Se puede llamar rutina de debate
a un tipo de reflexión mental que nos puede ayudar a eliminar las creencias
irracionales. Las creencias irracionales son ideas que surgen en nuestra mente
y que se salen de lo racional, de lo lógico, de lo que tiene un sentido para
nosotros comúnmente. Unas de las creencias irracionales que se padece con la
enfermedad mental son las fobias, los
miedos ilógicos.
La rutina
de debate consiste en reflexionar sobre estas creencias siguiendo el
procedimiento siguiente:
1) Descubrir o encontrar las creencias
irracionales.
2) Combatir estas creencias irracionales.
3) Sustituirlas por creencias racionales.
Es lo
que me ocurrió a mi con la fobia a ir a mi pueblo. La creencia irracional
consistía en pensar que cuando llegase a mi pueblo me iba a encontrar sólo, sin
poder ver a mi madre y sin poder recurrir a nadie de ese entorno para poder
volver a Sevilla. Encontrarse de repente con que no llega el autobús, que la
gente se marcha de donde estás y que no puedes recurrir a nadie. Esta es la
creencia irracional que encontré mientras padecía (y todavía padezco) este tipo
de fobias. Lo importante de encontrar o descubrir una creencia irracional
consiste en plantearse bien el problema que tienes. Yo lo planteé todo lo mejor que pude en el
sentido que digo. ¿Y cómo se combate?. Con ayuda de profesionales como los que
he encontrado en la unidad de rehabilitación. Ellos me hicieron ver que lo que
yo planteaba no tenía sentido, que me tenía que animar a ir a mi pueblo.
Me
armé de valor para poder ir a mi pueblo y decidí seguir cogiendo el autobús que
me llevaba hasta él. Y fui repetidamente en estas condiciones aunque pensando
que no tenía sentido lo que pensaba que todo iría con la normalidad que hasta
entonces había tenido. Me apoyé en la experiencia previa. Esa fue la manera de
combatir esa creencia irracional a nivel mental, esa fobia.
Seguí llendo en
autobús a mi pueblo aunque a veces los retrasos a la vuelta de mi pueblo del
autobús me ponían nervioso si se pasaba de los diez o doce minutos. No llegó el
autobús más tarde de un cuarto de hora. Eso me ayudó. También el que siempre
hubiera alguien en la parada ayudó mucho ya fueran solo una o dos personas. Y
lo conseguí dos o tres veces. Luego se acrecentó la fobia pero tuve suerte, ya
tenía un amigo que me podía acompañar hasta allí y que conocí en la unidad de
rehabilitación.
Con el estuve llendo muchas veces a mi pueblo y seguí
comprobando que las ideas que yo tenía eran
irracionales. Me lo pasaba maravillosamente en mi pueblo mientras
visitaba a mi madre en compañía de mi amigo. Esa es otra forma de combatir las
fobias que como en mi caso te acompañe alguien. Me pregunto: ¿Si va bien yendo
con un amigo porque no va a ir bien yendo sólo?. Y es lo que me planteo
actualmente, aunque ya no tiene mucho sentido pues mi madre murió hace año y
medio y he perdido el contacto con los amigos de mi pueblo. En cualquier caso
podría ir con mi hermana y mi sobrina, pero prefiero dejarlas tranquilas para
que disfruten y se relajen los fines de semana que pasan allí, mientras yo aquí
en Sevilla las espero siempre con los brazos abiertos.
Jesús
Hola Jesús: Soy Pepe. He leído tu artículo de las fobias. Muy interesante. Hay como tú dices muchas clases de fobias. Yo padezco algunas. Hay que luchar contra ellas con toda la voluntad del mundo.
ResponderEliminarMe gusta tu artículo. Cortito pero muy interesante. Tienes mucha capacidad de comprimir lo que quieres decir. Debes de escribir más. Yo lo hago todos los lunes. Espero que tú también leas mis trabajos y espero también tus comentarios.
Un fuerte abrazo amigo mío. Pepe Cuadrado.