jueves, 29 de noviembre de 2018

EL RINCÓN DE LOS SUEÑOS

Por el rincón de los sueños,
puedes tener experiencias sin igual;
donde se encuentran,
fantasía y realidad.

El rincón de los sueños,
del que no quieres despertar;
el rincon de los sueños,
la otra realidad.

Cuando eras niño,
quisiste ser un grande;
y ahora que eres grande,
vuelves al rincón de los sueños;
y el niño despierta entre sus cristales.

El rincon de los sueños,
del que no quieres despertar;
el rincón de los sueños,
la otra realidad.


Francisco Manuel




martes, 27 de noviembre de 2018

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

Sobre el cambio de hora. Lo más importate para España en un hipotético cambio del horario es la gran cantidad de horas con sol que tenemos ; así la prioridad debería ser que en el verano anocheciera antes ganando una hora más de fresquito y más teniendo en cuenta la poca incidencia que el cambio produce en la economía y los trastornos que produce en las costumbres que el cambio provoca.
Esto no es una pregunta, es más bien una queja: feísimo el acto en El Intermedio de la Sexta cuando un presentador no sé porqué se sonó los mocos en la bandera de los españoles como dando a entender que no importa pues es un trapo más; sí, es un trapo pero por él, murieron millones de compatriotas a través de la Historia ; por cierto, sería bueno que supiéramos el origen de esta nuestra bandera, y tiene algo que ver con la identificación de los barcos en alta mar , siendo así que los barcos españoles llevaban bandera blanca, por lo que era poco visible e inintificable a lo lejos; por eso la rojigualda es tan llamativa. Pero eso, nuestra bandera debería unirnos más que separarnos, ya que total cuesta el mismo esfuerzo amar que odiar, en este caso.
Quisiera ya que cada vez está más vivo en nuestro vivir diario hacer un comentario sobre el fútbol. Y empezando por el final está claro que gana aquél equipo que mete más goles , por lo cual también encaja menos. El buen fútbol es el que nos lleva al objetivo de ganar . Un gol sólo se consigue si tú tienes la pelota en el momento de tirar a puerta y conseguirlo, pero la pelota está en continua disputa por su posesión, los llamados balones divididos; ese equipo que gane más estos balones conseguirá más jugadas de ataque pues recuperar un balón en juego coge al enemigo desordenado, Insisto, lo de ganar balones divididos es fundamental en el fútbol moderno. Y para esto es necesario tener futbolistas fuertes y rápidos, con determinación, arrojo, casta, coraje, además de una buena disposición sobre el tapete, obra del entrenador, cuyo mejor mérito es siempre tener a los que no juegan dispuestos y finos físicamente. Y otro detalle, cuando dos jugadores tienen la misma calidad técnica, es mejor siempre escoger de ellos el más dotado físicamente …..

Diego.




lunes, 26 de noviembre de 2018

ESTIMULA TU MENTE

Ejercicios de estimulación cognitiva. El ejercicio consiste en traducir, según el código correspondiente, las palabras ocultas en cada columna. Luego hay que buscar su antónimo en la sopa de letras. También encontrarás, si te fijas, 9 objetos de cocina ¿sabrías decirnos cuales cuáles son?




UNA MADRUGADA Y UN MÓVIL

Hace una cuantas semanas viví una experiencia muy interesante y emotiva, donde tuvo protagonismo enorme un móvil, concretamente mi móvil Samsung Galaxy A5.
Era de madrugada y recibí un whatsApp. Afortunadamente no lo tenía en silencio por lo que me despertó. Y fue bueno. Era un mensaje de una amiga cubana de México donde me notificaba un hecho luctuoso: la muerte repentina del hombre con el que se iba a casar en breve.
Era soldado y estaban muy enamorados. Un infarto fulminante se lo llevó por delante en vísperas de la boda. Ella, con su particular filosofía de la vida, no cree en la muerte. Piensa que es una mera transición entre dos vidas, cosa en la que también creo yo. Para mí la muerte tampoco existe. Es sólo un cambio de traje. Cambiamos el cuerpo físico por el cuerpo anímico, por el alma, y seguimos viviendo. Nada termina del todo. Todo es una pura continuidad.
Y esa idea de continuismo le hace afrontar las situaciones más extremas con la mayor resignación y positividad posibles. Me mandó un whatsApp para decirme lo que le había pasado. Pero no había tragedia en sus palabras, ni angustia. Una profunda resignación y una cercanía tremenda a Dios. La vida sigue siempre. Lo mismo ocurriría después con la muerte de su madre por una isquemia. Lo aceptó con una profunda resignación y una actitud enormemente positiva.
Lo asumía todo lo relacionado con el que iba a ser su futuro marido, pero necesitaba compartirlo con sus amigos. Por eso me mandó el mensaje de madrugada. Hay 7 horas de diferencias entre México y España. Yo lo entendí perfectamente y le respondí de inmediato. Además era una de esas noches insomnes que suelo padecer y estaba disponible para escucharla en todo lo que me quisiera contar. Como amigo que me consideraba para todo estaba disponible para cuanto quisiera contarme.
Iniciamos una larga conversación por el chat del móvil por medio de whatsApps. Fue muy bonita. No diré el nombre del futuro marido para respetar la privacidad. Después de todo eso no tiene importancia. Lo importante es el hecho en sí de la muerte y la aceptación absoluta de ella.
Ella me contaba todas las pérdidas que había sufrido en su vida, cómo la habían ido marcando y cómo ella había ido acumulando todo lo positivo de lo malo que le pasaba. Ya tiene casi 60 años y lleva mucho vivido y tiene una larga experiencia que la ayuda a salir adelante en las situaciones más difíciles.
Yo le conté que tenía la misma impresión de la vida, que esto no podía terminar así como así de pronto, sin mayor sentido, sin una prolongación de alguna forma. Ella me explicó sus teorías y yo, más humilde, conté mis vivencias con la muerte y hablé de las pérdidas sufridas y de cómo había conseguido salir adelante con mis armas espirituales y mi condición de poeta y novelista.
Escribir me ayuda mucho a vivir. El arte en general ayuda mucho porque es una prolongación de la propia alma. En un libro uno pone todo lo que es y tiene y siente y no tiene límite. La creación es un proceso de supervivencia, de mantenimiento de la voluntad absoluta de vivir, de seguir adelante siempre sean cuales sean las circunstancias.
Yo escribo un libro y estoy creando vida, vida eterna, prolongación de mi propio ser. Mi amiga también escribe, pero sólo poesía. Yo últimamente estoy más con la novela. Me siento más libre escribiendo novela. Ella suele escribir unos poemas largos, como si no pudiera ponerles límite, densos, llenos de mucha espiritualidad. Lucha contra la muerte mediante la creación, por lo que la misma noche de la muerte de su futuro marido se puso a escribir sobre él para que no se olviden las cosas buenas que tenía, para que exista una perdurabilidad de la vida en la Literatura.
La muerte no existe. Existía la madrugada. Las 3, las 4, … El tiempo pasaba lenta y rápidamente al mismo tiempo. Íbamos hablando ampliamente, consumiendo la batería del móvil, dejándonos conducir por la noche como pasajeros metidos en una máquina del tiempo donde el tiempo era lo menos importante de todo.
Y estaba el móvil, el compañero que nos unía. No sé si el móvil forma parte de las nuevas tecnologías. El caso es que cada vez salen móviles nuevos con más prestaciones, más sofisticados. Yo en mi móvil, humilde, tengo de todo, incluido internet. Lo importante es que era un instrumento de comunicación válido para poner a dos personas a miles de kilómetros de distancia en contacto.
Y en contacto estábamos y estuvimos hasta altas horas de la madrugada. Quedó esa sensación de que lo que llamamos muerte nos puede coger en cualquier momento y acabar con nuestros más inmediatos proyectos, en este caso un matrimonio. Morir no es morir, pero sí puede ser la finalización de muchos proyectos. No existe la muerte absoluta, pero sí una especie de muerte relativa que nos lleva a reflexionar sobre todo lo que tenemos pendiente.
Morir según mi amiga es vivir, por eso se sentía feliz de la muerte de su pareja. Había trascendido. Ya no podría morir nunca más. Ya pertenecía a otro estrato anímico, a otro lado en la profundidad del alma. Era otro siendo el mismo, era el mismo mejorado. Ya no tendría que ser militar en la otra vida, sino un ser liberado de cualquier apego terrenal, dedicado exclusivamente a la evolución de la vida espiritual.
Mi amiga hace mucha meditación. La meditación la hace muy feliz y la libera de muchos apegos terrenales que no sirven para nada y que simplemente son fuentes de sufrimiento.
Yo trataba de entenderla lo mejor posible, pero a veces me resultaba difícil porque tiene una cultura tremenda y un vocabulario muy especial por vivir en México. A pesar de todo lo esencial lo entendí y pude comprender lo mejor posible cuanto quería transmitirme.
Yo no le tengo miedo a la muerte. A veces le tengo más miedo a la propia vida que a la muerte. La vida puede tener más obstáculos que la propia muerte. La muerte no la conocemos, la intuimos simplemente, pero desde la fe podemos saber más o menos cómo es y todo lo que puede darnos de bueno.
Fue una madrugada inolvidable y gracias a un móvil estuvimos en contacto y pudimos dialogar sin obstáculo ninguno. Es bonita la conversación, mucho más cuando es sincera y las personas están dispuestas a darlo todo. Salud y suerte.

José Cuadrado Morales

jueves, 22 de noviembre de 2018

EL BIEN PAGAO

A Sofía Loren:

Le salio una chica igual;
todo tiene precio,
incluso la maldad;
que el querer duele,
y si lo obtienes,
lo tienes que pagar

El bien pagao,
soy el bien pagao;
que el querer duele,
y el amor sale mal pagao.

Yo tenía una chica,
que me daba querer;
y también tenía otra,
que me daba amor;
a la que me daba querer
la usé para crear una canción;
encontró su media naranja,
y me dejó.

El bien pagao,
que soy el bien pagao;
que el querer duele,
y el amor sale mal pagao.

Se puso de novia conmigo,
y yo la dejé por otra;
que con amor me curó,
yo le debo ese noviazgo;
y ella se lo pagó,
dejándome por su media naranja;
yo siendo novio de ella,
la dejé por amor;
que todo tiene precio,
y el amor sale mal pagao.

El bien pagao,
que soy el bien pagao;
que el querer duele,
y el amor sale mal pagao.

El bien pagao,
Que soy el bien pagao;
que el querer duele,


y el amor sale mal pagao.

Francisco Manuel.


miércoles, 21 de noviembre de 2018

LAS INCIDENCIAS DEL TIEMPO

Vamos a intertar ver el clima, que es lo que ocurre que prácticamente han desaparecido las estaciones de primavera y otoño, se pasa del verano al invierno en apenas 20 días, no nos damos cuenta de esta variaciones tan rápidas, nos acostumbramos a casi todo, sin pensar en este hecho y sus causas y consecuencias. Si navegáis por Internet y buscáis la temperatura por décadas desde el año 40, por ejemplo, veréis que esta ha aumentado en mas de 2 grados, curioso verdad, ¿TENEMOS CONCIENCIA DE ELLO?.
Nos preocupa el tiempo, o solo para el fin de semana, el cáncer de piel, es uno de los que mas se esta agravando, por las costumbres de moda y la falta de información, antes la piel blanca era considerada buena, porque si había otro color era síntoma de baja clase social.

Hablemos de las estaciones, eran 4, pero parece que las de otoño y primavera, se están acortando no duran los 3 meses, correspondientes, al otoño le llaman veroño. El cambio climático y los problemas en la capa de ozono están alterando la temperatura, los polos se estan descongelando progresivamente, las lluvias donde no aparecían ahora vuelven (en el desierto de Atacama lleva dos años lloviendo y no lo hacía desde hace 500), donde llueve habitualmente, ahora lo hace de forma mas fuerte, incluso torrencial, los desiertos cada vez ocupan mas territorio, ahora son mas grandes, los expertos llevan diciendo que tenemos que evolucionar de otra manera, ¿QUE VAMOS A HACER DENTRO DE UNOS AÑOS?, QUIZÁS SEA DEMASIADO TARDE, tomenos conciencia y que hacemos nosotros para evitarlo. 


lunes, 19 de noviembre de 2018

CUANDO LOS CELOS SE DESBORDAN(TERCERA PARTE)

Mientras sufría esos celos estudiaba y seguía mi vida normal. Yo seguía estudiando y ella trabajando. Seguía teniendo mis amigos de la facultad, los propios de mi pueblo y los de Sevilla. Los celos me llevaron otro día a pensar en comprarme unos prismáticos, pero esto sólo lo hice en el servicio militar, un año después. Ya estaba mi novia trabajando en una farmacia.
Los celos me llevaban hasta ir al Parque de los Príncipes de noche mientras estaba trabajando y entre los árboles intentaba verlos a los dos juntos trabajando. Pero la disposición del Parque respecto al Supermercado era tal que no se podía ver la entrada donde estaba la caja ni entre los matorrales,  los que nunca llegué a sobrepasar. Creo que por eso pensé en comprarme unos prismáticos. Sólo fui dos noches. La aparente complicidad entre los dos y lo que conté fue lo que hicieron que volvieran a surgir los celos.  Quizás ella sólo quisiera quitarle hierro y reírse de la situación en que nos encontrábamos como pareja en el plano sexual y aunque yo era consciente de ello en muchas ocasiones los celos podían más.
Ella era muy alegre, más que yo, y a los dos nos gustaba el sexo como a cualquier pareja de veinte años, imaginaba yo por aquel entonces. Queríamos disfrutar, pero lo más importante es, como se dice, que funcionáramos en la cama, que llegáramos al clímax los dos juntos: razón: la de poder tener hijos. La cuestión es que hacíamos el amor y yo disfrutaba mucho y ella también, mientras nos besábamos y nos acariciábamos. Yo también mientras lo hacíamos en posición perrito pero ella en esta posición no conseguía el clímax: más cuando yo lo que tardaba eran cinco minutos en alcanzarlo. Eso era algo que había que corregir, pensábamos entonces. Lo importante es que nos enamoramos (yo cuando ella me dijo que si, que saldría conmigo, a los tres meses de conocernos, me sentí flotar como si estuviera el cielo) y queríamos continuar juntos. Hubo un momento, una vez, que ella se puso en posición normal, natural para nosotros los seres humanos, pero yo en ese momento me di cuenta de que ella se comportaba anímicamente como una niña pequeña, como una niña de diez años y no pude hacer el amor así, lo rechacé. 
Esto ocurrió casi a mediados de de la relación y una sola vez. Continuamos con nuestros intentos en la posición perrito y yo para que ella disfrutara del sexo decidí que debíamos practicar el 69 mientras corregíamos el problema sexual que teníamos, posición con la que disfrutábamos los dos, con la que alcanzábamos el clímax los dos. Ya al final de la relación se puso más normal y hasta seria cuando intentábamos hacer el amor en posición normal y lo intenté, pero seguía alcanzando el clímax yo y ella no. Contar que aunque yo sabía lo que pasaba se dio la siguiente situación: solíamos hacer el amor en la parte trasera del coche al principio( y a un hotel más avanzada la relación) y lo hacíamos en el campo de la feria( los fines de semana y no fines de semana, unas dos veces por semana, de noche). Allí uno de los días que íbamos me sacó del coche y señaló con el dedo a otro coche en el que la mujer que hacía el amor (no se veía solo se escuchaba) gemía de placer. Me dijo que así debía disfrutar o sentir ella. De lo contrario, si ella no alcanzaba el clímax aunque lo alcanzara yo no podríamos tener hijos, sigo pensando, y que debíamos alcanzarlo juntos, al mismo tiempo, al menos pienso que alguna vez. Hubo alguna vez que hicimos el amor dos veces seguidas, a petición mía primero pero dejamos de hacerlo al ver ella que el pene no estaba lo suficientemente duro como para realizar el acto sexual. Mientras ocurría todo esto, hacíamos nuestra vida normal.
Desde aquí me gustaría decirle a mi novia que ella cuando nos enamoramos me salvó de la muerte emocional en que me encontraba a mitad de carrera de la licenciatura en física, a punto de desfallecer. Ni mi familia ni mis amigos podían hacer nada por mucho que quisieran y ella se cruzó en mi vida como un ángel bendito. Quizás si nuestras vidas no se hubiesen cruzado no habría terminado la carrera y mi vida hubiera cambiado completamente (empeorándola notablemente). Por eso quisiera dedicarle unas palabras y decirle que en recuerdo del amor que nos tuvimos escuchase dos temas de Maná: Bendita tu luz y Tu me salvaste del Lp Amar es Combatir. 

LA PATERNIDAD

Yo soy un padre feliz y orgulloso de un único hijo. Se llama Salvador. Nació el 15 de mayo de 1990. Tiene, pues, 28 años.
El día que nació coincidió con que yo tenía la presentación de uno de mis libros de poesía en Sant Boi de Llobregat, Barcelona, el centro de la comarca del Baix Llobregat, muy populoso y con una gran población de andaluces.
El acto llevaba mucho tiempo organizado por un Casal de Barri, algo así como un Centro Cívico aquí. Se había hecho mucha publicidad en prensa y radio, además de por cartelería. Digo todo esto porque me daba un poco de corte dejar tirados a los organizadores y opté por ir a la presentación del libro en lugar de quedarme al lado de mi mujer en un día tan señalado.
He tenido tiempo después de arrepentirme, pero ya no tiene remedio. Yo entonces estaba empezando en el mundo de la Literatura pública. Estaba en plena efervescencia. No paraba de hacer cosas: daba recitales de poesía, presentaba libros, daba conferencias, participaba en mesas redondas, en debates, en homenajes. Hacía todo por abrirme una carrera como escritor.
Tenía que haberme centrado más en mi hijo. Y más ahora que sé que seguramente no volveré a ser padre porque no tengo pareja y ya tengo 57 años. Pero los dos primeros años de la vida de mi hijo me los perdí porque estaba casi obsesivamente dedicado a la Literatura.
Pero una vez, en la Biblioteca Pública de Sevilla, presenté el libro de una poeta amiga de Alcalá de Guadaira. Ella me preguntó si jugaba mucho con mi hijo. No contesté. Aquello me hizo pensar y con un poco de reflexión cambié de actitud. Decidí dimitir por así decirlo de tantas actividades, incluso de la publicación de libros, para dedicarme a mi hijo. No quería perderme más tiempo de su vida porque después me iba a arrepentir.
Formaba parte de la paternidad. No sólo llevar dinero a casa sino preocuparme por él, vigilar su educación, darle cariño, jugar con él, darle ánimos, cambiar pañales, dar biberones y un largo etcétera. Decidí vivir la paternidad de una manera activa, no simplemente pasiva. Y me dediqué en cuerpo y alma a él.
Para mi desgracia me divorcié. Mi hijo tenía tres años. Era muy pequeño para entender lo que estaba ocurriendo, por qué papá ya no vivía en casa, por qué papá tenía otra casa, por qué él tenía que ver a mamá y a papá por separado en casas distintas.
Yo sufrí mucho porque pensaba que mi hijo sufría por todo aquello. Con el paso del tiempo mi hijo ha crecido feliz y muy sano física y mentalmente. Ha hecho sus estudios perfectamente, ha terminado dos carreras, ha aprobado una Oposiciones muy duras, está esperando destino, vive con su novia. No echa nada en falta. Y no tiene ningún trauma con su padre porque yo tomé la decisión adecuada y me dediqué a él.
En 1990 publiqué mi provisional último libro y ya no publiqué más hasta 2006. Desde entonces publico un libro cada año. Estuve todo ese tiempo de silencio para dedicarme lo máximo posible a mi hijo. Lo veía todos los días. La madre no me ponía ningún obstáculo para ello, cosa que le agradezco desde aquí.
Todos los días salíamos. Íbamos a mi casa, a parques, a Centros Comerciales, a cines, a teatros, a muchísimos sitios variados. Estaba entregado en cuerpo y alma a él , y yo era muy feliz porque veía que mi hijo crecía feliz. No iba a cometer otra vez el error del día de su nacimiento. Tenía que estar pendiente de toda su evolución y procurar en todo momento que fuera feliz, muy feliz.
Por su parte la madre hacía las cosas también muy bien. Nos llevábamos bien por la felicidad de nuestro hijo.
Siempre que podía viajábamos a muchos sitios. Fuimos a Madrid dos veces y le enseñé todos los sitios que me gustan de la capital. Fuimos a Segovia, a Ávila, a Toledo, a San Lorenzo del Escorial, pasábamos vacaciones en Chipiona, nos bañábamos, jugábamos al fútbol, a todas las cosas que se le ocurrían. Y me preocupaba de su educación: procuraba que siempre hiciera los deberes, le tomaba las lecciones, le ayudaba con el inglés que al principio se le daba un poco mal. Leíamos juntos libros de inglés. Y poco a poco llegó a sacar matrícula de honor en inglés.
Siempre ha sido un excelente estudiante, muy responsable, preocupado de todo lo que tenía que hacer. Y yo me he sentido muy orgulloso por ello. Soy feliz de haber sido padre de mi hijo. Y creo como ya he comentado que será el último. Aunque quién sabe. Pau Casals, el músico español, fue padre cuando era octogenario. Nunca se sabe lo que puede ocurrir.
Ahora vivimos una relación estable. Él vive con su novia en Badajoz y viene cada 15 días más o menos y nos vemos. Hoy por ejemplo hemos quedado para almorzar. Charlamos, nos contamos todas nuestras cosas y estamos siempre informados. Nos mandamos whatsApps por la mañana y por la noche y nos saludamos, hablamos, nos lo contamos todo. Y lleva una vida independiente sin olvidarse de sus padres.
Yo también tenía una buena relación con mis padres. Me fui de casa antes que mi hijo pero nunca rompí la relación con ellos. Mi hijo ha hecho lo mismo y yo me alegro por ello porque su madre y yo le hemos dado un buen ejemplo.
Lleva con la novia 11 años. Y espero que se case y me haga abuelo. Tengo ganas de ser abuelo y de ser un abuelo joven . Voy a disfrutar de mi nieto desde el principio. No voy a perder dos años como hice con mi propio hijo. Pero no voy a ser un abuelo incordiante. Quiero tener siempre una buena relación con mi hijo y mi nuera, y como es lógico con mi posible nieto.
La peternidad es una responsabilidad muy importante que yo he sabido vivir y me siento ahora orgulloso de mí mismo. No tengo nada que reprocharme. Rectifiqué a tiempo. No me desentendí de mi hijo como tantos padres divorciados. Ni he generado conflictos para que mi hijo sufra y adquiera traumas para toda la vida. Él tiene una estabilidad tremenda que espero le dure siempre y sepa ser buen padre entre otras cosas.
También deseo que sea un buen trabajador. Pronto lo vamos a comprobar porque entre noviembre y enero le dan destino para las Oposiciones que ha aprobado. Tres años ha tardado en preparárselas. Ha tenido paciencia y ha sacado una de las Oposiciones más difíciles que existen: Gestor Procesal y Administrativo, una especie de ayudante de juez. Tiene un nivel muy alto en la Administración y tendrá seguramente un buen sueldo, cosa de la que me alegro. Él ha sido fuerte y emocionalmente es una persona impecable.
Yo lucho por ser siempre un padre a la altura. Quiero que sepa mi hijo que puede contar conmigo siempre sin que se sienta agobiado porque él tiene que vivir su propia vida y esto es algo que no puedo olvidar nunca. Él tiene que vivir su vida como yo un día opté por irme de casa de mis padres para vivir mi vida solo y después con una mujer. Mi hijo tiene el mismo derecho.
Apoyo a mi hijo desde aquí y le deseo todo lo mejor. Y le doy las gracias por haberme permitido vivir la paternidad de una manera completa y muy feliz.
Que todo le vaya bien en la vida. Salud y suerte.


José Cuadrado Morales

viernes, 16 de noviembre de 2018

El afecto es revolucionario


 Se dice que se escribe para conocerse y aclarar conceptos, y esa es mi intención con este texto.
Tras 13 años de diagnostico y alguno más sin el he pasado por diferentes estados y situaciones os voy a contar un poco mi historia:
Yo provengo de clase obrera y tenia conciencia de ello, justo cuando apareció el trastorno –enfermedad estaba implicado en movimientos sociales, podía decirse que era un revolucionario convencido.
Con el tiempo he cambiado bastante mi manera de ver el mundo. He conocido revolucionarios con dinero en el banco, personas bien situadas que han elegido la austeridad y la vida sencilla. Otros que no llegan a fin de mes  y se preocupan de otros valores como la confianza, el afecto, la amistad etc.
También he conocido a personas con las que compartía ideología y se han quedado en dogmas de principio del siglo XX y no parecen evolucionar y a pesar de no coincidir las quiero y respeto.
A lo largo de este tiempo he investigado en corrientes de pensamiento con las  que compartía conceptos e ideas como los cristianos de base,el Taoismo y el pensamiento libertario. También respeto mucho las culturas con las que convivo en el barrio subsaharianos, árabes y latinos, con estos últimos he tenido diferencias pero generalmente me quedo con lo positivo.
También reconozco que he aprobado en la universidad del Pumarejo. Donde nunca me han pedido el carne de militante y me han aceptado como soy. Actualmente participo en el taller de costura de La Casa Grande del Pumarejo, es un espacio donde no se cosen tejidos si no relaciones y amistades. Nos reunimos para vernos y estar a gusto entre nosotros.Nos ponemos al dia con la  Casa, Vecinos, espacios , colectivos,etc.Se puede decir que ejercemos de cuidadores. Y como decía un compañero catalán que nos habita de vez en cuando, Joan . “mi ideología es la amistad” Nosotros intentamos practicarla dentro y fuera del Pumarejo.
A veces pienso que la vida nos va poniendo donde puede y nosotros vamos aprendiendo o evolucionando para superar las adversidades con los medios que tenemos . Lo importante es tener una red de ayuda para no sentirte demasiado solo para tomar decisiones aunque la ultima palabra la tiene uno mismo.
Me siento bien en la URA porque te ayudan sin presion ni imposición. Y eso es para mi es muy importante.
Se puede decir que sigo siendo revolucionario,pero he cambiado el terreno de juego y ahora apuesto por la vida cotidiana y los pequeños detalles y esto no se acaba nunca. La vida no hay quien la detenga y la actitud hacia ella tampoco. Siempre y cuando la enfermedad te lo permita. Ya que no todos los dias esta uno apto para practicar la Revolución Cotidiana.

Jose Maria

jueves, 15 de noviembre de 2018

HAY QUE BAILAR

¡Bailar! ¡Bailar!

Hay que bailar

No tienen ni idea,
de diversión;
¿Como te vas,
a aprender la lección?

El profesor no baila,
el alcalde no baila;
la policía no baila,
¡ Hay que bailar!
¡Bailar! ¡Bailar!

Viejos vinagres,
de corazón;
y ahora baila,
hasta la legión.

El profesor no baila,
el alcalde no baila,
la policía no baila.
¡Hay que bailar!
¡Bailar! ¡Bailar!


Francisco Manuel






lunes, 12 de noviembre de 2018

TODOS MORIMOS

Hace 40 años ahora que yo estudiaba COU, es decir, Curso de Orientación Universitaria, lo que era el antiguo PREU. Ahora ya el COU ha desaparecido, aunque no la Selectividad.
Han pasado 40 años Dios mío. Me estoy volviendo un poco viejo. Pero eso no interesa en estos momentos, aunque a medida que avanza el tiempo estoy más cerca de la muerte. Y esto sí interesa en estos momentos.
En COU yo tenía un profesor de Filosofía que era también filósofo. En cierto modo todos somos un poco filósofos porque todos de alguna manera tenemos una concepción particular y privada de la existencia.
Este filósofo-profesor nos enseñó muchas cosas, entre otras el amor a la propia filosofía. Ya sabemos que la palabra filosofía significa amor al saber. En este caso hablo del amor a la filosofía.
El profesor nos enseñó lo que podía ser la vida según los filósofos. Para cada uno la vida era una cosa distinta. Por ejemplo para el filósofo pesimista por excelencia Schopenhauer el hombre es un ser para la nada. Después de la muerte no hay nada. No sólo muere el cuerpo, sino que no hay alma ninguna, ni paraísos terrenales, ni cielos ni infiernos. NADA. Como el título de la novela de Carmen Laforet.
Era muy discutible la concepción de la vida de Schopenhauer, pero hoy no estoy aquí para discutirlo.
Para Kierkegaard el hombre era un ser para la angustia. Sin duda esto es más demostrable. Todos padecemos alguna vez angustia. Todos sentimos que nos desgarramos, que echamos sangre por el alma, que nos desangramos como si fuéramos bestias descuartizadas en un matadero. La filosofía de Kierkeggard es, por así decirlo, más demostrable empíricamente.
Y así muchos otros filósofos. Todo un curso da para mucho.
Pero lo que a mí me importa de verdad en este artículo es lo que me dijo una vez este profesor. Me marcó para los 17 años que entonces tenía. Dijo: “La verdad es que todos morimos”. No dijo nada más. Dejó que yo, incipiente aprendiz de hombre, sacara mis propias conclusiones. Y durante estos 40 años que han pasado he ido sacando conclusiones de aquella enseñanza y las he llevado a mis libros, a mis artículos, a mis propias vivencias.
Mis padres, por ejemplo, han muerto. Lo sé. Es un hecho objetivo. Sus cuerpos se han ido corrompiendo lentamente en un cementerio. Ya sólo quedarán huesos. Pero ellos siguen vivos en mí, en mi memoria, en las fotografías, en los recuerdos de tantas cosas compartidas.
No sé si tienen alma. Y si la tienen, no sé qué ha sido de ellas. No sé si hay cielo e infierno. Y no sé si de haberlos han ido a un sitio o a otro. No tengo evidencia de nada respecto a otras cosas. Sólo sé como decía mi viejo profesor que todos morimos. Y ésa es una realidad absolutamente evidente, al margen de filosofías de una u otra naturaleza. Es el resumen de todas las filosofías: LA MUERTE.
No sé si es punto y final o es punto y seguido. No sé nada. Sólo puedo hacer conjeturas, tener mis propias teorías sobre el más acá y el más allá, especular. Sobre eso se construye en gran medida la filosofía: sobre especulaciones. Palabras y palabras. Sólo eso. Exprimir el pensamiento para darle sentido a todo esto que hacemos mientras estamos vivos. Exprimir el pensamiento hasta intentar dar con la tecla de cuál es el sentido final de todo cuanto hacemos. Pura filosofía. Pura mortalidad.
El hombre es un ser para la muerte. Pero esto no puede quedar así. No puede ser tan simple. No quiero creerlo. Tiene que haber algo más. Debe haber algo más. Quiero que haya algo más. DESEO que haya algo más.
Mi fe me dice que crea en el más allá. En que el hombre es un ser para la muerte y para un más allá de la muerte. No hay para mí una distinción tan clara entre la maldad y la bondad. No veo las cosas tan simples. No me gusta simplificar. Mi profesor hablaba de los peligros de la simplificación de conceptos. Y el concepto muerte es demasiado complejo como para reducirlo a una mera reflexión. Sobre la muerte se puede hablar tanto que un artículo como el mío sólo es un apunte de cuanto se puede hablar y escribir sobre ella.
La muerte es algo muy importante en la vida de un ser humano. Es el final de una etapa llamada vida. Pero no sé si hay otra vida. No tengo evidencias. Sólo puedo especular. Es decir, sólo puedo especular y llegar a todas las conclusiones que me apetezcan. O aplicar mi fe y decir que creo en Dios y que más allá de todo este teatro me espera una vida mejor. Pero no puedo demostrar nada. Puedo rezar, pero no sé a qué o a quién lo hago en realidad. No lo sé. Sólo sé que tengo que morir. Como decía mi profesor, todos morimos. Es lo único que podemos demostrar. No hace falta llamar a ningún forense que certifique magistralmente la evidencia más absoluta de todo: QUE TODO TIENE UN FIN.
Más allá de este fin desconozco si hay otra cosa. Pero mientras viva quiero sacarle el mayor partido a mi vida, a mis capacidades, a mis hipotéticos talentos. Quiero seguir escribiendo libros, que son evidencias, no simples especulaciones. Quiero seguir con mis novelas hasta que mis fuerzas aguanten y me aguanten mis lectores. Quiero vivir y escribir. En eso resumo mi vida. Y quiero amar, tener la sensación de que el amor nunca muere. Aunque muera como cualquier cosa que sentimos cuando morimos. La muerte es el final de los sentimientos, de las emociones, de los deseos, de los anhelos, de las aspiraciones, de las ambiciones, de las necesidades, de los porqués, de todo. Todos morimos. Y cuando morimos lo hacemos absolutamente. No a medias o poco a poco. Sino de forma absoluta. Existe un punto y final.
Para mí hay algo más. Yo rezo como he dicho recientemente en un artículo, pero la muerte es el final de muchas cosas al margen de que después de la muerte puedan existir otras. La muerte supone el final de demasiadas cosas y para las personas de fe supone también el principio de otras. Y no sabemos cuándo morimos, que es lo mejor de todo. Se sabe cuándo vamos a nacer casi con total exactitud. Pero nadie sabe cuándo va a morir exactamente y no me vale el ejemplo de los suicidas. Esos aniquilan la vida de manera cobarde. Hablo de la muerte muerte, de la muerte poderosa que aniquila todo atisbo de existencia y se traga todas las filosofías. Se traga la nada de Schopenhauer, la angustia de Kierkegaard, el existencialismo de Jean-Paul Sartre, la complejidad de Kant, el escepticismo de unos, el hedonismo de otros. La muerte es un chupón terrible que se lo traga todo como un inmenso desatascador que lo tragara todo con despiadada impiedad, valga el juego de palabras.
Mi artículo ni es negativo ni es positivo. No me gustan las categorías absolutas. Mi artículo constata la realidad de la muerte, harto indiscutible. Puede haber algo más allá de ella, algo indemostrable. No sé qué es la fe pero creo en ella. Pero sí sé qué es la muerte. Y creo en ella pero no me da la gana creerme que la muerte es la triunfadora. ¿Por qué demonios tiene que ser la muerte la triunfadora? ¿No tendrá la vida una carta guardada en la manga? ¿No habrá una estrategia desconocida que nos espere más allá de tanto tanatorio y tanta morgue?
Decía mi profesor y guardaba silencio después que todos morimos. Dejaba en el aire la frase como una terrible pregunta. Yo era sólo un muchacho de 17 años que anhelaba ser periodista y escritor y me dejó descolocado. No me he quitado de la cabeza esa frase. Era una manera de educar muy tremendista, como si hubiese sido creada por el mismísimo Camilo José Cela.
Creo que mi profesor, después de 40 años, habrá sucumbido a la muerte. Yo aún sigo vivo. Tengo 57 años. No sé cuándo me voy a morir. Sé que seguiré escribiendo y procurando hacer el mayor bien posible. Quiero a mi hijo. Me consta. Y quiero a más personas y siento que ese amor es real. Se han muerto muchas cosas en mi vida, pero no se ha muerto mi vida. Y no sé cuándo lo hará. No sé si es una victoria de la muerte o la carta en la manga de la vida. Ahora mismo me da igual. Voy a seguir rezando mientras viva. Y escribiré hasta que me quede una sola gota de tinta de máquina de escribir antigua. Esto sí puedo afirmarlo. Mientras el cuerpo aguante estoy aquí para todo. Salud y suerte.


José Cuadrado Morales

miércoles, 7 de noviembre de 2018

Nº45 REVISTA LO+




Este ha sido un año difícil para nuestro blog, como habéis podido observar, han disminuido notablemente el número de artículos publicados y solo hemos editado  un número de nuestra revista. ¿Motivos?  Miles, unos para bien y otros para fatal, hace unos meses nos dejó uno de nuestros mas apreciados y productivos colaboradores, Jaime, él además de escribir buenos artículos, colaboraba en  las redes sociales y ayudaba a editar la revista, descanse en paz.  Otros, por suerte, han iniciado una etapa diferente marcada por la su recuperación, Silvia ha empezado a estudiar una carrera universitaria, David ha comenzado el acceso a la universidad para mayores de 40 años, Antonio se busca la vida haciendo pequeñas chapuzas y ayudando a muchos comercios del barrio a cambio de algo de dinero, está buscando empleo y seguro que lo encuentra, Miguel Ángel ha estado trabajando durante unos meses para el ayuntamiento y aunque ha vuelto a colaborar con nosotros, está deseando seguir en el mundo laboral. 
Por suerte contamos con nuestro incombustible José Cuadrado, el más ilustre y productivo de los autores del Blog, sin olvidar a Diego,  el gran observador y crítico social, YFC, comentarista y articulista habitual,  Jesús y sus trabajos sobre la psicología de las personas, Jorge, actual maquetador de la revista y encargado de publicar en redes sociales, Benjamín e Isaias, que nos dejan publicar artículos de su Blog personal, que ahora tienen abandonado y deberían retomarlo. También han empezado con nosotros Sara, José María y muchos otros. Nunca es tarde si la dicha es buena con lo que aquí tenéis el número 45 de nuestra revista LO+.