La muerte es eso que parece que
nunca va a llegar pero que llega. Yo
nunca había visto la muerte hasta que falleció mi abuela. Recuerdo que las
navidades con ella eran muy divertidas. Papi por aquella época nos veía poco
porque trabajaba mucho , pero lo poco
que nos veía era de diversión máxima. Retomando el hilo yo era el ojito derecho
de mi abuela.
He sido una mala hija, una nieta
mala y una mala hermana. Mi sueño sería estrecharlos entre mis brazo y pedirles
perdón de todo mi corazón. En las fiestas de navidad disfrutábamos todos porque
no faltaba nadie. Recuerdo anécdotas graciosas. Como la de que la juventud venían
después de las uvas y se acercaban a
casa de mi abuela. Ella los invitaba
a tomar unos chupitos hasta que se “ponían contentos” y empezaban a contar
chistes y yo me hartaba de reír. Total que se les pasaba la hora del cotillón y
nos tomábamos los turrones y mi abuela les decía “NIÑAS QUE OS VAN A VIOLAR” y
ellas contestaban “OJALA MI ARMA” era cachondeo puro y duro.
YFC
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