El
simple hecho de comer, ya sea en un bar o en tu propia casa, debemos valorarla
en su justa medida, que es mucha pues hay personas por desgracia que no pueden
tener aquello de lo que nosotros podemos llegar a ver como algo sin
importancia. El cocinar en casa por ejemplo. Tiene dificultades cocinar con la
enfermedad pero es una buena terapia si se hace bien. Yo lo estoy haciendo
ahora.
Hay
que hacer de nuestra vida diaria algo interesante, que nos llene y nos haga
sentirnos útiles, sentirnos bien.
Para
ello en divulgación psicológica (como ejemplo de algo cotidiano pondré la
cocina) nos proponen que lo hagamos teniendo en cuenta las siguientes ideas:
Ponerse metas altas.
Ir
siempre a por el sobresaliente diríamos a un estudiante.

Retarse.
Decirse
a uno mismo que hay que hacer las cosas lo mejor posible. Si por ejemplo como
he dicho me vienen bien las espinacas con garbanzos retarse a conseguir este
plato. Cocinar nuestros alimentos con la mayor perfección que podamos. Encontrar
con paciencia el tiempo que debemos dedicar a cada plato que preparemos. A mi
cocinar unas lentejas con morcilla varias veces me ha servido para esto, igual
que controlar la cantidad de aceite y el tiempo que hay que dedicar a una
tortilla de patatas.
Planificar cada una de las
cosas que hacemos.

Al
hacer la compra debemos elegir con cuidado los alimentos que vamos a cocinar
por el momento en que vamos a usarlos al objeto de que no se pongan malos
mientras esperan ser cocinados.
Sudar la camiseta.
Es
decir trabajar duro por lo que queremos, poniendo todo nuestro empeño en ello.
Sacar tiempo de donde se pueda para tener nuestros platos a tiempo. Y
añado una quinta:
Ser cuidadoso.
Cocinar
con tranquilidad.
Jesús
Muy buen artículo. Nos ha gustado sobre todo lo de dar importancia a las pequeñas cosas cotidianas, poner en valor lo que hacemos, porque pueden parecer cosas simples, pero ---¡¡cómo nos cuestan!!. gracias por tus consejos
ResponderEliminarMuy chulo, sí! Gracias
ResponderEliminarHola, Jesús: prácticamente tu artículo sobre la comida y la vida cotidiana me lo sé de memoria porque lo hemos vivido juntos este verano gracias a los whatsApps. Conozco la famosa tortilla de patatas, las lentejas con morcilla, el gazpacho y otras comidas de las que tú sabes que tengo hasta fotos. Me parece muy bien que nos enseñes a valorar las cosas cotidianas que pueden presentar dificultades pero que haciendo frente a ellas podemos superarlos sin excesiva dificultad. Has puesto la comida de ejemplo y me parece un estupendo uso de la gastronomía. Enhorabuena por tu artículo y gracias por ser amigos. José Cuadrado.
ResponderEliminarGracias a vosotros Rentería y Calatayud. Me está costando cocinar pero no hay que desanimarse, hay como aconseja la psicología que sudar la camiseta. Como vosotros resaltáis hay pequeñas cosas que parecen que no tienen importancia y cuando nos damos cuenta resultan ser imprescindibles.Disfrutar de lo cotidiano es muy importante para nuestra salud mental porque nos hace sentirnos bien con nosotros mismos y útiles(con esta enfermedad es fácil desanimarse y sentirse un inútil).
ResponderEliminarPepe ya se que sabes más del artículo de lo que pones por lo que charlamos(:)), sobre todo a partir de este verano; nos hemos hecho unos muy buenos amigos y compañeros a través de Whatsapp y sigue creciendo la amistad cada día. Aprendemos unos de otros. Tus consejos sobre salud y cocina los estoy teniendo muy en cuenta,los sopeso comparándolos con mi propia experiencia. Tengo otro amigo José Carlos que de vez en cuando también cocina algo y me cuenta aunque no tanto como tú.