
La formación la realizo en Valme y aún recuerdo el día en que visité su Unidad por primera vez, el ver que había incluso un amplio salón y hasta un patio (recursos de los que no disponía la Unidad del Macarena, la única que conocía), y esa impresión de ver tantos pacientes recorriendo la Unidad, con lo que empecé a plantearme cómo sería el camino hasta llegar a ser verdaderamente “especialista”, a alcanzar unas competencias profesionales lo más óptimas posibles, para el trabajo en estos dispositivos.
Y para terminar, comentaros que con lo que me quedo de mi comienzo en esta especialidad, es con que he descubierto que no es tan difícil establecer una relación terapéutica y un abordaje preciso cómo preveía al principio, al menos, si intentas simplemente dar un trato humano, personalizado y empático. Puesto que una de las primeras cosas con las que tienes que romper con ellos es el estigma. Y es que aunque alguien tenga una idea errónea de algo siempre puede llegar a ver la realidad tal cuál es si lo intenta.
Lidia EIR Salud Mental 2010/2011
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