jueves, 11 de abril de 2013

EL SUFRIMIENTO DEL ENFERMO MENTAL


El sufrimiento del enfermo mental es atroz, tanto física como psíquicamente. Y no quiero hablar en este artículo de victimismo porque ya hablé de él en otro reciente. Aquí hablaré de hechos objetivos, de cosas que yo vivo o he vivido. Si fuera una película diría que este artículo está basado en hechos reales y la calificación moral sería mayores de 18 años porque el sufrimiento que habrá en este artículo es totalmente real y tengo experiencia para poder escribirlo porque llevo 21 años padeciendo una enfermedad mental.
Hace 21 años me diagnosticaron trastorno de ansiedad generalizada, trastorno obseso compulsivo, trastorno de pánico y estructura dependiente de personalidad. Las crisis de ansiedad generalizada o crisis de ansiedad a secas me generan síntomas físicos dolorosos: mareos, náuseas, fatiga, a veces incluso llego a vomitar, dolores articulares, palpitaciones, taquicardia y un largo etcétera. Lo mismo digo en cuanto a los síntomas psíquicos: dolor del alma, angustia, miedo, terror, etcétera. Lo mismo ocurre con el trastorno obsesivo compulsivo, pero más acentuado porque es más angustioso. Y aún más el trastorno de pánico, donde entra en juego un síntoma fatal como es la agorafobia, que es el miedo a salir de casa. Es el tema de la película recién estrenada Los últimos días. En cuanto a la estructura dependiente de personalidad la he ido superando poco a poco y cada vez dependo menos de las personas a las que quiero y necesito. Todo es cuestión de paciencia, que todo lo alcanza.
 A lo largo de estos 21 años me han ingresado sólo una vez en la Unidad de Psiquiatría del Hospital Universitario Virgen Macarena. Fue hace cuatro años por un asunto amoroso que me generó una profunda depresión: el abandono de una mujer. En el ingreso conocí muchas formas de sufrimiento mental. Había una mujer que gritaba constantemente que se quería morir y pedía que la ataran a la cama para no suicidarse. Los médicos la ataban y sólo era desatada para las necesidades fisiológicas e higiénicas, aparte de para comer. Me pregunto cuál sería el inmenso sufrimiento de esa mujer que pedía que la atasen para no quitarse la vida. Gritaba durante horas y paraba por puro cansancio. También conocí a suicidas frustrados con sobredosis de pastillas que habían sido cogidos a tiempo. Y también suicidas frustrados que se habían cortado las venas de las muñecas. Incluso recuerdo un caso más sofisticado: un compañero que se había inyectado aire en las venas para provocarse un trombo y así desencadenarse un infarto cardíaco. Y más casos que sería prolijo relatar aquí. Cada persona era un mundo diferente. Sinceramente yo no creo en el suicidio frustrado. Si alguien se quiere matar de verdad lo consigue. Basta con subir a la Giralda o la Torre Pelli y lanzarse al vacío. Ni Dios puede salvarte, y perdón por la expresión. Yo nunca he intentado suicidarme. Primero porque mi religión me lo prohíbe y segundo porque nunca habré llegado al estado de desesperación que hay que llegar para desear quitarse la vida. He tenido ideas suicidas, pero jamás he intentado suicidarme.
Durante estos 21 años he ido diversas veces de urgencia a la Unidad de Psiquiatría antes mencionada. Cada vez que iba conocía a gente nueva y a su sufrimiento particular. Se oían voces en la Unidad. Era como un museo de los horrores. Allí conocí a mucha gente nueva que me contaban sus experiencias con el sufrimiento intenso que provoca la depresión, la ansiedad, la esquizofrenia y tantas enfermedades mentales como existen.
Durante estos 21 años también he conocido a muchas personas en las psicoterapias de grupo que he ido realizando y en los distintos ambulatorios a los que he ido. Recuerdo ahora a un chico en una psicoterapia de grupo que padecía hipocondría. Creía que tenía toda clase de enfermedades y siempre se estaba haciendo pruebas de todo. Nunca tenía nada. Un compañero le decía de broma que los hipocondríacos duraban mucho porque siempre se estaban haciendo pruebas. Era una broma, pero también una realidad, pero nada mitigaba su sufrimiento. Yo también era más hipocondríaco hace años. Ahora lo soy, pero menos.
La medicación es muy importante, pero al principio todos los pacientes mentales son reacios porque no reconocen la enfermedad o porque se asustan ante los muchos efectos secundarios. Precisamente se acaba de estrenar una película con ese título del director Steven Soderberg. En un prospecto casi todo son efectos secundarios: náuseas, cansancio, somnolencia, problemas de erección, trastornos de la libido y muchas más cosas. Yo no empecé a tomar una medicación pautada realmente hasta que estuve ingresado. Estaba muy mal y decidí que era el momento de dar el paso para tomar medicación. Tardaron varios meses después de las dos semanas de ingreso en dar con la tecla de la dosis adecuada para mí y con ella sigo y me encuentro mejor, sin ganas de llorar y venciendo más fácilmente las crisis de ansiedad con la ayuda de las pastillas.
 Hay pacientes que abandonan el tratamiento cuando se sienten mejor porque creen que ya están bien. Es lo que ha ocurrido recientemente en la Unidad de Rehabilitación (URSM) del Área Hospitalaria Virgen Macarena. Un paciente, familiar además, creyó que ya estaba bien y abandonó la medicación. Volvieron las voces y las alucinaciones y las voces le decían que se tirara por el puente de la Barqueta. Y así lo hizo. Pero fue rescatado por unas personas que iban en una barca. Se curó  una infección  pulmonar debido a haber tragado agua contaminada del río Guadalquivir y volvió a tomar la medicación y ahora ya está normal y ha vuelto a todas sus actividades. Ha tenido que vivir la experiencia de un intento de suicidio para darse cuenta de que necesita la medicación de por vida. Es lo que decía una enfermera de la Ura: que la medicación para nosotros es como el comer y no la podemos abandonar.
Están muchas instituciones que nos ayudan y alivian nuestros sufrimientos como las Unidades de Día de los Hospitales sevillanos. Ahí he realizado yo diversas actividades como psicoterapia individual o de grupo, expresión corporal, etc… Está la URSM que ya he mencionado a la que acudo cuatro veces por semana y donde hago numerosas cosas: relajación, informática, yoga, psicomotricidad, pintura, andar, tertulia, etc… Me siento bien en la URSM y con el sufrimiento más mitigado. Ahí vi hace unas cuantas semanas a una chica que normalmente está sonriendo pero aquel día lloraba amargamente y le pregunté qué le pasaba y me dijo que se sentía muy desgraciada. Sólo ella podía explicar qué pasaba, pero es que el sufrimiento del enfermo mental es así: repentino, espontáneo, sin motivo, etc…

 Están también las Asociaciones privadas que realizan una labor muy importante de apoyo a los enfermos mentales y a sus familias como Asaenes (enfermos esquizofrénicos sobre todo), Faisén, Futuro, etc… Hay mucha gente detrás ayudando a los enfermos mentales y aliviando los duros síntomas de sus enfermedades. Hay que darles las gracias por su trabajo desinteresado y por toda la labor que realizan de apoyo a los enfermos mentales.
Es necesario tener un proyecto de vida para estar ocupado y saber invertir el tiempo del sufrimiento en algo que lo mitigue. En mi caso es la Literatura. Soy escritor y pronto publicaré mi decimoprimer libro titulado Pasión o espontaneidad, que es un largo poema dividido en 90 partes que hablan sobre las relaciones entre la pasión, el amor y la muerte bajo la influencia de Vicente Aleixandre, Pedro Salinas y Jorge Guillén. Y ya estoy bosquejando el que será para el año 2014 (un libro por año) mi duodécimo libro titulado Rosa de vida, que es un canto al amor y a la existencia. Todos debemos tener responsabilidades, cosas que hacer para que el sufrimiento nos pille lo menos posible. Es fundamental estar ocupado en algo, aparte de las terapias ocupacionales que hagamos en la URSM o en otras Asociaciones.
Quiero recordar aquí el eslogan publicitario de la película Los últimos días, que se ha estrenado hace escasas semanas: Cuando la Tierra se acaba aún queda la esperanza. Es decir, que siempre debemos tener la esperanza como compañera y fiel seguidora de nosotros mismos. En las situaciones más límites. Como decía una médica de cabecera que tuve: cuando estés mal piensa que otras veces has estado peor y es cierto. O recordar lo que me decía una psicóloga, de nombre Margarita: que cuando alguien me pregunte cómo estoy responda que bien para creérmelo yo mismo  y así estar bien de verdad. Pura terapia cognitivo conductual.
Recuerdo ahora un documental que he visto en la 2 de Televisión Española hace unas semanas: Supervivencia. De eso se trata: de sobrevivir. Como decía una compañera de una terapia de grupo en la Unidad de Día del Hospital Virgen Macarena: somos supervivientes y tenemos que seguir siéndolo siempre por encima de todas las circunstancias y por dolorosas que éstas sean.
Recuerdo ahora también el título de una película vista recientemente: Hoy es el primer día del resto de tu vida. Pues eso es lo que tenemos que pensar los enfermos mentales: que cada día es nuevo y cada día tenemos que empezar a vivir, a enfrentarnos con nuestros miedos y toda la sintomatología física y psíquica que padecemos.
Yo os animo a seguir adelante y luchando siempre contra todas las adversidades que se nos presenten. Tenemos que hacer uso de esa fuerza bruta de la naturaleza que es la voluntad y tener más autoestima, más amor propio, temas que ya he ido tratando en diversos artículos por separado. Intentad dentro de lo posible disfrutar de la vida con todos los medios que he relatado en este artículo. Os irán las cosas mejores y saldréis adelante. Salud y suerte.

José Cuadrado Morales

8 comentarios:

unidaddiaerrenteria dijo...

Qué interesante tu artículo, que bien expresas lo que muchas personas con enfermedad mental sentimos, nos hemos visto reflejado en tus palabras, y a la vez animados. Hay que seguir luchando, como dices. Un saludo!!

Anónimo dijo...

Mucho ánimo, espero que esa fuerza que nace de tus palabras la emplees en tu día a día. No te rindas ante la enfermedad
Un inmenso abrazo

Anónimo dijo...

Yo también empecé una enfermedad mental a los 31 años. Y jamás pensé que me iba a tocar a mí por que yo era una persona normal casada y con hijos que me cuidaba. No sabía


que sufrian tanto porque la enfermedad ataca

justamente en eso. Soy una buena persona con pensamientos sanos y nunca retorcizos ni perturbados. Me cuesta hacer más las cosas de casa y salir más que los de más de casa . Lo cognitivo se pierde bastante y la concentración . Con los años me
he puesto bién con medicación y apollo de mi
familia y amigos. He vuelto a ser la misma de antes de la enfermedad y llebo una vida
normal solo que tengo pequeñas recaídas de
cocas horas sobre todo si me tratan mal. Me
afecta en la salud y nos afecta más. También
tengo una inteligencia alta y mis estudios


que tengo antes de la enfermedad me sirven muchísimo. Además había trabajado. Si habría tenido la enfermedad de más joven. No habría podido no por no tener capacidad sino por que la enfermedad me lo impediría. Con los años se estabiliza si te cuidas. Tengo que decir que tienes personas buenas y otras no. Como las personas sin enfermedad. Y de toda clases sociales. Tienen conciencia todos y remondimientos también en período agudo y no son psicópatas. Lo spicópatas no son enfermos mentales. Son personas con una mentalidad perturbada retorcida por que quieren y no tienen remondimiento de conciencia. No hay perfil. sSi estubieran enfermos no podrían trabajar. RRECORDAD QUE LAS PERSONAS ENFERMAS MENTALES son magnificas por su sendibilidad y que esa enfermedad le pueden ppasar a cualquiera no hay que criticarlas porque sufren y es una faena para ellos estar aenfermos como para que les demós de lado. Se hundirían más. En cambio otra persona que se coge un cancer es apoyada por la sociedad a nosotros lo contrario. Somos estigmatizadas. NO HAY QUE CRITICAR A NADIE porque luego te puede pasar a ti.

Anónimo dijo...

Famosos y pintores, escritores lo han tenido antes no había medicación y el samatorio estaba lleno, ahora está casi vacío con la medicación de segunda generación mucha gente está en sus casan integrados. Y otras ambulante. Pero lleban su vida casi normal.

Anónimo dijo...

trabajos serios y garantizados, con la seguridad que no se vera involucrado en absoluto,arreglo de escenas, venganzas, infidelidades, cobro de seguros, todo se hace según sus requerimientos,ademas si lo desea suministramos un veneno efectivo el cual hace que el objetivo duerma profundamente y muera sin dolor. solo contáctenos: escapularioybalas@hotmail.com

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

21.01.2015 | 22:47 pm
Joven denuncia que fue víctima de tocamientos indebidos en clínica
Doctor le habría tocado sus partes íntimas argumentando que su dolor se podía deber a un problema hormonal.
Una estudiante de 20 años denunció al médico Paul Portilla, de la Clínica Providencia, de realizarle tocamientos indebidos cuando llegó a atenderse por un dolor de cabeza.
Según manifiesta, el doctor le tocó sus partes íntimas argumentando que el dolor se podía deber a un problema hormonal.
Según la denuncia de diciembre pasado, el médico jefe del piso donde fue atendida reconoció que Portilla no estaba a cargo del área. En tanto, su abogado señaló que no se ha presentado a las citaciones.
Joven de 20 años denuncia a médico por tocamientos indebidos
Vera Lucía es una joven de 20 años que sufre de migraña. Ella fue hasta la clínica Providencia en San Miguel para iniciar un tratamiento, pero lo que sucedió fue realmente aterrador.
era Lucía es una joven de 20 años que sufre de migraña. Ella fue hasta la clínica Providencia en San Miguel para iniciar un tratamiento, pero lo que sucedió fue realmente aterrador. El Dr. Paul Portilla Condeso, mediante la excusa de “descartar un problema hormonal”, sometió a la joven a tocamientos en sus partes íntimas por más de media hora, según denuncian. El mal momento había pasado, pero todo tornó en una pesadilla, cuando otro médico, que se le acercó para atenderla, le dijo desconocer a Portilla. El médico no ha querido dar la cara a la prensa y se encuentra no habido.
MIÉRCOLES 21 DE ENERO DE 2015
DOCTOR NO ASIGNADO SE APROVECHÓ DE CONDICIÓN DE PACIENTE
UNIVERSITARIA DENUNCIA ABUSO SEXUAL EN CLÍNICA DE SAN MIGUEL
Atenderse por una fastidiosa migraña terminaría marcando su dignidad de por vida. La joven estudiante de Administración, Veralucía Rojas Veramatus (20), denunció haber sido víctima de un abuso sexual. Hecho cometido por Poul Rogger Portilla Condezo (26), presunto doctor de la clínica “La Providencia”, en San Miguel.
Abuso de su condición
Refiere Rojas Veramatus, en denuncia registrada en la comisaría de Maranga, que la tarde del 16 de diciembre acudió a la referida clínica para atenderse de una migraña. “Me llevó al piso 9 argumentando que no contaba con guantes quirúrgicos para revisarme. A solas me subió la bata e introdujo sus dedos en mis partes íntimas por más de cinco minutos. También me sobo los senos. Dijo que mi migraña podría ser causada por un cuadro de infección por transmisión sexual”, refiere la joven.
No era procedimiento profesional
Fue cuando llegó el médico Oscar Alberto Lazarte Rodríguez que Rojas confirmó el abuso. “Le conté la manera en la que fui atendida y condenó el acto. No tenía que ver con un procedimiento ético. Aparte él no era el encargado de dicho piso. Abusó de mí”, comentó indignada.
La defensa legal de Rojas señaló que Portilla se encontraba citado para ayer martes a la Divincri de San Miguel. “No se acercó. Sabe que será denunciado por el delito de actos contra el pudor y tocamientos indebidos”, refirió el doctor Alberto Villanueva Osorio, abogado de la joven.
No videos, no historia clínica
La clínica habría negado la existencia de videos de seguridad dentro de sus instalaciones, asimismo recalcado no tener una historia clínica de Rojas Veramatus. No pudiéndose comprobar la existencia de la agresión sexual. Esta es una versión dada por familiares de la agraviada.

LILIAN dijo...

CUÁNTA VERDAD EN TU COMENTARIO!!! YO LA ESTOY PASANDO MUY MAL Y ENCIMA ME CRITICAN,PARA LOS QUE HABLAN DE MI IGNORANTES TOTALES SOY VAGA , ASI ME CALIFICAN PORQUE NO PUEDO HACER LO QUE HACÍA ANTES DE CAER EN ESTO TAN TERRIBLE, CARIÑOS