Les hice pasar el rato mas malo de sus vidas entonces volvieron otra vez las voces a la cabeza y yo lo mismo que cantaba que reía, que daba gritos a la guardia civil insultándolos, blasfemando a la "VIRGENDELROCIO" en fin a todo lo que se “meneaba”. Diego hasta perdió los estribos al verme a mi a los niños y las dos mujeres llorando yo no lloraba yo chillaba, me pegaba yo solo. Cuando llegamos a la cuesta de las Doblas, Diego le echo cojones y me dijo - “o te callas o te vas andando hasta Bormujos” oye y me tranquilice. Pero que va, me tranquilicé, el tiempo justo de llegar a mi casa, recuerdo que me duche y me puse un pantalón sin camisa y viaje a la cocina y allí me senté un rato hasta que empecer a oír otra vez las voces.
lunes, 4 de abril de 2016
PREPARA EL CARRO CLAVIJO, QUE NOS VAMOS AL ROCIO (2ª PARTE)
Hoy os presentamos la segunda parte del artículo " PREPARA EL CARRO CLAVIJO, QUE NOS VAMOS AL ROCÍO " de nuestro amigo Isaías, si queréis recordar la primera parte, aquí tenéis el enlace: http://ura-sevilla.blogspot.com.es/2016/01/os-presentamos-el-blog-de-isaias-chias.html
Cuando llegaron a convencerme de ir al camión, mi mujer me
lo noto le dijo a unos de mis compañeros -“mi marido viene malo”. Ya empezó
mi cabeza a ir mal, y a empecé a delirar y a escuchar voces muy fuertes
que me insultaban, los cánticos a la Virgen se transformaron en insultos. Veía
sangre por todos lados entonces, “me volví loco", vinieron médicos de
la cruz roja y psicólogos y concretaron en sacarme de
allí lo antes posible. Hablaron con mis compañeros y mi mujer les dijeron
que eran las cinco de la mañana y no cabía un alma en el "ROCIO",
luego hablaron los psicólogos conmigo y me calmaron un poco a base de medicinas y charlas.
Y así me puse mejor y pasé el resto de la
noche y parte de la mañana hasta que empezaron a desmontar “el tinglao” ligeros
para llegar al pueblo y descansar, el que pudo, porque a mi me toco con mi
familia para ir mas rápido en una furgoneta de mi amigo Diego y
Carmen.
Les hice pasar el rato mas malo de sus vidas entonces volvieron otra vez las voces a la cabeza y yo lo mismo que cantaba que reía, que daba gritos a la guardia civil insultándolos, blasfemando a la "VIRGENDELROCIO" en fin a todo lo que se “meneaba”. Diego hasta perdió los estribos al verme a mi a los niños y las dos mujeres llorando yo no lloraba yo chillaba, me pegaba yo solo. Cuando llegamos a la cuesta de las Doblas, Diego le echo cojones y me dijo - “o te callas o te vas andando hasta Bormujos” oye y me tranquilice. Pero que va, me tranquilicé, el tiempo justo de llegar a mi casa, recuerdo que me duche y me puse un pantalón sin camisa y viaje a la cocina y allí me senté un rato hasta que empecer a oír otra vez las voces.
Les hice pasar el rato mas malo de sus vidas entonces volvieron otra vez las voces a la cabeza y yo lo mismo que cantaba que reía, que daba gritos a la guardia civil insultándolos, blasfemando a la "VIRGENDELROCIO" en fin a todo lo que se “meneaba”. Diego hasta perdió los estribos al verme a mi a los niños y las dos mujeres llorando yo no lloraba yo chillaba, me pegaba yo solo. Cuando llegamos a la cuesta de las Doblas, Diego le echo cojones y me dijo - “o te callas o te vas andando hasta Bormujos” oye y me tranquilice. Pero que va, me tranquilicé, el tiempo justo de llegar a mi casa, recuerdo que me duche y me puse un pantalón sin camisa y viaje a la cocina y allí me senté un rato hasta que empecer a oír otra vez las voces.
Eran igual de negativas, total que empecé a
subirme por el sofá, con los ojos desencajados, mi mujer se asusto mucho se fue
a casa de una vecina y llamaron al medico, me acuerdo de él mucho porque cuando
llegó a mi casa me miró a los ojos y dije “pa mi” – “oju este tiene mas
miedo que yo”, puso el maletín en el
suelo lo abrió y le da al buen hombre por sacar una jeringa. Yo le dije – “a mi
no”, Él respondió – “si hombre, si esto no es nada”. Yo le cogí las vueltas y sin que se lo
esperara, le pegue una pata al
maletín que vino a empotrarse en el mueble bar que yo tenia en el salón. Fermín, el médico, tenía mala cara, pero mas mala se me puso a mi
cuando fue a recoger el maletín, que estaba empotrado, y le dijo a mi mujer a
este hay que llevárselo a psiquiatría.
Isaias.
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