
Miguel Ángel.
El
primer beso de amor lo di a los 23 años, que fue cuando tuve novia. Según me
había pedido ella, hasta tres meses después de estar saliendo, nada de sexo.
Así que tardó un poco el primer beso. Yo estaba deseoso de besarla desde que me
dijo que sí, que saldríamos juntos. Íbamos a un pub de un pueblo cercano a
Sevilla que habíamos tomado como nuestro sitio especial para estar juntos. Nos
entreteníamos, tomando algún refresco, escuchando música o viendo alguna
película uno al lado del otro. Yo a pesar de todo no me atrevía a darle el
beso, estaba nerviosísimo, pensando en como hacerlo, quería pero no sabía muy
bien como. Me llené de ánimos y me dije que adelante que lo intentara. Lo pensé
y lo repensé, no sabía ni como ni cuando, solo sabía que tendría que hacerlo y
en breve tiempo. Me animé y le dí un beso en la boca como una casa de grande.
Ella incluso se asustó del impulso con el que lo hice. Después me dijo lo que
había pensado inmediatamente después de recibirlo; - “como sea todo como este
primer beso, este me destroza cuando se trate de algo más”. Cuando lo recuerdo
sonrío. Me río por dentro de aquella situación y de lo bárbaro que fuí en ese
primer beso. Inexperiencia, me digo. Me digo, también, un beso bárbaro pero
tierno en el fondo.
Jesús.

Alfonso

Cecilia.
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Cuando
ya estamos casi todos los amigos juntos llegaron las amigas que habíamos
conocido, entonces una chica más o menos de mi edad me dijo que quería charlar
conmigo. Una de sus amigas me comentó que me estaba esperando y yo me acerque
para estar con ella. Sin darnos cuenta surgió uno de los primeros besos de mi
vida, en un lugar precioso, con encanto, con un poco de argumento fue una de
las noches de verano que recuerdo con muy buenas sensaciones. Un gran beso que
me supo a caramelo. Me hice mas que amigo con ella.
Seguimos
esa noche todos los amigos y amigas juntos viendo ese cielo estrellado con su vía
láctea en nuestro universo. Noche mágica que recuerdo algunas veces. Ella es de
un pueblo de Sevilla pero coincidimos en
otro lugar antes de este verano ¡¡¡que
casualidad!!! Que grandes recuerdos nos dijimos y también nos saludamos. De
todo esto, que ya haces muchos años, el beso fue una gran sensación y fue boca con boca y del tirón, después me despedí
de ella hasta los días siguientes. Pero los besos o el beso me sabían a
caramelo de naranja.
Miguel
Angel
Qué bonitos esos recuerdos...
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