Mi padre hacía visitas a “villas miseria” ó barrios de chabolas que abundaban en Buenos Aires y sus alrededores, por aquel entonces, en grupos organizados por gentes de izquierda.
Mi madre trabajaba de auxiliar de enfermería en clínicas privadas. Un buen día nos asomamos al balcón y vimos desfilar soldados con metralletas en mano y tanques militares; entonces nos dimos cuenta de que ya no había vuelta atrás, los militares habían tomado el poder y las calles por la fuerza. Nosotros nos relacionábamos por aquel entonces con gente comprometida en actividades sociales y sindicales de ideales progresistas. Entonces fue cuando mis padres decidieron emigrar a España, mi padre tenía contactos; colegas médicos, que podían ofrecerle trabajo. Entonces sin dudarlo emigró a España. Después de algún tiempecito mi padre pagó los billetes de avión para que mi madre, mi hermano y yo pudiéramos viajar a España. El caso es que todos los amigos allegados a mi padre también viajaron a España. Aquí en España ya se había instaurado la democracia y no tuvimos problemas para acostumbrarnos ya que el idioma es el mismo, con algunas variaciones, pero el mismo idioma y la democracia ya se había consolidado.
Cecilia Menassa
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