EL SOMBRERO DEL TIO DE LAS BARBAS (segunda parte)
Horas mas tarde suena el timbre en casa de Roque.
– Hola; ¡Pero qué guapa se ha puesto usted esta noche!. Pase, pase, por favor, esta usted en su casa.
- No me llame de usted, llámeme Flori de Florinda.
- Bueno, Flori, ¿Quieres una copita de vino mientras acabo de preparar la cena?
En ese momento la coge de la mano, ella sonríe.
- ¡Qué ásperas y duras tienes las manos Roque!.
Él, algo inquieto, le responde;
- Los hombres de campo tenemos muchas cosas duras.
- Qué cosas tienes Roque je, je ,je.
- No me malinterpretes Flori, me refiero a que la gente de campo somos muy duros de mollera. Entra en el Salón y ponte cómoda mientras enciendo las velas y traigo los platos.
Ella dudando del vino, pregunta a Roque:
- ¿De qué cosecha es?
- No se, no venía escrito en la caja de Don Simón
- Me da igual, está buenísimo, je, je ,je.
Entonces Roque saca un par de platos con un exquisito revuelto de espárragos. Flori al verlos, con expresión de deseo, dice;
- Mejor revueltos que juntos, estoy deseando comérmelos.
- Aprovecha , aprovecha, que la noche es larga.
Tras varias copas de vino, este hizo efecto y Flori tuvo un repentino ataque de calor y a pesar del impresionante escote que tenía, tuvo que desabrocharse el único botón que aún le hacía guardar la compostura.
Viendo esto Roque, con los ojos a punto de salirsele de las orbitas, le pregunta al mismo tiempo que abre la ventana:
- ¿Tienes calor?
- Mi calor no lo sofoca el aire, son otro tipo de sudores…
El frutero con cara de preocupación le dice con la voz entrecortada:
- Échate en la cama, mientras llamo al 112.
Ella, algo desconcertada, actua rapidamente y mientras se va despojando poco a poco de la ropa le dice:
- No, no, no hace falta.
Y viendo que Roque no reacciona ni siquiera ante su depilación brasileña finge un mareo, dejándose caer al suelo.
Roque llama entonces al 112, que se presenta ipso facto, pues había una unidad atendiendo a otro enfermo en el mismo bloque.
Suena el timbre, abre Roque y penetran a toda velocidad el médico y el enfermero de urgencias.
Roque azorado les señala con el dedo:
- ¡Ahí, junto al sofá! CONTINUARÁ….
Pedro, Jesús, Alicia, Juana, Miguel Angel y David.