miércoles, 15 de julio de 2015

RELATO CORTO; "DETRÁS DE CADA COPA" ( parte final ).

La entrevista de ingreso continúo. Es frecuente, le dijo Mª José, que se consumieran otro tipo de drogas conjuntamente con el alcohol, y entonces surgió la pregunta. ¿Has consumido algún otro tipo de sustancias mientras bebías? Luís tubo que confesar que más de una noche, mientras sus compañías bebían y el alternaba en los bares, había visto la cocaína. En un momento determinado, más de los usuales, la había consumido con la intención de continuar bebiendo. No había consumido grandes cantidades pero si lo suficiente para mantenerse despierto y poder continuar con su recorrido alcohólico. No vamos ha hablar de cantidades, pero si es muy frecuente que la cocaína se consuma con el alcohol como sustancia que hace que hace que nos mantengamos despejados y podamos seguir ingiriendo grandes cantidades de alcohol e dijo Mª José. Pero aquí, en lo que vamos a centrarnos es en tu consumo alcohólico, que pienso, y llevo trabajando muchos años en esto y he visto muchos casos, que el problema es el alcohol y su ingesta. ¿Por qué vienes solo?
Esta pregunta removió todos los instintos y sentimientos de Luís. ¿Por qué vienes solo? Le retumbó en la cabeza con la fuerza de un martillo. Mi familia me ha dado cientos de oportunidades para que dejara de beber y mis promesas de abandonarlo han caído siempre en saco roto. Por último decidieron dejarme vivir solo en el piso y todos se marcharon. Mi mujer y mis hijas no podían soportar más el ritmo de vida que llevaba. Para mi lo primero era el beber y ellas se ponían delante de la puerta, llorando y rogándome que no saliera a la calle, que no me fuera al bar. Yo, a pesar de lo mucho que me conmovía, decidía ir a beber. No me importa que llorase o que me suplicaran que dejara el alcohol.
En esta postura, lo que ellas decidieron fue dejarme solo en el piso y marcharse. No tener que aguantar el proceso destructivo por el que estaba pasando, y aun así, no cambié. Quería seguir bebiendo porque pensaba que los problemas iban en aumento y que el alcohol me ayudaba a sobrellevarlos. Un vecino mío, llamado Vicente, me subía a casa hace días para que comiera algo. No podía seguir este ritmo y vivir solo. Por lo que decidí dejar el piso y marcharme a la calle.
Mª José le explicó que para hacer el programa de recuperación necesitaba al menos un familiar. ¿Tienes a alguien en quien te puedas apoyar para seguir tu trayectoria de cerca y conjuntamente? Luís pensó. El daño que había hecho a los suyos era tremendo. Pensó en pedirle ayuda a su mujer, pero se deshizo de esa idea nada más tenerla. Ella le había soportado lo suficiente como para pedirle ahora que le ayudase en un proceso  de recuperación que podría durar mesas. No, a ella la descartaba. Pensó también en sus hijos. Con ellos sucedía algo parecido que con su esposa. La enfermedad tuvo la maldita virtud de destrozar todos los lazos afectivos que sus hijos sentían por él. Intentar que ahora lo apoyasen era una locura. Elena no le dirigía la palabra. Era imposible rogarle que tuviera compasión de él  porque las promesas anteriores que le hizo cuando decía que lo que quería era dejar el alcohol fueron promesas rotas. Esta vez, aunque sus intenciones fueran ciertas ella lo entendería como una letra más de sus embustes etílicos. No, no podía contar con ella. Se puso a pensar en más gente pero se dio cuenta de que estaba solo. ¿A quién pedirle que le ayudase?¿a quién acudir con un problema de esta envergadura?
No, no tengo a nadie. Tendría que hacer el programa solo  y si no se puede este no es el lugar al que tengo que acudir para pedir ayuda. No vayas tan rápido, le contestó Mª José con una sonrisa suspicaz. 
Esto es un centro de desintoxicación. Cierto que hay casos en los que las familias no están excesivamente desestructurada y podemos contar con ella para el camino hacia una nueva vida. Porque aquí  lo que se busca es que no tengas una nueva forma de vivir en la que el alcohol sea tan secundario y tan innecesario como para que no se te ocurra tomar una copa. Para los casos que las familias están destrozadas, tenemos una casa de acogida que gobiernas unas Hermanitas de la Caridad, se  te podría solicitar una plaza, lo que sucede es que hay lista de espera y no es tan sencillo entrar en ella. Se valoran muchos factores, entre ellos el desarraigo, como es tu caso.  Vamos a valorar tu situación entre un equipo de personas que nos dedicamos a  este tipo de cosas, todos ellos profesionales de la recuperación ,vamos a hablarlo con las Monjas a ver que les parece tu solicitud y si todo es favorable podrás ingresar. Tendrás que pasarte mañana. ¿Sería para ti un sacrificio muy grande el venir mañana en la actitud que has venido hoy?  Luís  se quedó dubitativo.¿Como? Sobrio. Sin consumir nada desde ahora. Aunque parezca una tontería yo no tengo ganas de dialogar con un borracho si puede ingresar en una casa de acogida, porque sería un dialogo en el que los dos, tu y yo , perdiésemos el tiempo. Intenta no beber nada desde ahora. Mira, son las una menos cinco. 
En el patio hay muchos voluntarios y personas que están haciendo el programa  y que llevan con nosotros unos meses, Puedes quedarte hasta las tres y charlar con ellos. A esa hora cerramos . Tan sólo tendrías que aguantar la tarde sin beber.¿Tienes dinero? Si  es así, dámelo, y tomate el tiempo para reflexionar. Yo te lo guardaré. En ese momento Luís tuvo una duda que le acompañaría toda la tarde pero era la pegunta que necesariamente se tenía que hacer.¿Quiero dejar de beber y cambiar de vida?. Él le dio  los dos o tres euros con los que pensaba tomarse algunos litros por la tarde. Salió del despacho y  quedó citado para el día siguiente.

Pedro.

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