
viernes, 6 de abril de 2018
A LOS PSIQUIATRAS TAMBIÉN LES GUSTANLOS CHICHOS
Sexta entrega de las historias de vida de Isaias y Benjamín.
Al Dr. Del Pino le gustaban las canciones de los Chichos, él me acompañaba muchas veces cantando canciones y sevillanas. Un día me llamaron para
pasar el tribunal médico, me vieron el estado físico y mental que tenía y me
dieron la invalidez permanente absoluta por ley. Aquello me afectó mucho y entonces fue cuando me puse a llorar porque yo
no pensaba que estaba tan mal, mi padre me consolaba diciéndome que otras cosas
eran peores. Me hablaron de una fundación en la que había pisos tutelados para los
enfermos mentales, cuyo nombre es F.A.I.S.E.M. Estuve viviendo un tiempo de
alquiler en Bormujos, ya que nadie me quería, excepto mis padres y mis hijos, y
ellos no me podían ayudar. Solicité el ingreso por la asistenta social Carmen de
Camas en la fundación y al cabo de un tiempo hace mas de 12 años me concedieron
un piso tutelado. Allí conocí a otros enfermos como yo que se llamaban Ben y Joaquín, en paz descanse este tal Joaquín. Era del Sevilla, era un
fanático del fútbol y hacia diabluras en los pisos de los vecinos como llamar a
los pisos y quitarse del medio a altas horas de la madruga y cuando los vecinos
venían en busca de él le echaba las culpas a Isaias cuando él no
era responsable. En esa época establecí amistad con Ben que era el que se
encargaba de la cocina, el monitor que hacia de comer vio el cielo abierto cuando
lo conoció. Vivíamos en un piso enfrente del hospital Macarena y yo tenía
una enfermedad, hernia de hiato y ácidos en el estómago, pesaba entonces 50 kg vomitaba todo lo que comía cada dia estaba peor. Mi suerte fue de
conocer a Ben que me cocinaba purés de verduras de patatas, que me sentaba
algo mejor que las comidas y iba tirando hasta que me hicieron pruebas de
todas clases en la cruz roja y me dijeron que me tenia que operar. La operación
fue un éxito, desde entonces como de todo y no vomito nada, y he engordado como
una albóndiga, ahora peso 74 kg. El psiquiatra viéndome algo mejor, me retiró algunas pastillas, después me
cambié de piso con Ben, nos fuimos a Castilleja de la Cuesta.. .

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