A menos que uno sea un robot a lo largo de su vida
experimentará una serie indefinida de emociones, tanto positivas como
negativas. Los seres humanos somos tan impredecibles que a veces tenemos
sentimientos contradictorios como amor-odio hacia la misma persona, variando
según las circunstancias. Al amigo que
comparte nuestros secretos le profesamos auténtico cariño, pero eso no es
obstáculo para que alguna vez nos enojemos con él, al sentirnos defraudados por
alguna actitud suya.
Muy variadas cosas nos emocionan. ¿Quién no ha echado unas
lágrimas al ver una película romántica como “Lo que el viento se llevó”?, y es
porque nos identificamos tanto con los personajes que nos llegan al alma.
Los acontecimientos más importantes de la vida suelen emocionarnos
con mayor profundidad, como el nacimiento de un hijo, la muerte de un ser
querido, o el encuentro con la persona amada. Pero también nos sacuden el
corazón cosas más cotidianas como la llegada de una carta, una buena lectura,
la despedida de un amigo, recibir un regalo inesperado, el abrazo cálido de una
madre, o escuchar nuestra canción favorita.
También pueden despertarse emociones negativas cuando nos
enfrentamos a situaciones que nos parecen injustas, como el deseo de venganza o
la ira.
Los enfermos de esquizofrenia no solemos tener buen dominio
emocional y saltamos violentamente de la alegría a la tristeza, del enojo a la
pasividad. Comprender las emociones es una buena fórmula para aprender a
manejarlas, para no ver las cosas en blanco o negro sino en gris nos ayuda a
enfrentar las situaciones con más calma, a relativizar los problemas.
Últimamente lo más emocionante que sucedió en mi vida no es
subir a una montaña rusa o haber practicado un deporte extremo, sino el
sencillo hecho de reanudar la amistad vía correo electrónico con dos amigas que
viven en el extranjero. Me emocionó notar que podíamos contarnos nuestros
problemas y compartir nuestros
sentimientos como lo hacíamos en la adolescencia. ¿Qué cosas te emocionan a ti,
amigo lector?
Rosa
Muy buena reflexión. Por suerte cada vez se tiene mas en cuenta la importancia de las emociones en la vida.
ResponderEliminarNos emocionan los valores como el compañerismo, la tolerancia y el respeto.
ResponderEliminarA mi me emociona la música, sobre todo la de La Danza del corazón. También mis amigas. y cuando vengo a la Unidad y veo a los profesionales de aquí, que se me abre el corazón. Y subir al monte, a Jaizkibel. y más cosas... aunque a veces cuesta verlas. Un saludo, Rosa. De Yoli.
ResponderEliminarCalatayud,claro que emocionan los valores mencionados por ti, nada mejor que el compañerismo para exorcizar las emociones negativas.
ResponderEliminaryoli,gracias por compartir las cosas que te emocionan, a mi también me alegra escuchar a Verdi o Serrat,musica para el corazón , al igual que contemplar un buen paisaje.un cariñoso saludo. Rosa
Mi querida Rosa: he leído tu último trabajo sobre las emociones y me ha gustado bastante. Yo soy una persona muy emotiva y no sólo por la enfermedad. Lo he sido siempre y lo expreso en mis libros, que están llenos de emociones contradictorias como tú dices y muchas otras que expresan mi complejo mundo interior. Me emociona, por ejemplo, escribirte a ti a través de este nexo de unión que es internet ya que los dos estamos en la Ura. Sé que nos leemos y nos reconfortamos mutuamente, y espero que lo sigamos haciendo mucho tiempo. Recibe un cariñoso saludo de tu amigo José Cuadrado.
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ResponderEliminarJose, siempre es un placer leer tus artículos porque eres Todo un profesional de la pluma y evocas con mucha poesía lo que vivencias interiormente. Claro que somos contradictorios sino no seriamos humanos....A mí también me llega al corazón tu comentario y espero que sigamos en contacto a través del blog.Recientemente compré una tablet y te escribo con ella desde casa, no te animas a hacer lo mismo??