viernes, 30 de junio de 2017
CRÍTICA DE CINE: " Z, la ciudad perdida "
Estamos ante una película que podemos catalogar de
biopic (película biográfica). Para mí tienen un encanto especial y me suelen
gustar. En este caso es la vida de un explorador inglés, de profesión militar,
llamado Percy Fawcett, quien se dedicó entre los años 1905 y 1925 a buscar los rescoldos
de una primitiva civilización amazónica desaparecida a la que bautizó, por
hacerlo de alguna manera, como “Z”.
Su director es James Gray, quien con cintas como
Two Yards (La otra cara del crimen) y La noche es nuestra se ha situado como
uno de los mejores autores actuales de películas policíacas. Pero Gray no sólo
se ha quedado ahí sino que con otras películas como Two Lovers y El sueño de
Ellis ha demostrado ser un excelente director de dramas, particularmente
norteamericanos.
Ahora ha cambiado totalmente de registro y nos
ofrece esta cinta de 2017, Z, la ciudad perdida, que es una película de
aventuras, ambientada en plena jungla y que por sus características generales se
relaciona bastante con Francis Ford Coppola, no hace mucho Premio Princesa de
Asturias de las Artes, lo cual es un elogio más que significativo.
Para Gray, por conocerlo un poco mejor, Chaplin es
el mejor director de la historia. No me gusta a mí decir “el mejor” porque se
corre el riesgo de excluir a otros que pueden ser mejores o por lo menos
iguales, pero es su opinión y de momento las opiniones son libres.
Le gustan de Chaplin sobre todo Luces de la ciudad,
Tiempos modernos y El gran dictador, que es también una de mis películas
favoritas que vi por primera vez en el desaparecido, como tantos, cine Llorens
de la calle Sierpes. Me impactó la película y siempre se me quedarán grabadas
muchas de las escenas de la cinta.
También le encanta, aunque menos, Buster Keaton,
conocido como “cara de palo”. Es genial también, pero creo como Gray que
Chaplin es más grande, más completo, aunque me importan poco las comparaciones.
A Gray, por seguir conociendo mejor sus gustos,
cosa que no suelo hacer en mis críticas, le gusta también el cine francés, en
especial Godard y Truffaut, por ese orden.
Dice que ser director de cine es pasarse la mayor
parte del tiempo buscando el dinero para hacer la película que uno quiere. En
este sentido Gray trabaja habitualmente con un excelente productor y
distribuidor, gran cinéfilo, un poco al estilo del gran Selznick, responsable
entre otras de Lo que el viento se llevó.
Destaca Gray también la película Twin Peaks (no la
serie) de David Lynch, que considera infravalorada. Y también La strada de
Federico Fellini, que yo considero también como una de mis películas favoritas,
así que tenemos bastante en común Gray y yo como espectadores.
Finalmente diremos de James Gray que piensa que
todas las enfermedades psicológicas vienen, más o menos, de la proximidad de la
muerte. Una opinión como otra cualquiera a la que no voy a dar respuesta en
esta crítica cinematográfica.
Con Z, la ciudad perdida, James Gray cambia
radicalmente de estilo de cine, realizando su proyecto más ambicioso hasta la
fecha, trabajando con la recuperada United Artists.
Se trata de una película que sorprende por su
misterio y por ser menos novelesca que de costumbre. Una película con vocación
de perdurar y no quedar como una película más de aventuras.
Gray deja por primera vez Nueva York (fetichista
urbano como Woody Allen) y se mueve entre la Inglaterra de
principios del siglo XX (con actores fundamentalmente británicos) y el
Amazonas, donde tiene lugar la auténtica aventura que es esta cinta.
El director quería dar un salto cuantitativo y
cualitativo en su carrera, como piensa hacer ahora con su nuevo proyecto,la
película Ad Astra, que trata de ciencia ficción.
Los actores son extraños en la jungla, occidentales
en un ecosistema de tribus amerindias que descubren Fawcett y sus hombres. El
choque de dos mundos completamente opuestos. Los actores se sienten anónimos en
un universo de lianas y frutas tropicales, elefantes en una cacharrería
desconocida que parece que se los va a tragar en cualquier momento. Los actores
están estupendos y dan credibilidad total a la cinta.
Z, la ciudad perdida, es sobre todo, pues, una
película de aventuras de las que se hacían mucho antes en Hollywood, sabor que
ha querido rescatar el director. Aparecen caníbales en la película que provocan
angustia, así como animales extraños fuera de la jungla como las pirañas.
Fawcett va entre Inglaterra y la jungla, siempre
defendiendo y justificando sus expediciones, y con la complicación de tener a
una mujer y a unos hijos.
Hay en la cinta potentes escenas de acción, muy
bien realizadas y dirigidas por la segunda unidad. Llegará un momento en que
Fawcett ya no distinguirá entre su Inglaterra y su jungla, de tan unido que
acaba estando a esta última. Acabará confundido con el hieratismo inglés y la
pura y dura supervivencia de la jungla, esencia de todo auténtico aventurero.
La película tiene una fotografía inmensa obra de
Darius Khondjis, quien ya ha trabajado con Gray y con directores de la talla de
David Fincher y Wong Kar-wai.
Para hacer la película eran muy importantes las
localizaciones, que se buscaron en el Amazonas, Brasil, Matogrosso, etc… El
protagonista iba a ser Brad Pitt, pero la cosa no cuajó. Darius ya trabajó con
Pitt en Seven de Fincher.
Al final la película se rodó en Tayrona, una
rerserva natural de la jungla colombiana, que resultó el entorno más apropiado
y menos peligroso.
Una buena música acompaña a la cinta y la hace más
grande. Es una película misteriosa, tenebrista, un Caravaggio filmado. Tiene
mucho que ver la fotografía, pero también la dirección de actores.
Estamos, pues, ante una buena película que merece
tres estrellas. Esperamos la cinta de ciencia ficción que rodará el director a
ver qué tal resulta su viaje interestelar al estilo del gran Stanley Kubrik. Salud
y suerte.
José Cuadrado
Morales
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