Se trata de una producción de
Estados Unidos del año 2014 dirigida por el canadiense Philippe Falardeau,
conocido desde que hizo su película Profesor Lazhar. Entre los actores destaca
por encima de todos la oscarizada actriz Reese Witherspoon. Después hay un
amplio reparto y del mismo podemos destacar a Arnold Oceng, Sarah Baker y
Emmanuelle Jal.
El proyecto ha podido salir
adelante gracias al apoyo interpretativo de Reese y al apoyo económico de Ron
Howard, actor prodigio en primer lugar, director de éxito después y ahora
productor. Junto a él su inseparable Brian Grazer. Además hay otros productores
menores que han podido dar salida al proyecto de Falardeau.
El tema general de la cinta
es el de las guerras civiles en África, tan abundantes, tanto de origen tribal
como de origen religioso. De las guerras tribales podemos destacar la guerra
civil de Ruanda entre dos facciones tribales, los hutus y los tutsis, habida
hace pocos años. El cine ha dejado constancia de ella en películas como Hotel
Ruanda donde Don Cheadle hace de una especie de Schindler africano en una
película francamente buena.
La buena mentira habla de
guerra civil por factores religiosos. En este caso se centra en Sudán, dividida
en Sudán del Sur de mayoría cristiana y Sudán del Norte de mayoría musulmana.
Tuvo lugar sobre 1983. Fueron los musulmanes los que atacaron a los cristianos.
Fue muy cruenta y dejó un considerable número de muertos.
Es la historia de cinco
hermanos apellidados Deng: Cío, Paul, Jeremías, Mamere y la mujer Abital.
Cansados de la guerra se dirigen a Etiopía, pero cuando llevan andados 500 kilómetros les
dicen que allí también están en guerra, por lo que tienen que desandar el
camino andado. Se dirigen entonces a Kenia, adonde llegarán tras un duro camino
y más de 1000
kilómetros de recorrido. Llegan a beber orina diciéndose
a sí mismos para darse ánimo: Yo quiero vivir, yo no quiero morir. Y así lo
repiten muchas veces para no venirse abajo.
Son los niños de la guerra.
Niños soldado de Sudán. El director quería que los actores fueran también como
en la vida real, porque la película está basada en hechos reales, niños soldado
en su mayoría y sudaneses. Son los llamados Niños Perdidos del Sudán.
Llegan a Nairobi, Kenia, al
campo de refugiados, inmenso. Allí viven 13 años hasta que les toca la lotería
de ir a Estados Unidos para reubicar sus vidas. Irán todos menos Cío. Todo gracias a Reese, trabajadora
social, y a un miembro femenino de una especie de ONG llamada Caridad y fe.
Cuando llegan a Estados
Unidos son separados: los hombres van hacia Kansas City, Missouri, y la mujer
va a Boston, Massachussets. Es el mal menor porque por lo menos disfrutan de
libertad en condiciones mucho mejores que las que tenían en el campo de
refugiados.
Los cuatro están encantados
con las casas de acogida. Radiantes. Para ellos un colchón mullido es un
triunfo vital. Pronto les consiguen empleo. Un hombre irá a una cadena de
montaje porque tiene mucha habilidad con las manos. Los otros dos hombres van a
una tienda de alimentación donde discuten con el dueño por tirar los alimentos
que tienen fecha de caducidad y que para ellos serían comestibles en su país.
Por esa discusión serán expulsados. Es lo que ahora va a hacer el Alcalde de
Sevilla, que va a multar a los que hurguen en los contenedores de basura
buscando comida cuando en esos contenedores hay comida en buen estado al lado
de los restaurantes o de los supermercados como el de la película.
Mamere, uno de los
expulsados, decide ponerse a estudiar porque quiere ser médico. Entra en clase
para adultos y le mandan leer el libro La buena mentira, uno de los motivos del
título de la película, pero no el más importante. Al final de la cinta, después
de las fotos de los niños soldado y antes de los títulos de crédito, aparecerán
los logros de los Niños Perdidos: médicos, ingenieros, etc…
Cuando llega la Navidad todos se verán en
casa de Reese. Están literalmente alucinados con toda la decoración. Pero falta
Abital. Reese y la miembro de Caridad y fe hablan y se la traen a la casa de
Reese como casa de acogida. Aquí peca la película de exceso de sentimentalismo,
de demasiada ternura que hace que la película sea un poco empalagosa.
De África llega una carta de
Cío. Va a verlo Mamere y le da su pasaporte con la foto de Cío. Es la manera de
que pueda cruzar la frontera y marchar a los Estados Unidos. Es la buena
mentira de la que habla sobre todo el título de la película. Cío también tiene
derecho a disfrutar de las comodidades de los Estados Unidos, aunque ello
suponga el sacrificio de Mamere.
Al final de la película
también se pone un proverbio africano: Si quieres ir rápido ve solo, si quieres
ir despacio ve acompañado. Mamere ha ido solo a África para ir deprisa y
conseguir el traslado inmediato de Cío a los Estados Unidos.
La música está francamente
bien, mezclando hábilmente los ritmos africanos con otros ritmos occidentales.
La película se construye a
base de numerosos flash-backs, muy cortos, de cuando los cinco vivían en
África. Eso no rompe el equilibrio de la película en absoluto y aporta una
información necesaria para el
conocimiento de los hechos de la cinta.
La película dura 110 minutos
y no se hace larga en ningún momento.
Apenas ha tenido publicidad.
eOne Films ha sido la distribuidora de la película que no le ha dado
prácticamente publicidad por lo que me temo que la película durará poco en
cartelera.Podemos considerar que La
buena mentira es una buena película con reservas y apenas si consigue las tres
estrellas, pero se las daremos por la denuncia que hace de las guerras tribales
y religiosas de África. Nunca serán suficientes las denuncias. Salud y suerte.
José Cuadrado Morales