Ahora que apenas hay turistas en Sevilla, es una buena excusa para visitar uno de los edificios mas bellos de Sevilla “ El Museo de Bellas Artes de Sevilla”. Para ello compartí mis visitas con un buen amigo, José María Galera, compañero y amigo de la URA. Dividimos la visita en tres días para verlo con tranquilidad, y la verdad es que de esa manera no te saturas con un exceso de información. Además cuando nos cansábamos nos íbamos al claustro mayor a descansar y era un placer.
El primer día visitamos la planta baja, el segundo la planta alta hasta el siglo XIX y XX. El tercer día desde el romanticismo hasta el siglo pasado
Este singular edificio fue un convento en sus comienzos, después de la desamortización de Mendizábal, hacia 1841 que se hizo museo, es un placer ver pintura en su iglesia central y en otros espacios como los claustros, la escalera principal, la ornamentación de cerámica Sevillana de la época, parte original y parte de otros espacios de la ciudad, distribuida por varias zonas comunes, una autentica maravilla.
Pila bautismal de San Lázaro |
A
continuación voy a desarrollar mis impresiones sobre las obras que
más me han impactado a lo largo de estas tres visitas, ya sea por lo
singular de la obra o como por otras características:
Entrando en la primera sala, la medieval, lo que más me impactó fue “La Pila Bautismal de La antigua Iglesia de San Lázaro”. Es una obra de tres piezas de cerámica mudéjar en su mayoría que te transporta a lo que sería los artesanos ceramistas de la época. La pieza inferior es un pedestal con letra gótica en la que pone la naturaleza de la obra, fecha y autor, en cerámica blanca con letras verdes insinuando una adaptación al resto de la obra.
Mas adelante, en otra sala, hay una escultura exquisitahecha en barro modelado y policromado, “San Jerónimo penitente” de Pietro Torrigiano, en el que se puede ver la figura de un anciano y todo lo que la vejez puede significar en un cuerpo delgado y un poco desnutrido. La cabeza está muy bien trabajada con un rostro muy impactante que reza mirando al infinito. Para mí es como si esta imagen abriera la puerta a lo que mas tarde sería la Escuela Sevillana de Imaginería con artistas tan significativo como Martínez Montañés o Juan de Mesa. No me canso de mirarlo, este anciano santo proviene del antiguo Monasterio de San Jerónimo de Sevilla
La Virgen de las Cuevas |
Pasamos a otro cuadro de Zurbaran que me gustó fue “Jesús Crucificado y Expirante” 1630-40 A pesar de su mala dristribucion, parece que le falta cruz en la parte superior.Lo que mas me gusta de este cuadro es el tratamiento de la luz y los ropaje. El rostrode Jesús transmite agonía y piedad a la vez. No es el único crucificado que tiene este autor en este museo
No vamos a descubrir ahora sobre la obra magnifica de Murillo pero vamos a detenernos en una “Dolorosa” un poco atípica del artista. Es una virgen sin fondo celestial, ni angelotes alrededor. Algunos expertos la ubican en una obra mas castellana de lo normal en Murillo. A mi me encanta el estudio de luz y armonia de colores de este cuadro. El rostro y la posición del cuerpo transmiten sensaciones diferentes que el resto de obras que conozco de este autor.
En la misma planta alta me impactó un cuadro de José de Rivera, “Santiago el Mayor o Peregrino” Es una obra que no te cansas de mirar. Pieza puramente barroca en la que el rostro transmite mucho junto con la armonía de la luz, los ropajes, las manos y el libro. Una autentica maravilla.
Dolorosa |
Santiago el Peregrino |
nas obras mas contemporáneas del siglo XIX y XX. Vamos a empezar por un lienzo de grandes dimensiones de Gustavo Bacarisas “Sevilla en Fiestas” 1915. Con esta obra cambiamos radicalmente de cánones y tratamientos pictóricos vistos hasta ahora. Ya no solo se pintan motivos religiosos, sino que el arte a pasado a otras manos como personajes ilustres, liberales, mecenas, burgueses….etc. Que apuestan por el arte influenciado por corrientes culturales de la época, y todo esto se transmite en las obras de estos artistas.
También hay que destacarla aparición de la fotografía, que lleva al hiperrealismo. El artista no podía competir con esto y surgieron estilos nuevos y rompedores que cautivaron a algunas clases sociales que se lo podían permitir
Otro cuadro que me llamo la atención ha sido “El Monaguillo” realizado en 1920, trata la picardía y sencillez de un chaval vestido con el hábito que le da su nombre al cuadro.
Se aprecia una pincelada suelta y una armonía de colores en el ropaje, también me recuerda a la iconografía procesional sevillana de la semana santa y me evoca a la espera de antes de salir una cofradía a la calle.
Otra obra interesante es “Triana” de Sánchez Terrier, es una representación de lo que es ahora el paso de la O en el siglo XIX con la trasera de las casas que darían a la calle Castilla. En esta época no se cuidaba tanto la estética y se vivía de espaldas al rió, en el que se puede apreciar … ropa tendida, embarcaderos, etc. Y al fondo el puente de Triana. El tratamiento pictórico es mas bien académico, recordando época anteriores. Aunque in dejar atrás el movimiento romántico de representar un margen del rió diferente que le da su encanto.
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