miércoles, 20 de junio de 2018

¿PARA QUÉ SIRVE LA POESÍA?

Hace más de 25 años di una conferencia en la Asociación Cultural Nueva Acrópolis de Sevilla, que repetiría después en la de Cádiz. El tema que traté fue para qué sirve la poesía. Ha pasado mucho tiempo, es lo primero que constato. Ha corrido a la velocidad de la luz y me ha puesto ya en los 56 años, y me siento un poco mayor y acomplejado. Supongo que me falta madurez. El caso es que el tiempo pasa o, como decía Antonio Gala, la vida nos transcurre. A toda velocidad. Decía un abogado Presidente del Ateneo Popular de Sevilla que la juventud es un defecto que se cura con el tiempo. Efectivamente: mi defecto se ha curado. Ahora veo más cerca la tercera edad que la juventud. Soy un poco negativo, lo admito.
En aquellos tiempos aún no había publicado libros de poesía. Tantos años después ya he publicado 14 libros de poesía y ahora estoy metido en la novela. Muchos críticos de mis poemas han dicho siempre que yo estoy más preparado para la narrativa que para la poesía. Por lo que a gusto que me estoy sintiendo con mis novelas creo sinceramente que llevaban razón. La vida no enseña con el paso del tiempo cosas que en algún momento nos parecía imposibles.
En aquellos años yo era muy joven y empezaba en el mundo de la poesía con un premio literario, el de Noches del Baratillo, una asociación literaria. Gané con el poema Deseando la rebeldía frente a mi depresión. Pero ya me gustaba reflexionar sobre la poesía y las posibilidades que ofrecía para los lectores y para uno mismo.
A mí me liberaba muchísimo, echaba fuera mis emociones positivas y negativas, me quedaba muy relajado. La poesía era un sedante, un relajante, una medicina del alma que me ayudaba para seguir viviendo. Todavía no había aparecido la enfermedad y la poesía era mi medicina favorita, predilecta, que me daba una fuerza tremenda para seguir adelante siempre, fueran cuales fueran las circunstancias.
Propuse a la directora de Nueva Acrópolis esa conferencia y empapelaron la ciudad con carteles de ella. Me ilusioné muchísimo y uno de los jefes de la Asociación me comentó que se iban a enterar por fin de para qué servía la poesía.
La poesía siempre ha sido la hermana pobre de la Literatura. Muy olvidada muchas veces por diferentes razones, yo quería darle el protagonismo que merecía y por eso escribí la conferencia. La poesía es una de las bellas artes y merece estar en un sitio reconocido. Hay muchos poetas importantes que demuestran que es muy difícil escribir buena poesía y trasmitir a los demás los sentimientos y todas las emociones que pasan y pesan en el interior del alma.
Hablé, lo recuerdo bien, de diferentes poetas como Vicente Aleixandre, sevillano ganador del Premio Nobel de Literatura en 1977. Hablé de Juan Ramón Jiménez, también Premio Nobel de Literatura en 1956. Para él la poesía lo era todo. Él decía: “Inteligencia, dame el nombre exacto de las cosas”. Y eso le llevó a su obsesión por la poesía desnuda, pura, suya para siempre. Es un gran poeta, uno de los que más me ha influido.
Y me han influido en general los poetas románticos alemanes. Tenía un libro que presté y perdí que hablaba de ellos y me enseñaron mucho. Me enseñaron sobre todo a querer la poesía como una de las principales armas de la vida.
La poesía sirve para transmitir los sentimientos a las personas queridas. Muchas veces las parejas se han enamorado con un poema hermoso escrito para la ocasión. Y a veces con una respuesta en un duelo de poetas. Yo he conocido a muchas personas gracias a la poesía y he hecho hecho muchas amistades y he conseguido parejas más o menos estables que me han dado mucha felicidad. La poesía es una fuente de comunicación excepcional que acerca a las personas con sensibilidades comunes y que procuran estar en sintonía por el bien de ellas.
La poesía ayuda muchas veces a comprender los comportamientos más insospechados. Leyendo poesía se trasciende la realidad y conseguimos un estado de comunicación más elevado que nos lleva a la consideración de que todo lo que se vive merece la pena realmente.
La poesía es una manera directa de enseñar a los niños a amar la Literatura. Muchos niños, muchísimos, han aprendido a amar la Literatura leyendo por ejemplo los poemas infantiles que tenía Gloria Fuertes, quien también escribía para adultos. Su poesía para adultos tiene mucha calidad también. También Lorca, por poner un ejemplo, escribió poesía para niños. Los niños se sienten identificados con ella y empiezan a querer a la poesía desde muy pequeños y ya son captados como lectores permanentes para siempre.
La poesía es también una manera de suavizar la realidad, de limar los acontecimientos más difíciles, de afrontar la muerte que es una experiencia muy dura. La poesía se suele leer mucho en los cementerios, tal vez por la melancolía que se asocia a los poetas. Muchos de ellos leen en la muerte de sus poetas preferidos en sus exequias para que se vaya al otro mundo escuchando versos propios y ajenos.
Suelen ser frecuentes las tertulias en las cafeterías o en los bares donde cada vate va a recitar sus versos, a convertirlos en sustancia tan ajena como propia. Yo mismo creé una tertulia, la Tertulia Literaria Alba de Mares, donde se leía sobre todo poesía. Duró unos cuantos años hasta que me cansé de dirigirla y quise dedicarme sobre todo a escribir poesía, no a escribir sobre poesía y darla a conocer a los demás. Necesitaba tiempo para mí, para mis propias creaciones, no para la divulgación de la obra de otros. Dejé de leer poesía en gran medida para dedicarme a escribir, a publicar mis propios libros que es una tarea ardua, a veces tanto como hacer una película por el tiempo que se tarda en escribir un libro, corregirlo, pasarlo a limpio, enviarlo a la editorial, corregir las pruebas de imprenta por dos veces y esperar la publicación ya lista. Meses llevo esperando mi último libro, aunque éste es de narrativa.
La poesía es un manual de metáforas y otros recursos estilísticos que le dan un valor especial a la palabra. La palabra se trasciende y adquiere significados desconocidos para ella y se eleva por encima de sus propias posibilidades. La poesía sirve para explorar más allá de las palabras para que éstas demuestren la riqueza que tienen y hasta qué punto desconocemos la lengua que hablamos.
La poesía sirve para hacer amigos. Yo recuerdo las veces que he ido a las Ferias de Libro de los pueblos y cómo la gente se ha acercado a hablar conmigo, con el autor de los libros. Lo mismo me ha pasado en los recitales y conferencias. Se acerca uno a los demás con una franqueza libre de todo obstáculo y surge la amistad y algo más.
He escrito muchas dedicatorias en mis libros de poemas. En ellas
he ido dejando mi vida a trozos, mi alma toda poquito a poco hasta el punto de desgastarme y necesitar ya pasarme a la novela. La poesía te exige un esfuerzo tremendo y enorme que muchas veces no te exige la novela porque en la poesía hay que condensar mucho en muy poco espacio y ése es un trabajo francamente duro. En la novela no hay por qué limitarse tanto y se puede trascender más y dar más detalles y crear personajes, etc. La poesía es a veces fácil de leer, pero en otras ocasiones es muy críptica. Es una de las razones por las que se dice que se lee poca poesía: porque mucha gente cree que es muy difícil. A veces es cierto, pero la mayoría de las veces no es así. Es cuestión de ir conociendo al autor por lo que escribe y por cómo es y entonces todo resulta más infinitamente sencillo.
Para muchas más cosas sirve la poesía pero creo que ya ha quedado un poquito claro en este artículo cuáles son muchas de sus utilidades.
Yo en mis novelas también introduzco poesías porque yo escribo novela contemporánea que te permite un mayor margen de maniobra. Mezclo novela contemporánea, novela surrealista, monólogo interior libre, poesía y otros estilos y recursos para que el resultado sea lo más ameno posible.
Así que nunca olvido a la poesía y todas las cosas buenas que me ha dado y para las que sirve con total fidelidad.
Seguid leyendo siempre y no dejéis de lado la poesía. Salud y suerte.


José Cuadrado Morales

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