jueves, 14 de marzo de 2013

DEJANDO DE FUMAR IV


Primeras semanas después de la última visita al psicólogo de unidad de tabaquismo.
Ya  llevo dos meses sin fumar. El humo que inhalo de tabaco solo puede ser  procedente de otros. Todavía algunas veces se me apetece un cigarrillo, pero ahí se queda, en la simple apetencia porque he decidido no volver a fumar ni uno solo de ellos, eso es lo que me digo cuando por momentos parece que pudiera volver a recaer: ya, ni uno. Se que por uno que me fume no va a pasar nada, pero mas vale no darle oportunidad a la enfermedad, a que vuelva a aparecer. Puede parecer que no, pero es que si, es una verdadera enfermedad, aunque en el pasado pudiera parecer que no, sobre todo si se fuma lo que yo fumaba, que ya os conté, y como yo fumaba, es decir, con tal grado de dependencia del tabaco. Sigo con los chicles, no de nicotina sino normales, desde hace mes y medio, pero cada vez los necesito menos. He engordado un tanto, apreciable, pero en lo referente a la salud, preferible esta obesidad de grado menor que el tabaquismo. Somos unos cuantos compañeros los que tenemos este problema, los que queremos dejar de fumar, lo que nos lleva a dejarlo o a reducir, que reducir no es poco, creo que es lo mejor que se puede pensar, aunque creo que si se quiere no volver a tener problemas con el tabaco lo mejor es dejarlo definitivamente. Mi preocupación no es sólo por mi persona, sino también por mis compañeros, y a ellos les ocurre lo mismo que a mi a este respecto. Vamos apoyándonos unos en otros, en la medida que podemos o que sabemos, y como sabemos y podemos, incluso a veces perjudicándonos unos a otros sin darnos cuenta por la diferencia de puntos de vista o focalizaciones de la enfermedad que tenemos en esa visión particular que es el dejar de fumar en cada uno de nosotros. Pero, o como algunos, dejamos de fumar, o como otros, fuman menos y siguen concienciados en que lo mejor es no depender del tabaco para nada, lo importante creo es seguir concienciados en que tarde o temprano hay que dejar de fumar si todavía no se ha conseguido dejar el tabaco.
Ultimas semanas después de la última visita al psicólogo de unidad de tabaquismo
Para poder decir, médicamente hablando, que se ha dejado el tabaco tienes que estar sin dependencia del mismo al menos durante un periodo de un año. Es durante un año el periodo durante el que se tiene el apoyo de un psicólogo. Yo y un compañero lo estamos intentando dejar al mismo tiempo: yo llevo estos dos meses sin recaídas, pero mi compañero y amigo si las ha tenido, una este mismo día en que escribo. Sale a una recaída al mes. Se ha pasado, según me ha contado, la noche sin dormir, con nerviosismo, típico de la enfermedad que padecemos, y ha tenido que fumar. Hay que pensar que es solo una recaída, no más y seguir con la misma idea de partida, pienso. Es verdaderamente muy malo el tabaquismo y muy malas las consecuencias que puede tener para la salud del enfermo. Pero, incluso con lo que a nivel informativo se ha desplegado para dejar claras  las consecuencias de esta enfermedad, se sigue, no solo fumando sino empezando a fumar, y lo que es peor por lo que nos puede deparar el futuro, la dependencia a veces parece que es tal que puede llevar a la muerte antes que remita la enfermedad. Hay un compañero que necesita de una bombona de oxigeno durante unas cuantas y largas horas al día por un problema con el monóxido de carbono en sangre, y no es capaz de dejar el tabaco. La dependencia es muy grande en muchos casos y llega a extremos que son difíciles de imaginar. Por eso, si puedes no le des tregua ni tampoco oportunidad al tabaco.
Hoy ha estado viéndome el psicólogo en la unidad de tabaquismo. Después de los tres primeros meses de tratamiento, ya empiezan a darte citas con un espacio de tres meses de duración entre cita y cita. Estoy mejor, pues no fumo, llevo un mes sin ningún tipo de medicación sólo apoyándome en chicles sin nicotina; los niveles de monóxido de carbono son bajos, aunque no lo que deberían pues a pesar de que no fumo el nivel citado es el mismo que cuando fumaba, curiosamente. En todo este tiempo, solo al principio en una ocasión dichos niveles se redujeron a la mitad. Por cierto que cuando daban tan alto la última vez que me los midieron pudo ser por error del aparato, según me comentó mi enfermera en la unidad. También hay que tener en cuenta con respecto al aparato que el procedimiento para soplar debe ser siempre el mismo procurando no despistarnos, lo que suele ocurrir y pueden falsear los resultados, pienso al reflexionar sobre las veces que he soplado y como he soplado en la máquina. El resultado es bueno según el especialista, que es lo importante. Hay que procurar que no haya recaídas, de lo contrario puede hacerse necesario volver a tomar la medicación. Esto último es lo que le han comentado a mi amigo.
Me digo que lo que hay que tener con el tabaco es firmeza en las decisiones si lo que se quiere es que no vuelva a darte problemas. 


Jesús

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