Empieza la primavera y empiezan los problemas, que si las
alergias que si el calor, cuando no la lluvia, que si los olores. Se ven cochecitos de niños, bicicletas, patines, gente
corriendo. Se complica más con la Semana
Santa. Todos los años, aquí en Sevilla es el acontecimiento más
importante de todo el año; lo malo es cuando llueve, entonces los pasos no pueden hacer la estación de penitencia, la gente no sale y esto se convierte en un motivo de desilusión, de frustración después de tantos preparativos a lo largo del año. Aparecen los amoríos, "la primavera la sangre altera". Este año se ha alargado el invierno,
estamos a finales de marzo y todavía hace frío, llueve y el sol casi no sale.
El próximo domingo empieza la Semana Santa
y no se sabe cuando va a escampar. No se puede pasear por los parques, caminar
por la calle es un suplicio; se puede ir al cine, quedar en casa de uno, de
otro y pasar allí la tarde. Personalmente me gustan las primaveras soleadas, calentitas,
agradables. Pero pasa que cuando en invierno no llueve o llueve poco, tiene que
llover en primavera, porque los cultivos, los pantanos lo necesitan. Este año
en el norte ha habido inundaciones, pero en el sur ha llovido poco.
La lluvia es bonita, pero cansa, aburre, y a veces provoca
hecatombes.
Deseando que aparezca
la primavera pura y dura. Que las plantas y los árboles florezcan, que se
llenen de azahar y demás flores. Han dicho en las noticias que va a cambiar el tiempo, esperemos que no se equivoquen.
Cecilia.
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