miércoles, 15 de marzo de 2017

LA NOCHE.

¿Quién ha soñado alguna vez, viajar por entre el inmenso prado de galaxias que pueblan el universo? ¡Pobre de aquel que no ha levantado alguna vez, el mágico vuelo del ensueño, hacia extraños, mundos inconocibles! Es cuando llega la noche, con el encanto de su hermosa oscuridad, cuando sentimos que recorre nuestras almas un halito infinito de misterio. Cuando el día se termina y la noche nos envuelve con su manto de tinieblas, aparecen los fantasmas del pasado, que acuden como espectros en tropel, al invocar nuestros recuerdos. ¿No has sentido el profundo silencio de tu soledad, como si millones de sentimientos atravesaran y estremecieran tu cuerpo? Son las partículas eternas del universo, que vienen a insuflarnos constantemente el halito maravilloso de la creación… ¿No has tenido alguna vez el deseo de soñar con aquello que un día te hizo vibrar de emoción? Solo te será posible hacerlo si has conservado, en el alma encantadora del recuerdo, la llama que encendió tu corazón. La noche, es la cómplice de nuestros pecados pues encubre con el manto de su oscuridad, todas las perfidias y traiciones de los hombres que la luz del día descubre con su claridad. Cuando miras en la noche y ves el parpadeo multicolor de las estrellas, ¿no sientes en tu corazón, como si millones y millones de almas, te llamaran desde el universo para compartir la eternidad? La noche es el cofre de nuestros secretos, vaciamos en ella, al maravilloso compás del titilar de las estrellas, los dolores las alegrías, los pensamientos, y todas las sensaciones vividas durante el día.
  

Fdo: El vuelo de los cisnes.


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