Tengo una amiga en Italia, Patri, que hacía años le había
perdido la pista. Pero ella guardaba el teléfono de una de mis hermanas y así
logró localizarme.
Llevamos dos semanas enviándonos whatsapp como si
estuviéramos compartiendo un café en un bar, hablando de cosas cotidianas y
poniéndole buena onda a los problemillas que nos tocan: ella con dos
operaciones de cervicales y yo con el cáncer de mama.
Como maneja muy bien las nuevas tecnologías, junto con los
mensajes escritos envía dibujos o fotos ilustrativas del tema que estamos
charlando. Reitero una vez más, da la impresión de que estuviera al lado mío,
por la espontaneidad de la comunicación.
Y es que la amistad no siempre requiere la presencia del
otro, sino simplemente saber que podemos contar con él en los momentos claves
porque nos lleva en el corazón, prendidos como una flor que nunca se marchita.
La relación de afecto y confianza sigue intacta a pesar del largo tiempo sin
vernos. A mí me dio orgullo cuando me eligió como testigo de su matrimonio
porque eso supone que me quería a su lado el día más importante de su vida.
Lamentablemente no pude acompañarla en otras ocasiones como cuando tuvo a sus dos
hijos, pero su hija me escribió durante varios años, considerándome algo así
como una tía postiza.
Otra vez yo estaba de pasada por la provincia donde ella
vivía y se tomó la molestia de ir con su familia hasta la parada del autobús
para charlar unos minutos antes de mi partida. ¡ Fue increíble!. Ese gesto dice
mucho de Patri, de su temperamento amistoso y fiel. Son estas pequeñas-grandes
cosas las que cimentan el cariño recíproco.
A veces me pregunto qué vio en mi personalidad para que me
regalase su amistad, pues yo me veo bastante aburrida. En cambio ella tiene un
humor buenísimo, que hace que todos los obstáculos parezcan fáciles de saltar.
Como ejemplo, tienen que operar a mi
hermana del estómago y Patri me envió un whatsapp diciendo “la gente se hace el
by pass para adelgazar, que vea el lado positivo, tendrá figura de modelo. Si
quiere yo tomo su lugar…” Como dice una frase, el humor divide las angustias
por la mitad.
También entre las fotos que me envió están unas de las
compañeras del liceo, un puñado de rostros que con algunas arruguillas más se
mantienen igual que 30 años atrás. Las
reconocí inmediatamente y sus nombres vinieron a mi memoria espontáneamente. Todavía
me parece algo mágico poder verlas en mi tablet.
Ahora estamos conversando sobre la posibilidad de que en un
futuro próximo ella venga por Sevilla, ya no dependeremos de la tecnología para
conversar y emocionarnos, pero mientras tanto “bienvenido whatsapp!!!”
Rosa
Estoy deacuerdo con todo lo que has contado pero siento decirte que ODIO los moviles . Me cuesta la misma vida ponerme a investigar sobre el , y como no practico no aprendo. Pero es verdad que es muy util , y me alegro mucho de que hallas encontrado a tu amiga. ENHORABUENA, BESOS.
ResponderEliminarYFC
Sea como sea las buenas amistades perduran a lo largo del tiempo y la distancia. Supongo que te habrá reconfortado retomar el contacto después de tanto tiempo y descubrir que aún te quieren y cuentan contigo. Muy emotivo tu relato.
ResponderEliminarMuchas gracias por los comentarios, en verdad reconforta encontrar un amigo luego de varios años de distanciamiento. Yo el whatsapp lo utilizo a través de una tableta. Pero también soy fóbica a los móviles y solo los uso para llamadas urgentes. Rosa
ResponderEliminarMi querida Rosa: como siempre he leído muy gratamente tu artículo, esta vez sobre la amistad y las nuevas tecnologías. Me alegro de esa amiga que tienes y con la que has compartido y compartes momentos tan bonitos. Espero que os volváis a ver y os contéis las cosas en directo, cara a cara, porque no hay nada que supere eso. Yo no estoy en contra de las nuevas tecnologías, pero no las utilizo. Uso mi móvil para llamar y recibir llamadas y enviar algún mensaje de vez en cuando. Pero no tengo tablet ni whatsapp ni ordenador ni nada de nada. Sigo escribiendo mis libros en mi vieja y amiga máquina de escribir. Me llevo bien con ella y no considero que necesite de momento un ordenador. Tampoco, obviamente, tengo internet. Pero me gusta mucho utilizarlo aquí en la Ura y utilizar el ordenador para ponerme en contacto contigo por ejemplo y poder cruzar unas palabras porque así, poquito a poco, nos vamos haciendo amigos. No sabía nada de tu cáncer de mama. Lo llevas con entereza porque siempre te veo de buen ánimo y con una sonrisa en los labios. Yo lo siento pero también me alegro por tu fortaleza y por tu capacidad para sonreír y llevar la alegría a los demás. Me alegro de que puedas comunicarte con tu tablet con tu amiga y otras personas. Ya me brindaste la posibilidad de comunicarme contigo si yo me compraba una, pero de momento no pienso hacerlo. Yo escribo mis libros a mano y después los paso a limpio en mi máquina de escribir y así lo llevo haciendo desde que era un adolescente. Y me va bien. Las comunicaciones con mis amigos las tengo por teléfono, fijo y móvil, y en persona. No necesito tablet, aunque valoro sus ventajas, sobre todo cuando las personas viven, como es el caso de tu amiga y tú, lejos y separadas. Yo me alegro siempre de todo lo bueno que te pase y te felicito por tu estilo de escritura, sencillo, transparente, humano, cordial, cercano. Me gusta leerte y me relaja y espero que te haga feliz mi comentario y me consideres un poquito tu amigo, aunque sea en estos comentarios que nos hacemos mutuamente a nuestros trabajos. Ahora acabo de terminar uno dedicado a mi gato Renato, que ya murió. Cuento mi relación con él. Espero que te guste. Ya me contarás. Recibe un fuerte beso de tu amigo tecnológico José Cuadrado.
ResponderEliminarComo siempre tu comentario resulta gratificante leerlo porque es una pequeña obra de arte. Yo no sé mucho de nuevas tecnologías, pues hasta hace 3 años escribía todo en mi vieja Olivetti portátil, sin embargo reconozco que el whatsapp me atrapó. Teniendo familia y amigos del otro lado del océano resulta un instrumento muy útil para estar al tanto de sus vidas, es como recibir una carta abreviada.
ResponderEliminarHace poco murió Sultán, un mastín más tranquilo que Ghandi, así que leeré muy gustosa las palabras que le dediques a Renato porque sé del afecto que nos brindan las mascotas.
Por supuesto que te considero amigo y es un placer conversar contigo cuando coincidimos en la Ura.Un cariñoso hasta pronto !!!!