perfectamente medida y no sobra absolutamente nada. Viene esto a cuento de lo que dije en la crítica de Los miserables, cuando comenté que le sobraba media hora para ser una obra maestra, y es que algunos directores no tienen sentido de la medida y parecen que quieren contarlo todo sin utilizar elementos cinematográficos como la elipsis o como ocurre en Las ventajas de ser un marginado las cartas que escribe Charlie para adelantar y acelerar la acción.
Quiero también destacar lo que ya dije en la crítica de La jungla: un buen día para morir. El tema de los efectos especiales y una mala historia. En esta cita que critico ahora no hay ningún efecto especial, sino una gran historia muy bien contada. Y no es que esté en contra de los efectos especiales, sino de que estos sean los únicos protagonistas absolutos de la película. Aquí todos los elementos técnicos están subordinados a la historia central: la fotografía, espléndida, la banda sonora, extraordinaria, ambientando perfectamente 1.991, etc…
El eslogan publicitario de la película es Somos Infinitos. Eso podrían decirle a Charlie Emma y Ezra: que todos somos infinitos, que tenemos infinitas posibilidades para salir adelante. Duro para Charlie por el contratiempo sentimental de Emma y la soledad en la que cae cuando se entera de que ella se marcha a la Universidad lejana. Pero entiende que no puede quedarse estancado en su enfermedad mental y tiene que seguir adelante sacando de sí mismo todo lo mejor.
En definitiva: estamos ante una película muy buena a la que le concedo en consecuencia cuatro estrellas y ánimo a ver antes  de que la quiten, que le queda poco en las carteleras sevillanas. Disfrutadla. Salud y suerte.

Calificación:

José Cuadrado Morales 

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