En una ciudad existían dos amigos que habían crecido juntos pero que el destino se había encargado de darles una vida diferente.
El primero había prosperado de tal forma que se había convertido en un rico mercader, con negocios muy importantes, y era como si se dijera que “ nadaba en oro “ y mientras mas ganaba mas gastaba, en todo tipo de lujos y placeres creyéndose así el hombre mas dichoso del mundo, y conseguir de esta manera la felicidad completa, pero el, en verdad, no era feliz. Estaba hastiado de gastar y gastar siempre en las mismas cosas absurdas, y se entristeció de tal modo, que pensaba que su vida no tenia sentido, habiendo probado ya, todo tipo de despilfarros.
El segundo, por el contrario, se había hecho alfarero, era muy pobre, y se sustentaba día a día con el esfuerzo de su trabajo, siendo muy pocos sus gastos, y solo ocupándose de llenar su vida con lo estrictamente necesario.
Pero así de esta pobreza, encontré un sentido a la vida, y puede decirse que había conseguido ser feliz, sin grandes lujos ni grandes gastos. El primero murió abrumado de tanta corrupción y placeres, mientras que el segundo pudo ver blanquearse su pelo, y llegar a una fase muy avanzada, pero siempre basando su filosofía de vida, en la sencillez y en la pobreza.
J. Antonio
Tienes toda la razón, quiero ser la algarera de mi propia vida y gozar con las cosas sencillas que la vida me da.
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