lunes, 3 de junio de 2019

IMPOTENCIA

Mi fe en el ser humano hace tiempo que está bajo mínimos. Yo no creo como Jean Jacques Rousseau que el hombre sea bueno por naturaleza. No es que nazca directamente malo, sino que nace ya genéticamente condicionado para hacer multitud de cosas, entre ellas hacer el mal. El hombre no es bueno por naturaleza. El hombre es hombre por naturaleza y creo más bien en otra famosa sentencia filosófica: el hombre es un lobo para el hombre, con todos mis respetos para el lobo.
Últimamente me ha ocurrido algo que ha marcado aún más mi condición de malpensante sobre el hombre. Os cuento.
Yo solía salir de madrugada porque tengo problemas de insomnio. Me levantaba muy temprano y después de hacer las cosas normales de toda persona me iba a la calle a pasear y a escribir whatsApps a mis personas cercanas en la Plaza de San Gabriel sentado en uno de sus bancos de hierro.
Yo estaba muy tranquilo escribiendo un whatsApp cuando vino por detrás un individuo que me amenazó con una navaja diciendo: “O me das el móvil o te rajo”. En momentos así no se piensa mucho y reaccioné enfrentándome a él. Pudo darme un navajazo y dejar mi vida tirada en el suelo de la plazoleta. Pero insisto en que no se piensa demasiado en esos momentos, sólo en el instinto de protección de lo que es de uno. Y mi móvil era mío, y mis whatsApps , y mis contactos, y mis llamadas, todo. No tenían por qué robarme.
Forcejeamos un buen rato. Era más fuerte que yo o sencillamente estaba más loco que yo y me dio golpes muy fuertes, pero yo aguantaba con el móvil en mis manos. No quería que me lo arrebatara. Era mío, como mi vida, pero en ese momento yo pensaba en proteger mi móvil y todo lo que eso significaba.
En un momento de la pelea tropecé y caí al suelo. Y cuando iba a levantarme me dio un violento golpe en la nariz que me hizo caer de espalda y me di un golpe en la cabeza. Eso me causó un ligero mareo que el individuo aprovechó para robarme el móvil. Él había triunfado. Allí me dejó vapuleado, tirado en el suelo. Me sentí fatal, impotente. Yo no era yo. Había sido robado y apalizado por un atracador de tres al cuarto.
Me repuse y empecé a hacer las cosas que debía. Lo primero: bloquear el móvil para que no pudiera usarlo y aumentar aún más el perjuicio.
Después de eso fui al Hospital Virgen Macarena, a Urgencias, a que me viera algún médico. Pasé a Traumatología y me hicieron radiografías de la cabeza y particularmente de la nariz. Me dolía mucho y sangraba bastante. Después de un rato la doctora me dijo que no tenía nada roto y me hizo un parte de lesiones para el Juzgado de lo Penal. Entre otras cosas puso “contusiones y erosiones en el tabique nasal”. Afortunadamente no tenía nada roto. La cosa no había ido a peor. Me dieron el alta y seguí con el siguiente paso.
Fui a la Policía de la Alameda a presentar denuncia. Allí se hizo atestado de todo. Se hicieron constar todas las cosas en el mismo para que la denuncia quedara lo más completa posible. Me atendieron muy bien. He de decirlo. Me dieron una copia de la denuncia por si quería presentarla al Seguro si lo tenía.
A la mañana siguiente fui a Movistar a comprarme un móvil nuevo. Estaba incomunicado con mi familia porque el fijo estaba averiado. Más tarde fui a Mapfre, con quien tengo Seguro de Hogar, que incluye lo que a mí me ocurrió la noche de autos: robo con violencia, algo que está penado con cárcel de 2 a 5 años.
Presenté la denuncia de la Policía, el parte de lesiones de Urgencias, la factura del móvil que me habían robado, etc. Quedaron en contestarme. Tal vez me den una indemnización no superior al precio del teléfono. Eso al menos me ayudará a subsanar parcialmente la humillación y las heridas si se produce porque todos sabemos lo “duros” que son los Seguros. Pero yo tengo confianza. Mapfre nunca me ha fallado.
Y así estoy: esperando la contestación de Mapfre. La Policía no ha encontrado al delincuente. Y la nariz me sigue doliendo. Ahora cuando estoy escribiendo este artículo aún me duele bastante y eso que ya han pasado 10 días del suceso.
Da la casualidad de que mi hijo trabaja en el Juzgado de lo Penal pero se tendría que inhibir si le cayera mi atestado. Lo entiendo. Pero me ha asesorado en todos los pasos que tenía que seguir.
He sentido impotencia. Y siento impotencia de que la Policía no pueda dar con el ladrón que por su forma de actuar seguro que tenía antecedentes. Su forma de proceder no es la del que por primera vez comete un delito.
Yo debí proteger más mi vida porque al final acabé perdiendo el móvil y podía haber perdido mi vida y el móvil al mismo tiempo. Pero no me arrepiento de cómo actué. Me siento orgulloso de mí mismo.
Estoy aprendiendo a manejar mi nuevo móvil. He perdido todos mis contactos, mis fotografías, todo. Sé que es sólo un móvil pero para mí por diversas razones significa mucho más.
Pero conservo la vida, con este dolor de nariz. Yo duermo de lado y apoyo la nariz en la almohada. Eso hace que me duela más. Además el traumatismo fue muy fuerte según me dijo la doctora que me vio en Urgencias. Tengo al ladrón en mi mente. No recuerdo su cara. Se lo dije a la Policía por si podía mirar fotografías. Hubiera sigo inútil. Casi todo fue de espalda excepto el golpe en la nariz, pero no vi nada.
Estamos desprotegidos. Sentimos impotencia. Ahora soy más prudente. Salgo más tarde de casa. No escribo whatsApps de noche en la calle. Miro más por mí. No quiero que me vuelvan a robar y no quiero volver a sentir la impotencia que me hizo sentir aquel individuo al que espero capturen tarde o temprano y lo condenen a lo que me dijo mi hijo. Salud y suerte.


José Cuadrado Morales

4 comentarios:

CRPS León dijo...

Estamos desprotegidos. La honradez, que antaño era moneda común, brilla hoy por su ausencia. La maldad ha desplazado a la bondad en innumerables actos de la vida cotidiana. Las buenas gentes que antaño vivían despreocupadas temen hoy por su hacienda y su vida.

Unknown dijo...

Resulta que Sevilla antes era Aasgard y no me he enterado. La picaresca lleva en Sevilla instalada desde los tiempos de rinconete y Cortadillo, es sólo que quien roba ahora es más q nada el inmigrante inadaptado a la sociedad española, q por lo general es bastante más violento, xq viene de sobrevivir a un entorno q todo tipo de horrores...

Anónimo dijo...

Querido amigo CRPS León: llevas toda la razón. Estamos desprotegidos y no sabemos realmente qué hacer. La honradez brilla por su ausencia y empezamos a tener miedo a salir a la calle y, más aún, miedo a salir de noche como se titulaba una película de hará más o menos 30 años. Hay que tirar para adelante para no dejarnos avasallar por todos los delincuentes que hay, que merecerán comprensión, pero más comprensión merecen pienso yo sus víctimas. Un abrazo. José Cuadrado.

Anónimo dijo...

Cierto amigo Unknown: hay muchos inmigrantes que vienen de situaciones mucho más duras que las que hay en España y no tienen miedo de ser violentos porque la ley aquí es muy permisiva. Hay que ser valientes y defenderse siempre como hice yo, aunque a veces nos juguemos la propia vida. Pero la dignidad también cuenta y no podemos dejarnos avasallar sin más. Un saludo. José Cuadrado.