lunes, 30 de septiembre de 2019

ADIOS NO ES SIEMPRE ADIOS. SUPERANDO EL T.O.C.

El pasado mes de julio me despedía para las vacaciones de verano de los lectores del blog con un adiós pasajero. Porque adiós no siempre significa adiós. Significa un hasta luego, un hasta pronto, un hasta siempre porque estoy aquí otra vez hoy, mes de septiembre, cuando acaba de nacer la estación del otoño, dispuesto a transmitir mis vivencias a todos aquellos que estén interesados en ellas, a todos los que son cómplices de mis vivencias y de mis trasiegos por esta hermosa aventura del vivir.
He pasado un verano atípico. Para empezar diré que no he salido de vacaciones mis cuatro días como suelo hacer todos los años a Madrid o a Arcos de la Frontera. Madrid como gran ciudad donde me puedo perder maravillosamente pasando completamente desapercibido. Y Arcos como pueblo blanco extraordinario donde disfruto de una paz muy especial que es absolutamente increíble.
No he podido salir de vacaciones por problemas económicos entre otras muchas razones, pero tampoco he estado tan mal en la ciudad todo el tiempo. Lo he dedicado fundamentalmente a un trabajo que tenía pendiente de realizar: luchar de verdad contra el trastorno obsesivo compulsivo o TOC que me tiene hecho prisionero desde hace unos años que ya no sé cuántos son en realidad.
He establecido una estrategia de trabajo muy dura. Tenía que vencer lo máximo posible al TOC. Y lo he conseguido. Se puede decir que he superado el TOC un 60%. Me queda un 40% por superar. He luchado muy duro para poder superar los rituales y las manías que conlleva esta dolorosa enfermedad, muy extendida pero poco considerada científicamente. No digamos personalmente.
Ya no me llevo todas las mañanas dos horas repasando las cosas de la casa, los pensamientos obsesivos que me tenían hecho un esclavo, los múltiples rituales que me hacían perder un montón de tiempo de mi vida, vida irrecuperable. Y es ésta uno de los efectos secundarios más terribles del trastorno obsesivo compulsivo: la pérdida de tiempo, que es tanto como decir que es pérdida de vida. Y quiero decir claramente que mi vida es mía, que es justamente el título de una película de una persona que quiere que le apliquen la eutanasia porque padece una enfermedad que lo tiene absolutamente paralizado en una cama. El actor es Richard Dreyfuss.
Ya no quiero que el TOC me robe más vida. Mi vida es mía insisto y estoy cansado de esas mañanas largas en las que tenía que levantarme a las tres de la madrugada para empezar a hacer los repasos y rituales que me tenían esclavizado cada día más. Ahora ya me levanto a las 6 de la mañana. Consigo dormir a veces más de 6 horas, algo impensable anteriormente. He ganado en sueño y en calidad de vida, y me siento más optimista porque creo que he recuperado mi vida.
Pero todavía queda el 40%, pero no me hacer eso ser negativo porque ahora me siento con la voluntad suficiente como para superarlo. Tengo el camino trazado y no tengo más que seguirlo. Aún queda mucha lucha, mucha batalla, mucha guerra, pero voy a resultar el vencedor.
Me han ayudado mucho las pastillas, la medicación. Sin las pastillas de las que antes abominaba no hubiera sido capaz de superar el TOC en un 60%. El tratamiento que me han puesto me ha ayudado a ver las cosas con más claridad, sin estar medio dormido siempre como estaba antes. Ahora no me quedo dormido en cualquier sitio. Ahora tengo la mente más lúcida, más fresca y una actitud más positiva para hacer frente al resto de la enfermedad que aún me queda por derrotar.
Adiós no es siempre adiós y aquí vuelvo a estar con una disposición más positiva, con una capacidad de lucha de la que antes carecía. Me siento nuevo , fresco, con un cansancio positivo. A veces hay que cansarse para alcanzar la victoria. No me cansa decir adiós al TOC cuando lo venza del todo si es que llega algún día esa realidad que tanto anhelo.
He leído mucho en verano. Sobre todo las obras completas de Basho, un poeta japonés especializado en haikus. Un libro maravilloso, pleno de belleza y de sabiduría.
He leído también un libro de aforismo de Lechowski, un rapero escritor. Un libro que me regaló mi hijo por mi cumpleaños. Un conjunto de aforismos inteligentes, algunos obvios, que me han marcado también la guía hacia la superación parcial del trastorno obsesivo compulsivo.

He releído por enésima vez el libro Narciso de Germán Sánchez Espeso, Premio Nadal de 1980. Un libro extraordinario que me ayudó a conocer enormemente las características de la novela contemporánea. Es una pena que este autor desapareciera y dejara una obra tan corta.
He leído libros de poesía de amigos que me los han enviado generosamente para conocer sus últimas producciones.
He repasado varias veces mi último libro Sentimientos y emociones. Quiero detectar posibles errores para no cometerlos de nuevo en mi próxima novela.
He escrito algo. Poco. Yo soy escritor de inviernos.
He salido con mi hijo para estrechar relaciones cada vez más intensas. Mañana tengo mi próxima cita con él. Ya trabaja y tiene más dinero que yo. Ya paga él las comidas. Es un hombre y quiero que me haga pronto abuelo. Tengo ese sueño.
Adiós no es siempre adiós y aquí estoy diciendo hola con todo el coraje del mundo, dispuesto a empezar un nuevo curso con toda la fuerza del mundo.
Tengo pendiente un estudio del hígado que lo tengo algo graso y estoy pendiente de pruebas para determinar si necesito medicación o no. Estoy moderadamente preocupado. Gracias a Dios ya no soy tan hipocondríaco como antes. Eso también lo he superado casi del todo.
En definitiva un verano muy rico. No he echado de menos Madrid ni Arcos. Tal vez caigan más adelante sin que tenga que ser verano. El otoño y el invierno también son estaciones hermosas que tienen sus particulares encantos. Quiero seguir descubriéndolos.
Adiós no es siempre adiós. Yo os saludo, amigos míos, lectores queridos que siempre estáis ahí leyéndome y haciendo comentarios de mis escritos. Yo agradezco vuestra generosidad, del mismo modo que yo me entrego plenamente en mis escritos.
Sigamos juntos un curso más que espero sea muy fructífero.
TODO EMPIEZA BIEN.
Todo terminará bien.

Salud y suerte.


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