martes, 5 de diciembre de 2017

BERIZZO (segunda parte)

Me parece mentira, pero he sobrevivido a otro fin de semana. El lunes, el nuevo lunes, ha venido a rescatarme y a procurarme un poco de paz y tranquilidad, lejos de la ansiedad vivida, sobre todo ayer domingo, cuando me golpeó bastante y estuve casi todo el tiempo sentado en mi ya famoso sillón azul. Pero de todo se sale, como diría el antiguo.
He tenido ocasión de reflexionar este domingo de sillón sobre Berizzo, el todavía entrenador del Sevilla. Reflexioné aún más mientras escuchaba la retransmisión del partido en Villarreal, donde el Sevilla venció 2-3, con goles de Lenglet, Mudo Vazquez y Banega de penalti.
Vaya por delante que sigo pensando que Berizzo no es entrenador para el Sevilla F.C.. No tiene la categoría suficiente como para entrenarlo, cosa que ya quedó clara en mi primer artículo titulado simplemente Berizzo.
La confesión de su cáncer de próstata no ha cambiado mi actitud hacia él, mi opinión, no ha pasado por así decirlo de demonio a ángel. Sigo pensando lo mismo de él, aunque en los dos últimos partidos el Sevilla ha sacado la casta y el coraje de la canción frente al Liverpool y al Villarreal. Dos remontadas con garra, la garra que siempre ha caracterizado al Sevilla y que afortunadamente no ha perdido. Pero esa garra tiene que sacarla siempre, no a cuentagotas, esporádicamente. Estaría más arriba en la tabla si hubiera sacado esa garra en muchos partidos que los ha perdido por abulia, por dejadez.

Berizzo confesó al Presidente del Sevilla que padecía cáncer de próstata una semana antes del partido decisivo contra el Leganés. No se lo comunicó a los jugadores hasta dos días antes del partido contra el Liverpool. Puede que eso ocasionara la reacción del equipo en la segunda mitad remontando tres goles. Los jugadores ya sabían del cáncer de su entrenador.
No ha sido hasta el fin de semana pasado cuando ha dado una rueda de prensa oficial Berizzo para comunicar lo de su cáncer y ha declarado que no quiere convertirse en centro de la noticia y que por encima de todo no quiere victimizarse. Esto último me ha gustado mucho porque ya escribí hace bastante tiempo un artículo titulado Victimismo donde dejaba clara mi postura opuesta a esta actitud manipuladora.
Berizzo no quiere hacerse la víctima. Sabe que como él hay miles de personas en España que padecen lo mismo que él y él está en una situación privilegiada porque tiene a su servicio a los médicos del Sevilla F.C., a sus propios médicos y al equipo médico del F.C. Barcelona que se ha ofrecido para todo al Sevilla y a Berizzo. Berizzo es un enfermo, pero es también un  privilegiado.
Se había hablado en un principio que Berizzo estaría en la dirección de la plantilla sevillista hasta el 6 de diciembre, día del último partido de la fase de grupo de la Liga de Campeones. Después se retiraría para hacer el tratamiento y aprovechar el parón navideño para ponerse a punto.

Pero los acontecimientos se han precicipitado y parece que su enfermedad reviste más gravedad y al parecer ayer domingo (escribo hoy lunes 27 de noviembre) dirigió al Sevilla por última vez antes de empezar a someterse al tratamiento de su cáncer. Así que hoy, oficialmente, Berizzo pasa a ser paciente y como entrenador ejercerá el segundo entrenador del Sevilla. No podía esperar más tiempo su enfermedad.
Lo vi en la rueda de prensa muy tranquilo, como en todas las ruedas de prensa. Frío, seco, calculador, seguro de sí mismo, con sus ideas claras. Otra cosa es que tenga las ideas claras sobre el equipo, pero ése no es el tema de hoy.
La enfermedad lo ha convertido en más humano de cara al público y éste lo ha visto de forma diferente. Ayer en Villarreal el Sevilla sacó de nuevo la casta y el coraje en la segunda mitad, supongo que para darle una alegría a su entrenador para su recuperación (que espero sea un éxito). Los dos equipos saltaron al campo con camisetas alusivas al tema de Berizzo para darle ánimo y todo el fútbol en general se ha volcado con él. Por eso digo que, dentro de la desgracia, es un privilegiado.
Un privilegiado, pero no una víctima. Seguirá al Sevilla ahora en la sombra, por las informaciones que le dé su segundo entrenador, por los partidos que vea en la tele, por lo que lea en los periódicos. Pero ahora tiene que centrarse en la enfermedad. Puede que todo ello le ayude a reflexionar sobre todo lo que lleva hecho en el Sevilla hasta ahora y los posibles errores que haya cometido.

En cada sesión de quimioterapia o de lo que le apliquen recuperará un trozo de vida. Porque ahora se trata de recuperar al hombre, a la persona enferma, al que ha sido objeto de innumerables críticas en las últimas semanas, también por parte de mí. Críticas merecidas porque el equipo estaba mal y sigue teniendo carencias importantes más por problemas de Dirección Deportiva que del propio entrenador. Pero el que da la cara siempre es el entrenador y el que recibe los palos sobre todo es él.
No sé cómo será Berizzo como hombre, pero sin duda afronta la enfermedad con gran entereza, con un espíritu de lucha envidiable y con un optimismo a prueba de bomba.
No me gusta Berizzo como entrenador para el Sevilla, pero sí me ha causado una grata impresión su actitud como persona para afrontar una de las enfermedades más terribles que existen. Esto no me va a llevar a decir que la actitud errática del equipo fue un espejismo. No. Hay que ser objetivo: Berizzo es un entrenador mediano que se ha puesto enfermo, pero ha demostrado ser un hombrer cabal para no dejarse arrastrar por la enfermedad. El hecho de entrenar al equipo ante el Leganés, el Liverpool y el Villarreal habla muy bien de él como persona, como hombre. Un luchador, como lo fue como futbolista por ejemplo en el Celta de Vigo y como entrenador también en este equipo donde hizo temporadas muy buenas.

Ahora tiene a su disposición un montón de médicos y el apoyo de toda la afición de España para que no se le venga abajo la moral y esté arropado por muchísimas personas anónimas que arrinconarán sus carencias como entrenador y se centrarán en su labor como enfermo, una dura palabra, pero es como hay que ver ahora mismo a Berizzo. Un enfermo más, pero no cualquier enfermo.
Berizzo es un privilegiado del fútbol y por ello un privilegiado de la vida. No me causa ninguna pena, aunque siento su cáncer como podría sentir el de cualquier otra persona. Pero Berizzo tiene la suerte de contar con grandes apoyos y va a salir adelante. Estoy seguro. El Presidente del Sevilla ha expresado el absoluto apoyo del club al entrenador en estos duros momentos y toda la plantilla está con él. Yo desde aquí expreso mi apoyo al hombre que está enfermo, al que no quiere hacerse la víctima, cosa que agradezco. No me gusta en absoluto el victimismo. Bastante chantaje emocional he tenido que soportar en mi vida. Por eso me ha gustado tanto que Berizzo diga que no quiere victimizarse.
Sólo por eso me cae bien humanamente Berizzo. Que la suerte le acompañe y se recupere pronto. Y madure como persona y como entrenador por el bien del Sevilla F.C..
Nunca mejor dicho: salud y suerte.


José Cuadrado Morales

1 comentario:

CRPS SANTANDER dijo...

Desde aquí sentimos mucho la enfermedad del entrenador del Sevilla Berizzo y esperamos su pronta recuperación para que vuelva a ejercer su puesto de trabajo y dé muchos éxitos en el mundo del fútbol a esa afición. FELICES FIESTAS. Un saludo y hasta 2018.