lunes, 11 de marzo de 2019
TRUCO O TRATO
¿Cómo debemos cuidar nuestras necesidades?.
Hay que responder a la pregunta: ¿Qué necesitamos realmente?. A lo largo de
nuestra vida, desde que somos más inmaduros hasta que somos más maduros
nuestras necesidades psicológicas e incluso algunas físicas cambian y es bueno
que cambien.
¿Necesito que me traten bien en todo
momento?. La respuesta madura y racional a esta pregunta es no, lo que no
quiere decir que siempre nos tengan que tratar mal, pero debemos estar
preparados para que no nos afecte el que no nos traten bien. Yo recuerdo cuando
era más joven como tenía necesidad moral de que me respetasen, era todo un
profesor interino, y no toleraba “insultos” verbales y modales fuera del
trabajo, estando por ejemplo en bares y por parte de los empleados de estos
establecimientos. No me trataban muy bien en muchas ocasiones y me dolía ( en
otras ocasiones y otros lugares me trataban a cuerpo de rey), el espíritu
sufría inclemencias grandísimas con los desplantes de estas personas y puede
que parte de la enfermedad mental que tengo se deba no a ello sino a no haber
sido lo suficientemente fuerte emocionalmente en su momento. Pero me he dado
cuenta con el tiempo de que no sólo es en el sector servicios, aquí fue donde
empezó, sino que estos “insultos” se dan en todos los sectores de la vida, del
entorno social en que se vive.
Lo mismo ocurre con Lipasam(limpieza) que con
Tusam(transportes) y otros sectores. Hay que aprender a SER FUERTE
EMOCIONALMENTE, a controlar las emociones y no a que ellas te controlen a ti.
Hay que decirse: PUEDO SEGUIR ADELANTE SI EL TRATO NO ES BUENO. Esta idea me la transmitió un libro de Felipe González que leí hace ya unos años. No sólo hay que ser emocionalmente inteligentes, como dice en uno de sus libros que también he leido Eduard Punset, sino también fuertes.
Esto es algo
que se gana con los años y con la experiencia, al menos en mi caso, pero no
debería haber hecho falta ésta y éstos
sino una educación que tuviera en cuenta esto de lo que hablo. En mi familia el
buen trato y el respeto eran la piedra angular de la educación familiar y en
realidad no se necesitaba que lo fuera tanto, al menos eso creo yo, puede que
no pensaran igual mis familiares. Igual ocurría en mi juventud en el Instituto
y en todos los establecimientos a los que iba.( Una moral antivictoriana o antidecimonónica quizá fuera de tiempo y lugar me digo ahora.¿ El amor por mis
padres quizás haya sido tan grande por este buen trato?. Nunca lo sabré. Lo que
se es que los quería muchísimo. Y creo que los hubiera querido del mismo modo
de todas formas) No necesitar tanto es bueno.
Jesús
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