En una charca, cerca de las marismas, vivía sólo, un patito, despreciado por su fealdad.
Este patito, no sabía su destino, estaba perdido, desesperado buscando un
poquito de ternura, amistad, cariño… pero nadie le quería.
Con el tiempo, este patito feo, fue creciendo, y madurando
muy a su pesar. Hasta que de pronto, una hembra, orgullosa ella, de cisne
blanca, reparó en lontananza en un animalito que deambulaba por la orilla del
río. La cisne, al acercarse, no, para su placer, que ese patito feo, era ahora
un mocito de cisne negro, anomalía, dijo ella: “nunca he visto tal belleza”, y se
fue a insinuar y decirle a su manera al patito feo, que nadara junto a ella.
Al tiempo… Un pescador observó una ristra divina de: cisne
negro, junto a cisne blanco, y detrás un cisnecito negro, detrás, una cisnecita
blanca, después, otro igual que el primero, y así… hasta completar 7
animalitos, orgullosos, descubriendo el mundo, sin mas molestia, que las ondas
de la charca, que los vio nacer.
Aquí termina la historia de un patito feo…, más que la forma , la belleza sale de la
bondad, y ésta es fruto de la verdad.
Diego
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