martes, 15 de julio de 2014
CRÍTICA DE CINE. Pancho, el perro millonario
Se trata de una película
española del año 2014 dirigida por Tom Fernández, quien es también el
guionista. Señalemos que Tom era uno de los guionistas de la exitosa y longeva
serie de Telecinco Siete vidas, de la que surgió la spin off Aída, que
consiguió más éxito y longevidad que su predecesora o matriz.
La película cuenta con un
extenso y buen reparto. Cabe destacar a Iván Massagué, Armando del Río,
Patricia Conde, Secun de la Rosa ,
Alex O´doguerty, Eloy Azorín y María Castro, habitual en las series
televisivas. También cuenta la cinta con una colaboración especial de Mickey
Nadal, habitual también en los programas televisivos, preferentemente de humor.
Y por supuesto el actor principal de la película, Pancho, que es interpretado
por Cook, nombre real del perro. Actúa estupendamente, aunque de vez en cuando
hay que echar mano de la infografía para
ciertas cosas, es decir, de la informática. Pero el perro tiene un
talento natural excepcional, además de contar con la colaboración de sus
entrenadores.
La película tiene su origen
en los anuncios que se hicieron de la Lotería Nacional con un perro
llamado Pancho. Ahora Pancho lleva una vida espléndida, se da todos los más
extravagantes caprichos desde que la lotería llamó a su puerta. Tiene un
secretario personal, Alberto, interpretado por Iván Massagué, quien le
administra su espléndida fortuna y procura que sea un perro rico responsable,
que no abuse de los caprichos y derroches, cosa que no siempre consigue.
Muchos empresarios están
detrás de Pancho para hacer negocios con su dinero y con su imagen. Entre ellos
cabe destacar a Montalbán, interpretado por Armando del Río, un hombre sin
escrúpulos, que quiero convertir a Pancho en estrella del mundo del juguete. Trae
a la mansión de Pancho a su secretaria, la abogada Patricia, interpretada por
Patricia Conde en su primer papel importante en el mundo del cine. Patricia fue
compañera de Alberto en la
Facultad y tienen cierta complicidad positiva. Montalbán
también trae a sus dos secuaces lugartenientes, el Marcos y el Tenazas,
interpretados por Secun de la
Rosa y Alex O´dogherty (en una entrevista reciente que le han
hecho como actor y músico pues tiene una banda y no es la primera dice que no
tendría nunca un perro porque no sabría cómo cuidarlo porque a él se le mueren
hasta las plantas).
Montalbán ofrece una visión general de los negocios que
trama con Pancho, entre ellos la venta de miles de peluches del perro con su
imagen. Los negocios rentarían unos beneficios de 10 millones de euros sólo el
primer año. Los peluches se harían en el Sudeste Asiático por mano de obra
infantil para que cuesten más barato, algo a lo que se oponen Alberto y Pancho,
que lo dice ladrando, que es su forma de hablar, a quien entiende muy bien
Alberto por el grado de complicidad y compenetración que tienen. Así que se
puede decir que Pancho habla a través de Alberto que traduce perfectamente sus
ladridos.
Como quiera que Montalbán no
está satisfecho con las negociaciones amenaza a Alberto con secuestrar a
Pancho. Entonces Patricia y Alberto cogen a Pancho y lo llevan a la calle para
que se ponga a salvo de las manos de los secuaces de Montalbán. Así pasará
durante un tiempo Pancho a ser no un perro millonario, sino un perro callejero.
Lo recogerá una especie de instructor militar canino que tiene un centro de
adiestramiento y adopción de perros callejeros. Allí Pancho aprenderá el lado
más duro de la vida. Aprenderá a cocinar, a fregar, a navegar, a conducir y un
montón de cosas más. Aquí es donde funciona más la infografía. Cuando está
preparado para la adopción lo adoptan dos familias, pero Pancho no está
contento con ninguna de ellas y hace auténticas gamberradas para que lo
devuelvan al centro de adopción como lanzar a un gato a un montón de metros de
altura mediante un trampolín.
El centro de acogida tiene un
nombre militar: Platoon K-9. Platoon significa en inglés pelotón, militar por
supuesto, y es el mismo título de la película que en 1986 consiguió cuatro
Premios Óscars de la Academia
de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood, entre ellos el de
mejor película y el de mejor dirección para Oliver Stone. K-9 es el nombre que
recibe la unidad canina de la policía de los Estados Unidos.
Pancho aceptará la tercera
adopción de una familia que cuenta entre sus miembros con un chico retraído e
introvertido, traumatizado por la muerte de su mascota anterior, un perro muy
parecido a Pancho. Éste lo ve en las numerosas fotos que tiene Pablo del
antiguo perro en su habitación y ladra y gime como dando a entender que se
parece mucho a él. Pancho y Pablo se compenetrarán enormemente. Se acostarán
juntos. Pablo meterá a Pancho entre las sábanas y lo arropará cariñosamente con
la colcha.
A todo esto Alberto y
Patricia se han desembarazado ya, o eso creen ellos, de Montalbán y sus
secuaces, y están buscando a Pancho poniendo carteles por toda la ciudad con la
foto de Pancho y un número de teléfono. Los secuaces de Montalbán aprovechan
esta circunstancia para colarse en la mansión de Pancho para robar. Logran
introducirse en la cámara acorazada de Pancho, donde tiene todas sus riquezas
en forma de lingotes de oro, sarcófagos de oro, dinero en efectivo y un largo
etcétera. Pero quedan encerrados en la cámara hasta que viene la policía y los
detiene, también a Montalbán.
Patricia y Alberto darán con
Pancho y éste le dirá a su secretario que se queda a vivir con Pablo, que ha
descubierto que la amistad vale más que todas las riquezas del mundo. Alberto
tomará entonces la decisión de convertir la mansión de Pancho en un inmenso
Platoon K-9 para que el mismo instructor prepare a los perros para ser
adoptados.
La película cuenta con más
actores que hacen auténticos cameos o intervenciones simbólicas como Eloy
Azorín o María Castro. También está la colaboración especial de Mickey Nadal,
que interviene en la última escena de la película. Hace de funcionario de
prisiones que está revisando una a una las celdas de la cárcel hasta que llega
a la de Montalbán, que se ha escapado como Tim Robbins se escapaba en Cadena
perpetua, película de Frank Darabont coprotagonizada por Morgan Freeman en
1994, que estuvo nominada a varios Premios Óscars pero no consiguió ninguno,
cosa injusta porque es una de las mejores películas carcelarias que se han
hecho y para muchos críticos, entre los cuales humildemente me encuentro, es
una de las mejores películas de la historia del cine. Se escapan por un agujero
abierto en la pared y tapado por pósters.
En el caso de Robbins el póster de la
chica de moda en cada momento como Marilyn Monroe o Raquel Welch. En el caso de
Montalbán una foto inmensa de Pancho, su terrible enemigo. Queda pues la
película abierta, quizás pensando en una segunda parte que podría llamarse
Pancho, la venganza de Montalbán.
La película se gestó en una
entrega de los Premios Goya. Acudió Tom Fernández y estuvo hablando con todos
los actores que pudo para conseguir un gran reparto. Así de fácil y de difícil.
Al día siguiente ya empezó a realizarse el proyecto. Tom quería hacer una
comedia familiar, cine familiar que ya apenas se hace hoy, al que puede acudir
toda la familia junta y que está autorizado para todos los públicos. Hoy
abundan las superproducciones estadounidenses con mucha violencia y mucho sexo,
pero escasea el cine familiar. Pues Tom lo ha conseguido y en la sesión en la
que yo estuve había diversas familias completas viendo la película. Y en la
sesión siguiente ya esperaban diversas parejas con sus hijos para ver la cinta.
La película dura 94 minutos y
está muy bien medida. No se hace larga la película y es muy entretenida. No
esperemos una obra maestra, sino una película honesta, sencilla, para todos los
públicos, con la única misión de distraer y de llevar el cine a todo el mundo.
Hay que decir que además de
una comedia familiar es una película de animación por la parte de infografía
que afecta a Pancho. Está muy bien realizada. Hay que destacar también la
animación que aparece al principio de la película con los nombres de los
actores y demás. Hoy día no se cuidan lo títulos de crédito. Ya no son los
tiempos del gran Saul Bass cuando los títulos de crédito eran reyes en la
realización de una película. Hoy sólo se hacen títulos en las películas de
James Bond y de vez en cuando en alguna cinta como Los amantes pasajeros de
Pedro Almodóvar, que ya criticamos en esta sección del blog de la Ura Macarena. Los títulos del
final de la cinta ya son normales, los repartos técnico y artístico en blanco
sobre fondo negro. Pero hay una canción muy pegadiza ideal para niños y jóvenes
que recomiendo escuchar.
La producción es plural. Hay
la colaboración del Instituto de Crédito Oficial, del Ministerio de Educación,
Cultura y Deporte, de Atresmedia cine y
Atresmedia televisión entre otros coproductores . Atresmedia televisión está
muy comprometida con el cine español. En lo que va de año ha apoyado a
películas como Tres bodas de más, Ocho apellidos vascos, Kamikaze, Por un
puñado de besos y esta Pancho, el perro millonario. Su labor es más que digna.
Estamos pues ante una buena película en su género a la que le concedemos
tres estrellas y a la que deseamos una larga carrera en la cartelera. De
momento me despido por vacaciones, pero en septiembre volveré con más
películas, con más sueños y seguiremos juntos en el maravilloso mundo del cine.
Feliz verano y salud, suerte y buenas películas. Que no dejen de hacerse y que
podamos disfrutarlas juntos por mucho tiempo en este mundo amable de Internet.
Hasta septiembre.
Calificación:
José Cuadrado Morales
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2 comentarios:
Yo la vi ayer tarde, en el cine, y es muy graciosa la comedia. A mi me gusto.
Un saludo, Ludi
Qué gran labor hecéis, que buen trabajo!! gracias por compartilo, qué sigáis creciendo!!
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