jueves, 27 de junio de 2019

LA MUERTE DE JOSÉ ANTONIO REYES

Veremos a ver si no se malinterpretan mis palabras como se han malinterpretado las de Santiago Cañizares, ex-portero del Valencia y del Real Madrid. Él dijo que se estaba despidiendo a Reyes como si fuera un héroe, cuando en realidad era un conductor temerario que había perdido la vida por su pasión por la velocidad. De héroe nada.
Yo suscribo las palabras de Cañizares. Vale el homenaje al futbolista desaparecido en trágicas circunstancias, el homenaje a todo lo que fue como futbolista, a los equipos en los que jugó, a su goles, a su estilo de juego tan particular. Pero no se puede idolatrar al hombre que era un peligro en la carretera para él mismo como se ha demostrado y para los demás, como también ha quedado demostrado.
Reyes era lo que yo llamo una persona con inclinación suicida. Cualquiera que tenga dos dedos de frente juzgaría el comportamiento de Reyes en la carretera como suicida. Era cuestión de tiempo que perdiera la vida y destrozara la vida de su mujer y sus hijas. Era sólo cuestión de tiempo.
Reyes colgaba fotos en internet conduciendo sin cinturón de seguridad y a alta velocidad. Eso es un delito, no sólo para que te quiten puntos. En cualquier momento podía estallar una rueda y pasar al carril contrario y llevarse por delante a quien viniese por ahí. No ha sido el caso. Él y sus familiares han pagado exclusivamente las consecuencias de su comportamiento criminal.
No entiendo tanto bombo como se le ha dado a la muerte de Reyes. Lo considero muy exagerado. Distinto fue lo de Antonio Puerta. Estaba más justificado porque murió casi en el terreno de juego y no tenía posibilidades de supervivencia. Reyes tampoco pero por motivos muy diferentes.
No se sabe a ciencia cierta si conducía él o uno de sus primos. Da igual. El responsable último era él por permitir que se condujera a la velocidad a la que dicen iba el coche: más de 200 kilómetros por hora. En otros medios han dicho que hasta 237 kilómetros por hora. Una barbaridad.

Reyes presumía de tener coches de alta gama. He visto fotos en internet con Reyes con sus coches de alto standing presumiendo de velocidad, de poseer coches con los que podía correr a altísima velocidad. Estaba siempre sonriente por esa pasión que se ha llevado su vida.
Cada uno es responsable de sus actos. Y Reyes ya tenía 35 años, edad más que suficiente para ser responsable absoluto de sus actos. En este caso irresponsable. No se puede ir por la carretera a la velocidad a la que iba el coche de Reyes. Lo normal son 120 ó 140 kilómetros por hora. Eso era poco para él.
Es como en la saga de Fast and Furious . Los protagonistas son unos psicópatas de la velocidad y no dudan en cometer todos los actos criminales posibles para correr más y más. El protagonista principal murió como Reyes. En la vida real iba conduciendo a una altísima velocidad y se estrelló y murió carbonizado. No murió del golpe, sino del incendio que se originó después. Una muerte terrible. La misma muerte de Reyes. El protagonista de la saga se llamaba Paul Walker y me gustaba como actor. En casi todas sus películas los coches eran su pasión o los coprotagonistas.
Ha sido demasiado el bombo que se le ha dado a la muerte de Reyes. Al final la muerte es lo que importa, pero también el cómo. Y el cómo es ilegal. Murió cometiendo una ilegalidad. Y eso hay que decirlo tan claramente como lo ha hecho Santiago Cañizares, pero la verdad gusta a pocas personas y mucho menos en este país llamado España.
Se suspendió la jornada en La Liga 1,2,3 y muchas otras cosas que me parecen excesivas. Al final hay que lamentar la muerte de una persona, pero hay que censurar sus actos delictivos porque cada vez que se ponía al volante era un peligro para cualquiera que se cruzara con él.
Yo he leído muchos comentarios en internet antes de morir Reyes en los que se le censuraba por su exceso de velocidad. Él mismo presumía de su alta velocidad. Iba por Utrera corriendo muchísimo y demostrando continuamente que era un peligro viviente.
En los discursos tras la muerte de Reyes se ha debido de insistir más en la realidad para que la muerte de este futbolista sirva de ejemplo para otros locos de la velocidad que se van jugando la vida y poniendo en peligro la vida de los demás. Era una persona conocida y se ha debido de utilizar su muerte para hacer campaña en contra de la alta velocidad en carretera. No se ofendía a nadie por ello. Como tampoco estoy yo ofendiendo a nadie por decir todo lo que estoy diciendo.
Creo que el Presidente del Sevilla F.C., José Castro, se quedó con las ganas de decir algo al respecto. Él ocupa un puesto de responsabilidad y debe de decir siempre toda la verdad para que su figura sirva de ejemplo para los demás.
Que la muerte de Reyes no sea en vano. Que sirva para poner límites de velocidad más moderados, para que los locos de la velocidad dejen de serlo y respeten las normas de seguridad vial.
Ojalá este artículo sirva para algo. Salud y suerte.


José Cuadrado Morales.

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