miércoles, 13 de junio de 2018

CÓMO SE ESCRIBE UNA NOVELA

Cuando estudiaba Bachillerato, han pasado ya cuarenta años, nos obligaban a leer un libro trimestralmente, lo que para mí era un placer. Después teníamos que hacer un trabajo sobre el libro que habíamos leído.
En una ocasión nos mandaron leer una novela corta de Miguel de Unamuno titulada San Manuel Bueno, mártir, que me encantó. No la he vuelto a leer desde entonces y debería porque merece mucho la pena.
Esta novela corta la publicó Unamuno acompañada de un pequeño ensayo titulado Cómo se escribe una novela y ponía como ejemplo de novela la propia novela corta del libro conjunto. He estado pensando en hacer yo lo mismo y escribir un artículo al menos sobre cómo he escrito yo mi última novela, titulada Amistades y amores.
Lo primero que tengo que decir de mi novela es que es la segunda de una trilogía que empecé a publicar el año pasado con el primer tomo titulado Historia de una obsesión. La trilogía lleva como título genérico Monólogo en clave neurótica. Recuerdo ahora a otro escritor de la Generación del 98 muy dado a las trilogías que es Pío Baroja, el único escritor al que Camilo José Cela le hubiera dado su Premio Nobel de Literatura según sus propias palabras. Yo he leído varias novelas de Baroja como Las inquietudes de Santi Andía y Zalacaín el aventurero y puedo decir que es un narrador excepcional. Como lo era Cela.
Amistades y amores, mi segunda novela de la trilogía, va a salir en este mismo mes de junio. Me ha costado varios meses escribirla, pero lo he conseguido. Y puedo decir que ya tengo escrita la tercera para el año 2019, a falta únicamente de la corrección.
Lo primero que me planteo cuando escribo una novela es qué tipo de novela quiero escribir. Puede ser una novela romántica, una novela realista, una novela histórica, etc. Normalmente se mezclan las clases de novela, pero hay algo predominante. En mi caso Amistades y amores es una novela contemporánea, con elementos de novela surrealista y predominio del monólogo interior libre. Como novela contemporánea lleva elementos claros de ella como el contrapunto. Me he sentido muy a gusto escribiéndola y tengo que decir, y el título lo dice, que tiene mucho también de novela romántica porque hay claras relaciones de pareja entre el protagonista principal de la novela y diversas mujeres.
Decidida la clase de novela que quiero escribir a empezar a escribir. Para ello hay que tener claro de qué se quiere escribir. Y yo quería escribir, como en la primera y tercera novelas de la trilogía, sobre la vida de un personaje que padece de Trastorno Obsesivo Compulsivo, es decir, de TOC.

Pero no quería limitarme sólo a ese trastorno, sino que quería ampliar a las relaciones sentimentales del personaje y también a las relaciones de amistad, así como a sus gustos y preferencias.
La primera novela, Historia de una obsesión, estaba dedicada fundamentalmente al Trastorno Obsesivo Compulsivo. Ahí hablaba entre otras cosas del origen del trastorno y del trastorno en sí mismo. De cómo ese trastorno se manifestaba en su vida, fundamentalmente a través de una clara obsesión: la idea de la reencarnación de Satanás en un falo gigantesco y apetitoso. Ahí entraban en escena diversos personajes que iban dando su opinión sobre el tema con la técnica del contrapunto de la novela contemporánea. Había un fuerte contenido religioso y un conflicto permanente entre Dios y Satanás. No diré evidentemente cómo termina el enfrentamiento.
Al personaje central lo ingresan en una Unidad de Psiquiatría y cuento sus vicisitudes. Es decir: amplío el campo temático. No diré nada más para los que todavía quieran disfrutar de mi primera novela. Aún hay ejemplares disponibles.
Amistades y amores sigue con la vida del personaje central, pero ahora hace especial hincapié en las relaciones, como indica el título, entre ese personaje y otros personajes que tienen trascendencia en su vida y que son mujeres como parejas y hombres y mujeres como amistades. Hay relaciones que le han hecho más mella y ocupan más espacio en la narración. Otros tienen menos extensión al tener menor vinculación con el personaje central.
El TOC queda más a un lado y predominan las relaciones de pareja, especialmente la que más le ha marcado a lo largo de toda su vida, así como la relación actual con su pareja y lo que supone este vínculo tan especial.
Teniendo clara la temática es necesario diseñar a los personajes. El personaje central se llama Leocadio Gómez Encías, que es un poco alter ego mío. Tiene cosas mías y cosas completamente inventadas. Es decir, la novela también tiene elementos autobiográficos. Está en el lector la aventura de descubrir qué es real y qué es inventado.
Después están los personajes secundarios como la novia actual de Leocadio, Jimena, con la que mantiene una relación muy especial e íntima. Ella ha comprendido perfectamente el ingreso de Leocadio en la Unidad de Psiquiatría y comprende perfectamente su enfermedad mental para entendernos.
Está también María Dolores, que es una antigua novia de Leocadio con la que mantuvo una profunda relación y que ocupa un amplio tramo de la novela. Ella no quiere salir en la novela, pero el autor, yo, la hace salir. Pero no es un autor, un creador omnisciente, sino que deja el protagonismo a los personajes para que sean ellos los que dialoguen, los que desarrollen los distintos argumentos, las distintas vidas que se van entrecruzando. María Dolores es la primera novia de Leocadio y le dejó una profunda sensación fundamentalmente por padecer de esquizofrenia, además del amor sincero que sentía por ella.
Está también Luna, una ex-novia de Leocadio, con la que mantiene una buena amistad, no así con María Dolores. Luna actúa como correctora de Amistades y amores, demostrando el buen vínculo que mantiene con Leocadio.
Hay diversos amigos como María José, Ambrosio, José, etc ...José actúa como coautor y transcriptor de Amistades y amores, y del Monólogo en clave neurótica en general. Evidentemente es un personaje inventado, que soy yo mismo como escritor. Por eso le he puesto mi propio nombre. Es una manera de introducirme en la novela como personaje. Algo muy de la novela contemporánea.
Hay diez capítulos escritos como monólogo interior libre con componentes surrealistas. Son cosas también de la novela contemporánea. El monólogo interior libre permite una escritura muy fresca, muy espontánea, que da pie a una literatura muy sincera frente a la novela realista en la que predomina el autor por encima de todas las cosas.

Teniendo claros los personajes sólo queda empezar a escribir la novela. Hay muchas técnicas. Yo suelo escribir a mano el primer borrador. Después lo paso a máquina de escribir. Es decir, escribo a mano como Cela y escribo a máquina manual como hacía Francisco Umbral, a quien le inspiraban los sonidos de las teclas.
Todavía no tengo ordenador, pero tampoco lo echo de menos. Así no corro el riesgo de perder nada en el ordenador.
Una vez que tengo pasada a limpio la novela la corrijo manualmente durante varias semanas y la vuelvo a pasar a limpio y queda ya lista para la editorial que vaya a publicarla. Normalmente trabajo con una editorial de Málaga que se llama Corona del Sur. He publicado muchos libros colectivos ahí y la mayor parte de mis libros de poesía y estas primeras dos novelas.
Si todo va bien pienso seguir publicando ahí mis libros.
Esta editorial tiene influencia sobre todo en Andalucía Oriental, es decir, Málaga, Granada, Almería y Jaén. Yo me encargo de vender los libros que me corresponden por mi cuenta en Sevilla. Más adelante, cuando tenga más suerte, intentaré encontrar una editorial que publique mis libros en toda Andalucía.
Éste es brevemente mi proceso de escritura de una novela. Evidentemente el ensayo de Unamuno era más largo. Yo tengo los márgenes estrechos de un artículo periodístico para desarrollarlo, pero creo que ha quedado claro.
Ahora espero que podáis disfrutar de Amistades y amores, que creo sinceramente que me ha quedado bastante bien. La he dividido en capítulos , cosa que no era así en Historia de una obsesión. Así hago más ágil la narración y más fácil la lectura para los lectores. Salud y suerte.


José Cuadrado Morales

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