martes, 2 de diciembre de 2014
CRÍTICA DE CINE: ASÍ NOS VA.
Se trata de una producción de
los Estados Unidos del año 2014. El título original es And so it goes, algo así
como Y así va, así que el título en castellano es bastante fiel al espíritu del
título en inglés.
Los protagonistas absolutos
son Michael Douglas y Diane Keaton. Es, pues, una película de estrellas. Ambos
actores están muy ajados por el paso del tiempo y las circunstancias de la
vida. En el caso de Douglas se trata de una de las primeras películas tras
superar un cáncer de garganta. Por otra parte el reparto de secundarios está
bastante ajustado y no desentonan.
La película dura 94 minutos,
lo justo, sin que se haga en ningún momento larga. Tiene agilidad. No está
recomendada para menores de 7 años, lo cual no lo entiendo muy bien porque la
cinta es una comedia amable y familiar que no contiene nada que pueda herir la
sensibilidad de nadie.
La historia es sencilla: Oren
Little es un agente inmobiliario cascarrabias que va sembrando cizaña allá por
donde va. Sólo se lleva bien con sus clientes porque tiene que vender viviendas
para ganar sus beneficios. Su deseo es vender la última vivienda valorada en 8
millones 600.000 dólares, de los que no pretende rebajar ni un centavo, y
retirarse tranquilamente a su casa en Vermont. Pero se encontrará con una
sorpresa que cambiará su vida: su hijo Luke se presenta diciendo que va a
ingresar en prisión por nueve meses, que se quedarán en seis por buena
conducta, y trae una niña que es la nieta de Oren y que tiene ya varios años
pero aún no la conocía debido a su
carácter huraño. Ello pondrá patas arriba toda su vida.
Es un tema de comedia
familiar. Siempre comedia de sonrisa, no de risa.
Oren vive en un dúplex. La
otra casa la ocupa Diane Keaton, que es Lía. Entre ellos hay más o menos una
relación fluida y siempre de amistad. La nieta de Oren llamará antes abuela a
Lía que abuelo a Oren debido al carácter arisco de éste.
Lía canta en clubes
nocturnos. Al principio cobra 600 dólares a la semana y después, cuando Oren se
convierte en su representante, llegará a cobrar 1500. Ambos echan de menos a
sus respectivas parejas muertas. Lía llora a su marido fallecido Eugene y llora
con frecuencia en los clubes cuando canta canciones que le recuerdan a él.Por su parte, Oren ha cuidado
durante dos años a su mujer Sarah Elizabeth Little. Padecía cáncer. En la
película hay dos escenas idénticas que casi abren y cierran la cinta: Oren en la colina del
cementerio donde está enterrada Sarah Elizabeth poniendo en su tumba un ramo de
flores y quejándose irónicamente y sin mal sentido de tener que subir toda una
colina para verla y depositar el ramo de flores.
Por ello ambos son remisos a
una nueva relación. Se unirán más por la niña, Sarah. Ése será el punto de
inflexión de la relación entre ambos y ayudará a la progresiva humanización de
Oren.
Acabarán haciendo el amor,
ella con el sujetador puesto porque le da un poco de corte. Llevan los dos
cuatro años sin hacerlo. Así terminarán enamorándose, aunque él está a punto de
irse a Vermont como deseaba porque por fin vende la última casa y consigue una
gran comisión. Partirá hacia Vermont en coche pero se volverá para quedarse con
Lía. La escena final de la película es una reunión familiar, algo impensable al
principio para Oren por ese carácter huraño que le caracterizaba: están Oren,
Lía, Sarah, Luke y un par de clientes habituales de Oren viendo un DVD
realizado por Sarah, la nieta, sobre la transformación de una oruga en
mariposa.
Es un final feliz, un Happy
End, como diría Woody Allen: Un final made in Hollywood.
La fotografía es colorista, a
tono con la felicidad de la comedia. La banda sonora de la cinta es el conjunto
de las canciones bellísimas que va cantando Lía en los distintos clubes en los
que actúa.
Estamos, pues, ante una
película estimable de Rob Reiner, director de cintas como Ahora o nunca y
Cuando Harry encontró a Sally. Es famoso por ésta última por la escena del
orgasmo fingido de Meg Ryan en una cafetería ante Billy Cristal, una escena
francamente desternillante de las que no hay ninguna en Así nos va. Rob Reiner
es especialista en comedias y nos ha traído bien a los dos grandes actores que
son Michael Douglas y Diane Keaton, la antigua musa de Woody Allen.La película apenas ha tenido
publicidad. Concretamente el día que yo fui estaba solo en la sala. Es
ciertamente triste ver una sala de cine vacía.
Considero que debe tener tres
estrellas y si quieren verla vayan pronto porque más pronto la quitarán: sólo
tiene ya un solo pase. Salud y suerte.
José Cuadrado Morales
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