Plantear
por escrito una nueva visión del “Holocausto”, admitiéndolo
pero minimizando sus dimensiones, el conocimiento de éste por parte
del pueblo alemán, o incluso negando el hecho en sí, es ejemplo
máximo de lo que se ha dado en llamar la postverdad, que
castellanizado es “Después de la verdad “; vaya por delante que
esta tendencia tiene los días contados, pues su triunfo sería el
fracaso de toda la historia del pensamiento humano, que no es otra
que la búsqueda de la verdad en las distintas ramas del
conocimiento a través del tiempo.
Así,
es relativizar u obviar la evidencia para poder “justificar” un
discurso, “manipulando” datos reales o presentando aquella parte
de la verdad que sea favorable, ocultando la realidad en su conjunto;
ésto es lo que siempre se llamado una “media verdad”.
Para
el triunfo de la mentira sólo hace falta mentir o no decir la
verdad, o , y es lo peor, la media verdad, pues es la que más miente
o engaña, al mostrar cierta realidad aparentemente lógica o
verídica sustentada en algunos datos que coinciden, pero que vistos
en conjunto, no son sólo mentira, sino que dan pie a la confusión
si se reiteran o proclaman sin “vericidad”, sin todos los
elementos analizables y analizados.
La
postverdad se da en sociedades libres, donde el relativismo impera ;
si todo se relativiza, todo está en cuestión. Si todo está en
cuestión, y nada permanece , TODO puede ser objeto de revisión ,
desde la calidad del pan, el turismo, el PIB, la recogida de naranjas
, la veracidad del “holocausto” , o la unidad de España, por
ejemplo.
Este
relativismo está sustentado en lo que se llama la sociedad
“Liquida”, de plastilina, amoldable,
sin
robustez moral , impresionable, con desconfianza entre unos y otros;
la precariedad del empleo, la insoportable e indecente pérdida
adquisitiva del salario ocasiona una angustia personal y familiar
cuando además el empleado tiene sobre sí toda una bolsa de
desesperados que le ven no ya como compañero de trabajo sino como
adversario laboral, debido a la “precarización. Cabe preguntarse
si esa precariedad es casual o diseñada, pues es la clave del
sometimiento de la fuerza del trabajo ante el capital, como dirían
los camaradas.
Diego.
Llegar a la verdad de los acontecimientos con todos los factores analizados sin medias verdades y sin tildarnos de relativistas es algo a lo que tenemos que aspirar.
ResponderEliminarMe parece muy interesante el articulo . Yo personalmente odio las mentiras y mucho mas las verdades a medias . Por el simple motivo de que te sientes como un tonto.Ymucho mas sabiendo que te miente.
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