viernes, 6 de junio de 2014

HISTORIAS DE VIDA.

Cuando yo tenía 4 años y mis hermanos mayores tenian 8 y 7 y me llamaban la “mamaíta chica”, yo me ponía los trajes de mi madre, que me llegaban a los pies, los tacones de mi madre y me pintaba los labios con el lápiz de labios de mi  madre. 
Me gustaba ser como ella y me mostraba servicial cuando me pedían algo. Un día que mis tres hermanos estaban acostados en la cama de mis padres, me mandaron  a por agua por que tenían sed. Yo cogí, ni corta ni perezosa, y eche mano del mejor jarrón que tenían mis padres. Un regalo de casamiento era de cristal fino labrado y con oro por los bordes. Abrí la piletilla que estaba al lado de los fregaderos y que estaba a mi altura, abrí el grifo y empecé a llenar el jarrón, llego un momento que pesaba demasiado para mí y se estrelló y se hizo añicos. Yo de lo que me acuerdo más es que mi padre le pego una buena tunda a mis hermanos.


Cuando mi hermano el mayor estaba con mi otro hermano en el instituto se lo llevaba todos los días al muelle de los barcos a explicarles a sus compañeros de clase todas las partes de una barco, él tenía una gran vocación por la náutica. Mi madre no quería que fuera marino igual que su padre, su abuelo, su bisabuelo, sus tíos, etc. Es que mi hermano lo llevaba en los genes, mi tío marino también, le dijo a mi madre, "verás como a este le quito la idea de los barcos", y lo metió en las dragas. 
Las dragas sacan el barro de río y mi hermano llegaba todos los días de barro hasta los ojos. Pero las dragas no le quitaron la idea, y se metió a estudiar náutica. Hizo su tiempo de prácticas en los barcos como agregado y fue subiendo de nivel, tercer oficial, segundo oficial, primer oficial, y por fin capitán de barco. Recuerdo una ocasión en que se enroló para navegar con los barcos que se iban 6 meses a Terranova a la pesca del bacalao, es un trabajo muy duro, mi madre le consiguió unas camisetas muy gordas, una chaqueta con un gorro azul marino y le tejió un chaleco muy gordo de lana, de cuello vuelto. Al mismo tiempo que mi hermano estaba esperando para que lo llamaran para partir, mi madre empezó a hacerle una novena a María Auxiliadora y cuando fueron a ha salir los barcos llamaron a mi hermano para decirle que su barco no salía, porque estaba averiado. Así que mi hermano se quedó en tierra, gracias a la novena que mi madre le hizo a la Virgen, que hizo el milagro.

Reyes Alés.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece que te protegía tus padres y con respecto a tu hermano diría yo que tuvo suerte ya que lo de ser marino es durísimo.