lunes, 7 de mayo de 2018

EL MIEDO A LA MUERTE

       He leído que el miedo a la muerte cuando es excesivo puede provocar una enfermedad mental, una neurosis. Se habla de que algunos pueblos autóctonos de EEUU se tomaban la muerte como la cosa más natural del mundo, de hecho cuando llegaban a una cierta edad ya más que madura las personas de estos pueblos se marchaban en soledad y sin alimentación al lugar mas alejado de la población para dejarse morir. Lo que nos quieren transmitir es que la muerte hay que verla como algo natural, algo tan corriente como cualquier otra cosa de la vida, formando parte de ella. Fiestas como las de Hallowen ayudan a verla de una forma más común, formando parte de nuestro mundo y de nuestra vida cotidiana. Incluso la mortalidad infantil hay que procurar verla como algo corriente por mucho que nos duela o nos choque que una persona muera a una edad prematura. Ahí está y es inevitable en muchas ocasiones. Esto no significa que no hagamos nada para intentar que no se de, debemos poner todo los medios para que no ocurra, ir contra ella con todos los medios que tengamos a nuestro alcance, apoyándonos sobre todo en la ciencia. Pero hay que procurar no obsesionarse con la misma. Obsesionándose no arreglamos nada más que enfermar. Algo que te cuentan los que han perdido prematuramente a un ser querido es  que ha sido tan duro que han perdido incluso las ganas de vivir pero que con ayuda de los demás y esforzándose lo llevan adelante si no está del todo superado.

      Tenemos que llegar incluso a esforzarnos  para comprender que la muerte es buena, pero así es. Hay que llegar a pensar que incluso la mortalidad infantil es un hecho inevitable en ocasiones y que cumple una función. El desconocimiento del sentido último de la vida, dice un psicólogo del que estoy leyendo un  libro,  es positivo pues nos dice que pertenecemos a un universo enorme y complejo.

Jesús

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