jueves, 22 de octubre de 2015
MI VIDA LABORAL
Mi vida laboral, tal y como
yo la considero, empieza a los trece años cuando me dedico, además de estudiar la Enseñanza General
Básica, a dar clases de dibujo a un compañero de clase llamado Pedro. Recuerdo
que estuve bastante tiempo dándole clases y me pagaban con juguetes, cosa que
no me gustaba porque yo prefería dinero para ser más independiente respecto a
mis padres. Siempre he buscado la independencia y ése era uno de los motivos
que me llevaban a dar estas primeras clases en mi vida.
Cuando llegué a la Enseñanza Secundaria
me dediqué bastante a dar clases particulares a diversos compañeros y ya
cobraba dinero. A veces daba clases colectivas gratuitas a mis compañeros,
preferentemente de latín y de inglés en la propia aula donde los profesores nos
daban las clases a nosotros. Fueron años muy bonitos en los que me perfeccioné
bastante en el difícil arte de dar clases particulares. Hay que saber
compenetrarse con el alumno, conocer bien sus defectos y virtudes. Y ya cobraba
dinero, lo cual me ayudaba para comprar los libros y todo el material escolar y
ayudaba a la economía familiar, lo cual me hacía sentirme orgulloso y útil para
mi familia.
Cuando llegó la Universidad disponía
de poco tiempo para dar clases particulares porque estudiaba dos carreras:
Periodismo en la Facultad
de Ciencias de la
Información de la Universidad
Complutense de Madrid y Filología Hispánica en la Universidad de
Sevilla. Para ayudarme con los gastos de matrícula, libros y demás asuntos
escogí a un solo alumno que vivía en el Pasaje de los Azahares. Recuerdo que le
daba clase en la tienda que tenían sus padres entre encajes y otros productos
artesanales. Era un buen alumno. Le faltaba constancia. Hubiera podido sacar
mucho más de él si hubiera tenido más disposición para el trabajo y así
entregarse más al estudio. Ya cobraba más por las clases y eso me ayudaba para
todo lo que suponía estudiar dos carreras universitarias.
Pero abandoné las dos
carreras porque caí malo de los nervios. Ya tuve un conato de abandono del
Bachillerato en el Instituto San Isidoro, pero entre mi madre y el Jefe de
Estudios consiguieron que no lo abandonara y saqué muy buenas notas. Pero ya
con veinte años podía tomar mis propias decisiones. Antes de abandonar los
estudios trabajé como periodista en prácticas en El Correo de Andalucía, Nueva Andalucía, Radio Andalucía, Radio
Manantial y otros medios. Ya me pagaban y se puede decir que fue mi primer
sueldo. Recuerdo que me pagaban sobre 35000 pesetas en El Correo de Andalucía.
Me sentía muy feliz hasta que la enfermedad se apoderó de mí. Mi especialidad
era el periodismo deportivo. Más adelante hice diversas colaboraciones
independientes por las que me pagaban una buena cantidad de dinero.
Uno de los medios para los
que trabajé fue un periódico de Barcelona llamado Nas de Barraca Sant Boi. Me
pagaban 12000 pesetas por artículo. Era mucho dinero para la época y eso me
llenaba de felicidad. Ayudaba a mi familia y me hacía sentir útil porque ya la
enfermedad se había apoderado considerablemente de mí, pero yo no dejaba que me
destruyera del todo. Nunca lo he permitido.
Cuando dejé la Universidad me dediqué
dos años enteros a escribir, que era mi gran pasión. Escribí poesía, narrativa,
chistes, pensamientos y un largo etcétera de géneros. Fue un gran entrenamiento
y me ayudó considerablemente a luchar contra la enfermedad.
Entonces resulta que mi padre
se quedó parado y ya tuve que ponerme las pilas para ayudar de nuevo en casa y
no dedicarme exclusivamente a escribir. Me puse a vender seguros y otros
productos financieros por las casas. No se me daba mal porque tenía facilidad
de palabra y unas facultades para la comunicación y la comprensión excelentes.
Así estuve una época hasta
que mi padre y yo alquilamos un local e instalamos un bar. Corría el año 1984.
Recuerdo que fue mi trabajo más agradable, a pesar de los muchos problemas que
tuve de adaptación, los enfrentamientos con los clientes ebrios y numerosos
problemas que fueron surgiendo durante los dos años que me dediqué al mundo de
la restauración. Yo escribía por las mañanas y trabajaba en el bar por las
tardes, excepto los domingos, que trabajaba por las mañanas y tenía las tardes
libres. También tenía libres los lunes enteros, que descansaba también de
escribir. Mi padre me pagaba el veinte por ciento de lo que se recaudaba bruto
cada día, con lo cual fui ahorrando bastante porque gastaba muy poco porque yo
prefería dedicarme a escribir.
Cuando estaba en el bar, en
el año 1986, me llegó una carta del INEM para que participara como auxiliar
administrativo en unas Elecciones. Sería la primera vez que cotizaba a la Seguridad Social.
No desaproveché la oportunidad y tuve que dejar el bar. 1986 fue un año
estupendo para mí: trabajaba en lo de las Elecciones, escribía mis libros,
conocí a buenos amigos en el Instituto Nacional de Estadística y además
encontré a una de las mujeres de mi vida, con la que me iría a vivir en 1987.
Pasé momentos maravillosos con los buenos amigos que hice en el INE. Nunca lo
olvidaré.
Me llamarían una segunda vez
para otras Elecciones. Coticé más a la Seguridad Social.
Estando con el tema de las Elecciones me llegó una carta del INEM diciendo que
necesitaban en la
Consejería de Economía y Hacienda 5 auxiliares
administrativos. Había 500 aspirantes. Era difícil pero pasé la prueba. Era
simplemente escribir a máquina y yo estaba más que acostumbrado a escribir con
mi máquina mis libros y saqué una puntuación muy alta. Quedé en quinto lugar,
así que por los pelos entré a trabajar en la Consejería de Economía
y Hacienda de la Junta
de Andalucía.
Eso fue el 23 de julio de
1986. Ya volví a cotizar a la Seguridad
Social. Fue el principio de mi Invalidez Permanente Total que
tengo concedida en la actualidad. Cobro, pues, una pensión contributiva.
Mi padre dejaría el bar y se
jubiló. Yo obtuve en 1987 el Premio de poesía Noches del Baratillo y en 1988 el
Premio de poesía de la Comisión Ciudadana
Pro Exposición Universal de 1992 y V Centenario del Descubrimiento de América.
Entré en el mundo de la poesía. Empecé a dar recitales, a participar en
conferencias, mesas redondas, debates, homenajes, etc… Una febril actividad
literaria. Fundaría mi propia Tertulia Literaria de nombre Alba de Mares.
Dejé de vivir con la mujer
con la que estaba en la calle Lisboa, pero no volví con mis padres, sino que me
mudé a un piso más económico de la
Barriada de la Barzola.
Con esta mujer trabajaba en la Junta de Andalucía y daba
clases particulares para ayudar todavía más a la economía familiar. Me dejó
según ella porque era demasiado cariñoso. Nunca acabé de entenderlo del todo.
En 1988 conocí a la que sería
mi esposa, la mujer de mi vida. Me casé con ella en 1989. Gozaba entonces mucho
de la vida porque era muy feliz con ella, con la Tertulia Literaria ,
con el trabajo, con mis libros, etc… Fue una época muy creativa y muy dura en
el aspecto laboral. No paraba. Apenas dormía. Recuerdo que todos los días me
acostaba a las 2 de la mañana y me levantaba a las 7 para ir a la Junta de Andalucía a
trabajar. Era feliz con mi trabajo de funcionario. Básicamente tenía que
escribir a máquina, que era algo que me apasionaba.
Entonces estaba claro que
simultaneaba el trabajo en la
Junta con la Literatura.
Tenía tranquilidad para escribir mis libros porque conservaba
la casa de soltero en la que viví solo. Fueron no obstante años difíciles para
mis nervios, lo cual fue mermando poco a poco la relación con mi mujer. Cuando
llegó 1992 recuerdo que fue el peor año de vida, al contrario que 1996 que fue
mi mejor año. En 1992 murió mi padre, se produjo la separación de mi mujer, me
concedieron la Invalidez Temporal
Transitoria. Con el tiempo pasaría a la Invalidez Temporal
y finalmente a la Invalidez Permanente
Total, que es la pensión que cobro actualmente. Durante estos años que
transcurrieron me dediqué a escribir, entre otras cosas para desahogarme de las
cosas malas que me había dado la vida y de la angustia tan grande que sentía
por mi divorcio.
Cuando me concedieron el
divorcio me dediqué básicamente a mi hijo porque no quería que creciera sin un
padre a su lado. Lo veía todos los días. Era una de las condiciones que puse
para poder divorciarme: ver a mi hijo todos los días. Mi hijo por supuesto
también quería. No trabajo en nada. Ni siquiera doy clases. Escribo por
supuesto porque la
Literatura ha sido lo único que he tenido fijo siempre en las
mejores y en las peores circunstancias.
Cuando mi hijo tiene ya una
edad lo suficientemente elevada me dedico aún más a la Literatura y me prometo
escribir un libro cada año y publicarlo desde 2006. Lo he cumplido. Ahora mismo
estoy preparando el próximo, que será el número 14, titulado Las ninfas del
rencor, segunda parte de Tuétanos odiantes. La primera era Cuando no se ama.
También estoy trabajando en la que será mi primera novela. Quiero que salga lo
más redonda posible y no me importaría que fuera la única novela que publicase.
Óscar Wilde sólo publicó una novela en vida: El retrato de Dorian Gray. El resto de su producción literaria
fueron relatos cortos, ensayos, poemas y demás géneros literarios.
Con la Invalidez Permanente
Total cobro una pensión contributiva, que es pequeña y me dificultaba la vida.
Tuve que volver a dar clases particulares. Me pasaba el día en el autobús
porque tenía los alumnos desperdigados por todos sitios y yo iba a sus casas:
El Cerro de Águila, La
Barriada de la
Oliva , Las Tres Mil Viviendas, etc… Aguanto así dos años
hasta que lo tengo que dejar porque estaba muy mal de los nervios.
Me refugio en escribir y vivo
con estrecheces. A veces tengo mucha dificultad para llegar a final de mes. Mi
situación actual es clara: hago las colaboraciones para el blog de la
Ura Macarena (artículos y críticas de cine)
y publico un libro al año. Mi novela, por cierto, se llama Monólogo en clave
neurótica. En cierta manera es bastante personal y autobiográfica.
De momento no quiero más
relaciones con mujeres. Quedé muy afectado con el divorcio y también me afectó
bastante la última relación y la ruptura. Ahora mismo, aunque a veces lo eche
de menos, prefiero vivir solo.
Mi hijo tiene ya 25 años y
nos vemos cada quince días para tomar
algo y charlar. Hablamos algo de Literatura. Se está preparando unas
oposiciones para juez. Son muy densas y complicadas, pero él tiene voluntad
suficiente para sacarlas adelante. Yo vivo en la misma calle que mi hijo. Cuando
me divorcié no volví con mi madre, sino que me compré una casa para vivir
independiente. Fueron duros los primeros meses, pero al final obtuve la
recompensa.
Ésta es mi vida laboral
resumida. Creo que he aprovechado bien el tiempo y pienso seguir haciéndolo.
Ahora mis expectativas están concentradas sólo en la Literatura , que al fin
y al cabo era lo que yo quería desde que era un niño. Lo atestiguan unas
libretas verdes en las que puse mis primeros garabatos literarios donde ya
dejaba claro que lo que quería era dedicarme a la Literatura. Ella
me ha acompañado toda mi vida y nunca me ha abandonado. Ha sido auténticamente
mi compañera fiel. Yo tampoco la he traicionado en ningún momento. Veremos
hasta dónde llego. Salud y suerte.
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3 comentarios:
Exquisito!Es un placer leer tus artículos.Gracias!
Animo Jose y sigue aportando tanto a través de tu escritura, es un placer saber de ti, sin duda una gran persona con un corazon grande y humilde
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